Bici taxi en el club de las 500


La bicicleta de la foto de hoy la tengo más vista que el conejo de la Veneno. Está casi siempre por la zona de Rembrandtplein y cuando paso por allí siempre hay un chamo sentado en ella esperando que algún turista se suba para darle un paseíllo. La foto sin embargo se la hice a la puerta del Rijksmuseum, el Museo del Reino en traducción literal y el hogar de Rembrandt. La foto la tomé en una mañana de marzo del año 2009 y no fue hasta dos años más tarde que apareció en la bitácora en la anotación Bici taxi. Hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.


6 respuestas a “Bici taxi en el club de las 500”

  1. Genín, creo que el motorcillo es el tío de la barba rara que está sentado encima. Si a los turistas les hace gracia, es una forma como otra cualquiera de sacarles pasta.

  2. Virtuditas, vuestros albariños son mundialmente famosos en barriadas periféricas. No los he visto jamás en un supermercado por aquí. En cualquier caso, no tengo el más mínimo interés por el vino blanco. Mientras exista la cerveza y el ron, el universo para mí está completo.

  3. Sulaco, lo que pasa con los albariños es que viajan muy mal, y para que lo hagan los hay que adulterar con lo que ya pierden su encanto, que lo tienen, por eso se disfrutan in situ, lo demás ya no tiene nada que ver con su innegable y particular calidad.
    Salud

  4. Pues no sé yo… si un tinto le da dolor de cabeza, un blanco que suelen ser mas peleones en ese aspecto puede darle una migraña de una semana. El Ribeiro cosechero mejor ni probarlo, que te puede explotar la cabeza. 🙂