avistamientos nórdicos


Hoy os voy a descubrir algunos de los lugares secretos a los que acudo con frecuencia con mi amigo el turco. Se trata de dos. Uno de ellos es Leidseplein, una plaza muy coqueta en el centro de Amsterdam, cerca de la explanada de los museos. Es un lugar con vida las veinticuatro horas. Siempre hay gente en las terrazas y en la calle, los gandules de turno que han venido a Holanda con lo mínimo y tienen que redondear el presupuesto, tratan de ganarse el favor de la plebe con las más exóticas habilidades, entre las que se encuentran la generación de burbujas, lanzamiento de antorchas y breakdance.

Rodeando la plaza y ocupándola se encuentran un nutrido grupo de cafés que suelen estar atestados. En verano estos cafés se reproducen hasta el infinito en la plaza y la ocupan con cientos de mesas. Es un lugar perfecto para tomarte una cerveza de trigo fría, con su limoncito. Con cierta frecuencia solemos ir a matar la tarde.

Hay algo que hace a este lugar muy especial. Son las inglesas borrachas. Las hay a puñados. Lucen semidesnudos sus cuerpos cargados de grasa sin ningún pudor y van dando tumbos hasta caer redondas al suelo. Nunca he visto mujeres con menos amor propio. Una cosa es emborracharte por la noche con los colegas, pero eso de estar borracha como una cuca a las tres de la tarde me parece patético. Si además vas sola y pierdes la dignidad de la forma en la que la pierden estas mujeres, peor.

Una escena típica es verlas tratando de mantener el equilibrio en medio de la plaza, mientras una banda de hienas de la gran Bretaña se acerca sigilosamente, le comienzan a hablar hasta que la atolondran y cuando la tienen abobada e incapaz de reaccionar la magrean hasta el infinito y más allá. Es realmente genial ver la sonrisa boba de agradecimiento que se pinta en las caras de estas alcohólicas que por un instante se creen princesas, mientras los mirones que contemplamos la escena nos reímos y la vemos como lo que son, patéticos rastrojos humanos que no valen ni como carne de cañón.

La propia naturaleza de las susodichas y su estado etílico permite el visionado gratuito de carne y la carne, como saben todos aquellos que ven Discovery Channel o los documentales de la 2, atrae a las fieras. Más de uno está allí con su cámara recopilando imágenes para alimentar los diversos webs de contenido pornográfico existentes.

Entre las cosas que hemos visto por allí estan las que se dedican a hablar con las papeleras, sin darse cuenta de lo que hacen, las que tratan de pintarse los labios con menos pulso que el Papa y acaban con la cara hecha un cristo, las que tratan de mear en algún rincón y son echadas a patadas por los camareros de los cafés y las que se deciden a cruzar la plaza atravesando las terrazas y consiguen tirar el contenido de varias mesas. Para evitar a estas últimas es conveniente el colocarse cerca de una pared o valla.

El otro lugar digno de reseñar es la cafetería Three Sisters, situada en Rembrandplein. Además de ser un lugar muy de moda, lo más interesante es sentarse en la primera fila de mesas en el exterior. El escenario se encuentra enfrente. Tenéis que elegir un día de verano, a ser posible de mucho calor. Pediros vuestra cerveza, id con unos cuantos colegas y sentaros a disfrutar de los avistamientos. Justo enfrente se encuentra una parada de tranvía muy concurrida. Lo mejor de la parada son los bancos amplios que tiene. Las hembras llegan, se sienten y gracias a la escasez de tela de la que hacen gala en el verano y al poco estilo que poseen, dan unos espectáculos increíbles de mostramientos de coños. Frente a ellas, un feroz jurado otorga puntuaciones y trata de encontrar a la mujer perfecta, todo desde el punto de vista de la carne, que la belleza interior no sirve de nada en estos casos.

La vida en verano por estas tierras es así de dura …

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2 respuestas a “avistamientos nórdicos”

  1. Je je, qué bueno.
    Hace un montón de años que tengo ganas de ir a Amsterdam, pero ahora tengo más.

  2. Estuve en esa plaza el ultimo año que fui y nos encanto. Lo malo fue que cuando llegamos los museos estaban cerrados, 5 de la tarde. Pero pasamos un rato agradable.