Recuerdo hace décadas que fui a ver una película de una banda de julays famosos que robaban y me encantó y después unos años más tarde hicieron una segunda parte llamada Ocean’s twelve y no me gustó demasiado e incluso creo que hubo una tercera parte que ni me molesté en ir a ver porque fue antes de abonarme ilimitadamente al cine y pasaba de tirar dinero en algo así. Más de una década después se les ocurrió repetir la jugada y como había que elegir nuevos actores, decidieron cambiar pollote por chochote y eligieron a un montón de pavas para Ocean’s Eight, película que llega a la cartelera española este fin de semana con el mismo título.

Una julays que no chingan, mangan para compensar el desajuste hormonal

Al parecer el Ocean de las tres películas anteriores tenía una hermana viejuna y super-operada que además estaba en chirona y que nada más salir del trullo se pone a organizar un robo de joyas en una fiesta de un museo de Nueva York o algo así. Para el trabajo elige a siete pavas y juntas trabajarán para conseguir robar las joyas y eso y se super-hiper-mega inteligentes y no cometer errores y todas las boberías que son habituales en esta saga.

Como película, sirve para matar casi dos horas en una sala con aire acondicionado pero que naie se espere una obra maestra. La historia es la de siempre, organizar robo, preparar robo, ejecutar robo y cada una de las protagonistas tiene un papel esencial y asombroso en la historia que es necesario para triunfar o algo así. La lideresa del cotarro la interpreta Sandra Bullock y no se si fue el objetivo de la cámara pero a veces parece que está hecha con animación por ordenador, tiene como un color chunguísimo y nada pero que nada natural. La película nos tiene que llevar desde la idea hasta la ejecución del robo sin parar porque si piensas algunas cosas enseguida llegas a la conclusión de que son boberías y por suerte evitan frenar el ritmo, con lo que lo consiguieron, al menos parcialmente, ya que desde que salí del cine me puse a dudar de muchísimos momentos. El otro problema es que en este caso, no hubo carisma entre todas las protagonistas, no hay química, están todas allí más bien preparadas para luchar entre ellas y en el caso de alguna, para ocupar espacio porque ni actúan. En fin, que es cine de verano, del que no se espera mucho más y en este caso, hasta el guión es una historia vieja que han vuelto a hacer solo que ahora con mujeres.

Imagino que algunos de los miembros del Clan de los Orcos irán a verla con sus hembras, no en plan manada sino como actividad de pareja para ganar puntos e igual hasta conseguir que la guarrilla les deje que la lefe en la cara, como en las pelis pornos. Obviamente, esto sí que no es cine para los sub-intelectuales con GafaPasta. Es perfecta para ver cuando la den por la tele.