Acero puro – Real Steel


Cuando se estrena alguna película de acción, mi amigo el Niño se encarga de recordármelo unas cuantas veces para que la tenga en cuenta y la incluya en el siguiente programa doble. Así, el fin de semana pasado, teníamos hasta las entradas reservadas en el mejor lugar de la sala y una hora antes de que empezara la película las recogimos y después aprovechamos para irnos a comer algo. Cuando regresamos al cine, estaba petadísimo de gente y hasta hubo quien intentó birlarnos nuestros asientos en el centro de la sala, aunque los echamos como si tuvieran la pesta y por mucho que se quieran poner chulos, el Niño es como el primo de Zumosol con sus casi dos metros. Algo que me extrañó es que esta película no era en 3D, la moda esta actual para sacarte algo más de pasta y por la temática y tal, es una que parecía prestarse a ese tipo de cine. Estoy hablando, por supuestísimo, de Real Steel, película que llega a España a comienzos de diciembre con el título de Acero puro.

Un julay más acabado que ZaPatazos, encuentra la senda del chimpún gracias al hijo que tuvo con una y del que nunca quiso saber nada

Un tipo malvive y anda en una espiral hacia el desastre participando en las peleas de robots que han substituido al boxeo y que son muy populares. Cuando parece que su declive no tiene fondo, ha de hacerse cargo de su hijo durante un tiempo y con el chiquillo a su lado, parece que las cosas comienzan a salirle bien y a levantar cabeza. Juntos entrenarán a un robot para convertirlo en campeón.

Esto es como Rocky solo que con robots. En lugar de humanos arreándose mamporros, tenemos máquinas que se destrozan mientran nosotros los espectadores aullamos en la sala. La película comienza muy floja, con mucha mierda sentimental y parece que va encaminada hacia el desastre. Hugh Jackman naufraga tratando de mostrar alguna emoción cuando todos sabemos que esos módulos los ha escondido detrás de los músculos y es un cacho de carne con ojos y el niño que le adjudicaron, parece más bien dado al mariquitismo y al drama de culebrón mexicano. Así pasamos la primera hora de película, en la que personalmente creo que se podrían haber cortado cuarenta minutos fácilmente sin que la historia se resienta. Hacia la mitad, alguien se tuvo que dar cuenta que la cosa iba mal y la historia se convierte en una peli de acción trepidante, que te mantiene en vilo y con la que disfrutas enormemente. Los robots SÍ QUE SABEN ACTUAR y lo hacen super-mega-hiper-bien. Cuantos más minutos van ganando los robots con sus peleas, mejor nos lo vamos pasando y pronto olvidamos que también hay un panoli y su hijo en la pantalla.

Los tipos que hicieron los efectos especiales deberían haber también tratado los fotogramas con Hugh Jackman y haberle puesto unas sonrisitas, unas muecas y tal para que parezca humano, ya que hay momentos en los que lo dudo. Por supuesto que hacia el final de la película tenemos la madre de todos los combates, con nuestro cutre robot enfrentándose con uno que parece mismamente hecho por los cabezudos coreanos de mierda que habitualmente copian otros productos electrónicos y que como siempre, la cagan hasta el fondo. Esto huele a que hay segunda parte pero que seguro.

Si me hubieran preguntado a la mitad, la habría puesto a caldo de pota pero como parece que supieron enderezarla y acabaron haciendo una película de acción, con mucha ñoñería y un puto niño al que alguien lo podría haber ahogado para hacer un favor a los espectadores, pero también con mucha adrenalina y unas peleas que son sencillamente bellas. Asómate a la ventana y grita para convocar al Clan de los Orcos porque a esta seguro que tienes que ir con todos ellos.


4 respuestas a “Acero puro – Real Steel”

  1. Estoy contigo Virtuditas, el Hugh me encanta, aunque últimamente se le está poniendo cara de loco

  2. El Jackman tiene un cuerpo que wow pero tampoco es un actor por el que yo iria al cine sin estar segura que la peli me pudiera gustar…