Babel


Tras el que posiblemente sea el periodo más largo de los últimos quince años sin ir al cine sabía que debía elegir una película especial para mi reencuentro con el formato artístico que considero mi favorito. Han sido casi tres meses sin pisar una sala, sin escuchar cerrarse la puerta y apagarse las luces y ya era hora. Este reencuentro lo ha hecho posible Babel, una de esas películas que de cuando en cuando salen de Hollywood sin saberse muy bien ni como.

La trama es la de siempre. Un julay de barriada fizna se lleva a la puta a la que se coge de vacaciones al moro y los terroristas marroquíes le pegan un tiro haciéndole pupita a la pobre y obligándola a pasarse una tarde tirada en el suelo sin asistencia médica. Mientras tanto sus hijos se van de putas a una boda mejicana y acabarán más pasados que el coño de la Veneno y graduados en el arte de la vida o como matar gallinas retorciéndoles el cuello. Una tercera trama sucede en Japón donde una putilla adolescente sorda y muda come rabos en las esquinas y enseña el coño a todo el que quiere verlo con la esperanza que uno se atreva a rellenárselo con su salchicha del amor. Las amigas de la puta japonesa mientras tanto pasan la vida entre juegos de bolera y pastillas para flipar.

No sé, lo de las historias totalmente separadas que al final terminan confluyendo en un único punto es algo muy arriesgado y que no siempre termina gustándome. Todavía recuerdo como flipé con Crash y como me disgustó Syriana, un envoltorio vacío y aburrido para pasear la barriga del Clooney. Esta película está más cerca de la primera. Cada una de las tres historias que nos están contando es lo suficiente potente y entretenida como para no distraernos, la acción se desarrolla de una forma dramática ante nuestros ojos y nos hace partícipes de ella. Las distintas ubicaciones nos muestran mundos distintos con problemas similares, da igual lo avanzado o retrasado que estemos, el dinero que tengamos o lo exitosa que haya podido ser nuestra vida. Al problemática es siempre la misma y eso es lo que vemos aquí, todo unido por unos pequeños hilos que relacionan cada una de las historias. Personalmente me gustó más la de los niños yendo a Méjico para la boda y la aventura de su regreso. La cara de los chiquillos cuando matan las gallinas para el banquete no tiene precio, su asombro infinito porque lo que parecía un juego se convierte en un asesinato de animales adorables ya que los niños ricos no saben que el pollo que comen en casa viene de gallinas como estas. También resulta muy interesante la historia japonesa con las adolescentes sordas y como están muy relacionadas socialmente. Parece mentira que una gente que suponemos están fuera del río de la sociedad y que deberían tener mil y un problemas de integración, pues esa gente no tiene ningún problema y viven entre los «normales» haciendo aquello que les gusta y usando la misma tecnología que paseamos nosotros pero de otras formas.

Finalmente son Brad Pitt y Cate Blanchett los pesos pesados que cuentan la historia del ataque terrorista en Marruecos y lo convierten en una historia de sufrimiento, amor y desamor salpicada por la crueldad de un mundo que quedó congelado hace cinco siglos y no sabe como entrar en el siglo XXI. Mi relación con Brad Pitt es bastante extraña porque no es de los actores que me gustan pero reconozco que cuando se pone y elige bien el guión hace cosas muy buenas. Siempre me ha molestado un poco su mandíbula, me pone nervioso porque parece como que tiene la cara hinchada y no parece natural. Diré que esta vez ha bordado el papel y lo hace creíble. Parece sufrir por los problemas de su esposa y es creíble, algo que no siempre consigue.

En definitiva, que Alejandro González Iñárritu ha cuajado una película excelente y que no está pensada para todos esos descerebrados que llenan hoy en día las salas de cine con sus teléfonos móviles encendidos y esperando que les vomiten encima la papilla cinematográfica a la que se han acostumbrado. Es cine para disfrutar en una tarde fría con un grupo de buenos amigos y una vez acabada la película sentarse en un café con una espesa taza de capuchino en las manos y hablar sobre las emociones que ha despertado en nosotros.
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12 respuestas a “Babel”

  1. menos mal, una anotación de cine!!! ya estaba empezando a olvidarme de tus cuanto menos personales comentarios de las pelis! Que siga.

  2. Esta pelicula es increible. La japonesita enseñando to’ lo negro no tiene precio. La boda mejicana no puede ser mas realista. La escena de la americana vaciandose la vejiga mientras abraza a su marido es antologica. Los actores, la fotografia, la historia… todo es impresionante. No veia nada tan bueno desde hace mucho.

  3. Si yo soy el adolescente al que la japonesa le enseña el coño, agarro los palillos y se lo como allí mismo. Y lo mismo con el policía, obviamente de la raza del Julandro, que la japonesa venga a restregarle el felpudo por el paquetillo y él haciendose el insensible.

  4. Se te olvido mencionar la historia mas tragica, la de los niños marroquies (no son terroristas) que en su inocencia cometen un error que es lo que hace dar inicio a la pelicula.