(500) Days of Summer – 500 días juntos


Uno de mis amigos, cuando comenzó a ir al cine solo quería películas de acción. De cuando en cuando se la colaba y lo engañaba para ver una comedia romántica y el cabrón se quejaba como si lo estuvieran torturando y al final me decía que le había gustado. Después de un año yendo al cine juntos al menos una vez por semana y después de un montón de pallufos en películas de acción, ahora es él quien escoge las comedias románticas porque sabe que son un valor seguro y que casi siempre entretienen. El otro día fuimos a ver (500) Days of Summer, película que en España se estrenará la semana que viene con el título de 500 días juntos.

Un julay un poco friki se encoña de una chocha que le ríe las gracias pero que se cansa pronto de él y tendrá que recomponer su vida sin ilusión ni fantasía

Un joven se enamora a primera vista de una chica con la que trabaja y está convencido que es el amor de su vida. Su relación irá quemando etapas y pronto derivará hacia un terreno que él no esperaba, el de la ruptura. Con la misma llega la depresión, la falta de ilusión y la incapacidad para retomar su vida y seguir adelante mientras ella parece haber reformateado su memoria y comenzado de nuevo con otro tipo.

La vida es dura y si eres de los que se enamoran hasta las chacras y se vuelven ciegos, sordos y mudos a lo que sucede a tu alrededor, es probable que sufras más que los presos de Guantánamo. Básicamente eso es lo que vemos en esta película en la que lo más peculiar es la forma de narrarla, con saltos temporales hacia adelante y atrás continuos que nos terminan mostrando la historia de una forma diferente. Esta dinámica es lo que le da carácter y hace que nos interesemos desde el primer momento por la historia, sabemos que no acaba muy bien, al menos hasta donde podemos ver, pero no sabemos como llegaremos a ese desenlace e iremos averiguando las cosas poco a poco.

El peso de la historia recae sobre Joseph Gordon-Levitt, el joven que se enamora y que cree morir cuando su pareja lo deja. Siempre vemos estas historias con las mujeres como las románticas y las arrebatadas pero aquí la chica, interpretada por Zooey Deschanel es la incrédula, la que no cree que el amor exista o haya que darle ninguna importancia. Ella será la incrédula, la que vive su vida sin preocuparse por ese ente abstracto llamado «amor» y ni siquiera puede entender el enganche emocional de su chico, que quiere formalizar la relación.

El contrapunto entre el cinismo de una y la confianza ciega en el amor del otro es lo que le da a la película un punto interesante, todo bien aliñado con un buen guión y unos secundarios que cumplen con sus papeles y aportan algo de variedad y contenido a una historia bastante simple. En la banda sonora hay varias canciones de The Smiths, uno de esos grupos que recordamos de aquellos maravillosos años y que le dan un puntillo romántico a la historia.

Nuestras vidas son lineales y si pudiésemos saltar adelante y atrás en las mismas como se hace en esta película nos horrorizaríamos con aquello que dijimos, esas posturas que mantuvimos en ciertos momentos y con las estupideces que somos capaces de hacer para conseguir aquello que queremos. Una excelente opción para una buena tarde de cine que seguro que os gusta.

07/10