Análisis


Uno de los libros de estudio en la universidad tenía un título que siempre me fascinó: Análisis Numérico. El contenido del libro lo tengo hace mucho tiempo olvidado y si me pidiesen que le de un uso práctico seguramente lo aprovecharía como papel para encender la chimenea. Para mi, lo interesante es el título. Básicamente eso es lo que hago todo el día, evalúo situaciones, gente, ideas, analizo las ventajas e inconvenientes, los puntos positivos y los negativos, lo sitúo en un contexto y al final obtengo un valor.

Puede ser algo tan sencillo como ¿qué voy a comer hoy (o mañana, si planificas como yo)? La primera idea que te viene a la cabeza es por ejemplo salmón cocido con gambas y cuscús y enseguida comienzan a aparecer puntos con los ingredientes que tengo, los que necesito y así voy desarrollando el análisis numérico. Al final, resulta que es un 5, que tengo que comprar demasiadas cosas y mientras investigaba y miraba en la nevera, vi un paquete abierto de lonchas de bacon, lo cual me hizo derivar hacia una pechuga de pollo con beicon y puerro. La nueva idea está en un ocho cuando me acuerdo que al día siguiente quiero ir al cine y tengo un tiempo limitado para preparar la comida y ni de coña la tendría a tiempo, así que su ocho se transforma en un 4 por culpa de la variable tiempo y en su lugar aparece una pasta cremosa con bacon y guisantes. Se prepara rápido, así que el tiempo no es un inconveniente, uso el bacon y me gusta mucho. Vuelvo a hacer un repaso de los ingredientes que tengo y los que necesito, vuelvo a ajustar los valores y me quedo con un 7, por encima de las otras dos opciones y resultando ganadora. Comienzo a crear las pequeñas tareas que harán esta comida posible, creo la lista de la compra, si hay algo que esté congelado pongo un recordatorio para la mañana siguiente en mi teléfono, elijo entre los existentes un postre para acompañar y la maquinaria está en movimiento. Es análisis numérico, toma de decisiones o pollardeo, como queráis llamarlo.

No hay nada escrito en hormigón y así este plan tan sólido, que incluye comprar cosas, preparar la cena, comer y posteriormente ir al cine en bicicleta tiene en su conjunto un 9, es algo casi seguro.

Un rato más tarde, estoy viendo una serie y tomando un capuchino cuando me llega un mensaje de un colega: ¡Vente a cenar mañana a mi casa! Tengo un montón de cervezas y estofado. En mi cabeza, el sólido 9 comienza a bajar, 8 … 7 … 6 … 5 … 4 … 3 y la idea de la cena con cervezas brilla con un sólido 10. El cine avanza un día y en lugar de mañana iré pasado mañana, la cena con pasta se desvanece, la lista de la compra es ahora innecesaria y lo único que tengo que hacer es preparar una docena de magdalenas y así tengo un regalo para llevar.

Podemos cuantificarlo todo en la vida pero ten claro que esos números cambiarán continuamente, al menos si eres tan voluble y caótico como yo.

,

2 respuestas a “Análisis”

  1. Bueno, digamos que te adaptas a las sucesivas circunstancias, es una buena manera de ir por la vida, supongo que es lo que hacemos mucha gente…
    Salud

  2. Siempre es mejor que te inviten a comer que tener que hacerlo y pensar qué comes, ya que a mí últimamente que estoy perra para la cocina me cuesta un mundo decidirme a hacer algo medianamente elaborado para comer.