Annabelle


Siendo un ávido espectador de cine, lo veo casi todo pero si además se trata del cine de terror, procuro que no se me escape ninguna. Hace ahora un año y un mes fui hablaba de Expediente Warren – The Conjuring y creo que ha sido una de las pocas películas de terror que ha conseguido la máxima puntuación en mi lista particular. Por supuesto, el impacto que tuvo en mi parece que tocó a muchos más y en seguida se pusieron manos a la obra para hacer una precuela y tan pronto llegó al cine, la fui a ver. Se trata de Annabelle y en España se estrena con el mismo título la semana que viene.

Un julay le compra una Rosaura a la pelleja que empala y la puta muñeca le sale rastrera japuta truscolana

Un chamo que está super-enamorado de su pava y que la empala con mucho gusto y alegría hasta preñarla le compra una muñeca grande y fea como la Rosaura. Al poco hay un crimen en la casa de al lado que acaba llegando a su casa y la muñeca como que está involucrada. Desde ese momento, la muñeca parece tener vida propia, hay demonios que los siguen y su mujer las pasa canutas mientras se le infla la barriga hasta que rebosa y tiene una niña. A partir de ese momento, lo peor estará por llegar.

Cuando comencé a ver la película la etiqueté como un pallufo de terror. No funcionaba, algo no encajaba y particularmente me enervaba la actuación de Ward Horton, actor que parece que dormía el día que fue a clase y no captó los conceptos más básicos. Todo cambió cuando a él lo quitan más o menos de en medio convirtiéndolo en un trabajador y su parienta las empieza a pasar putas con el demonio que la acosa. A partir de ahí, tenemos varias escenas que te ponen de los nervios y que si no te llegan a asustar, al menos te acojonan, te sacan de tu zona de confort y te hacen sentarte en el borde de la butaca con tanta tensión. Hay un par de momentos con máquina de coser en los que casi me da un síncope. La película gana con la vecina negra y medio bruja y para cuando llegamos al despiporre final con cura recibiendo candela, la acción es puramente terrorífica y todo pasa a nuestro alrededor sin que nos de tiempo a asimilarlo. Los sustos funcionan una y otra vez, la sensación de agobio la tienes presente y la historia, aunque simple y más conocida que los pezones de Samantha Fox, engancha. Una peli de terror que consigue su objetivo.

Este es el tipo de cine al que los miembros del Clan de los Orcos van con sus hembras y estas gritan como si las estuvieran empalando con condones untados con pimentón picante. Obviamente no es cine para sub-intelectuales de GafaPasta. Si te gusta el cine de terror, esta no la deberías dejar pasar.


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