Mi primera vez en el cine Cinemec Utrecht fue para explorar la ruta en bicicleta a lo largo de los canales y de paso, ver una comedia romántica en ese cine y estudiar el entorno. Desde entonces he visto cuatro películas más y aunque lo tengo en cuenta (y esta semana iré a ver una) en muchas ocasiones tienen unos horarios tan chungos que prefiero ir en tren a Amsterdam para ver las pelis. Aquella primera película fue All Roads Lead to Rome y al parecer no está previsto el estreno en España nunca jamás, pese a tener impresos los posters con el título en español de truscoluña no es nación.

Una julay con picores en el chichi busca salchichón italiano que se los aplaque

Una puretona va de verano a un villorrio italiano con su hija histérica y borde que no veas. En realidad lo que buscaba era encontrar un rabote que conoció por allí un montón de años antes y ver si esa manguera aún se puede enchufar en ciertas bajas partes. La hija se escapa con una vieja que está chiflada y encoñada de un viejo y la madre la sigue acompañada por el italiano que la hace lubricar.

El tipo que escribió el guión de esta película no tenía vergüenza alguna en copiar y pegar de todos lados. Esto es una recopilación de escenas que funcionaron en otras pelis y que al fusionarlas, dejan de funcionar. El guión es sencillamente patético, haciendo agua por todos lados y con estupideces infinitas que quizás se pueda creer un gringo pero yo que una vez leí un libro, yo no puedo pasar por esas sandeces. La protagonista es Sarah Jessica Parker y no lo hace muy mal, lo hace peor que peor. Alguien le tendría que explicar la diferencia entre serie televisiva patética y cine. Cada vez que salía en pantalla se me revolvía el estómago. A su lado, el italiano Raoul Bova aprovechó para agarrar un buen cheque y no hacer nada y como curiosidad, la española Paz Vega también aparece como italiana. Esto es un desaguisado de principio a fin, con una pareja que no tiene química alguna, con otra pareja que en realidad no lo es ya que son la vieja y la adolescente y que después se complica con la aparición del viejo. En algún momento de este desaguisado recordé que tenía un telefonino con el androitotorota, lo saqué del modo de Avión y me puse a navegar en las internetes buscando cosas más interesantes.

Yo no tengo argumentos para condenar a cualquier miembro del Clan de los Orcos que destroce una butaca de cine después de pagar por ver esto. Cualquier sub-intelectual con GafaPasta que entre en un cine poniendo esta película debería perder las gafas inmediatamente.