Asalto al poder – White House Down


Con esta película se hace cierto eso de que a la tercera va la vencida. Tenía pensado verla la semana pasada el sábado, en un preestreno nocturno. Para cuando llegó la hora de salir e ir al cine, llovía y no me apetecía así que opté por dejarla pasar. Ayer volvía a tener entrada por la noche y cuando ya iba a cerrar la puerta de nuevo me dio un flato y no fui. En realidad en ese caso la razón es que el sábado tenía pensado ir a Amsterdam al cine y más o menos en ese momento decidí no hacerlo, así que podía ir perfectamente el sábado al mediodía y verla tranquilamente, lo cual hice. Se trata de White House Down, película que en España se estrenó la semana pasada como Asalto al poder demostrando nuevamente el gran don que tienen los traductores a la hora de cagar los títulos de las películas.

Un julay más dopado que un ciclista se lía a hostias con los malos malísimos para salvar a la hija que parió su mujer y a otro tipo

Un panoli que trabaja de poli protegiendo a un chamo acude a la Casa Blanca para una entrevista de trabajo y para una visita a la misma con su hija. Mientras recorren las dependencias, unos malos del copón atacan el edificio y buscan capturar al presidente. Su hija se separó de él porque es una meona y el hombre removerá el cielo y los subsuelos de la tierra para volver con ella y por el camino rescatará al Presidente de los Estados Unidos de América y lo mantendrá a salvo de los malos. Esta es una película de acción con un planteamiento un poco tonto. Hay que tener muchísima fe para creer que cuando la Casa Blanca está bajo ataque, un solo panoli se las apaña para poner en jaque a los terroristas. Obviado este pequeño detalle, tenemos una peli en la que dos tipos corren por todos lados tratando de escapar de aquellos que quieren matarlos y de cuando en cuando tienen un momento cómico. El protagonista es Channing Tatum, ese cacho de carne con un cuello como un toro que hace gemir a las pavas en los cines. En este caso, por muy guaperas que sea, el papel se le queda grande y lo de tener una hija y hasta pretender que le importa no termina de cuajar. Funciona mejor cuando está repartiendo hostias o corriendo a esconderse. A su lado pusieron a Jamie Foxx y este tampoco termina de cuajar su actuación, quedando como un presidente blandengue y acarajotado y no como un político cruel y rastrero que es lo que uno espera de cualquiera que llega a presidente de un país. A la niña mejor no nombrarla por si le siguen dando papeles ya que es repelente con ganas y si me llegan a dar un arma, yo soy el que le pega dos tiros antes de tirarla en una chimenea y encenderla por si sobrevive a los disparos. La película está entretenida pero sin más y el exceso de volatadas y patriotismo acaba por dar náuseas.

Este es el tipo de cine al que los descerebrados del Clan de los Orcos van en manada. Para los demás, totalmente prescindible.


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