Bokbierfestival 2018


El último fin de semana de octubre está marcado con sangre, sudor y resacas en mi calendario por dos motivos. Uno es que padecemos el fatídico cambio de hora que jamás debería ocurrir porque deberíamos estar siempre en el mismo huso horario y no meneándolo cual compresa de coja y la otra razón es que hasta este año, es el fin de semana del Bokbierfestival, el mayor evento universal de celebración y regocijo con las cervezas bok, ese tipo de cerveza maravillosa que se produce en esta zona del mundo y que no se exporta pa’fuera porque no nos da la gana y no queremos que la chusma y la gentuza del exterior nos la pisoteen y la transformen en meado de diabética como ha pasado con otras cervezas holandesas famosas en el mundo entero. Este año al parecer hubo un rifirrafe y resulta que los organizaciones eran una fundación y un club, ambos con el mismo nombre y por primera vez, el club se quedó fuera y la organización corrió a cargo de la fundación. De hecho, un par de meses antes del evento no se sabía si tendría lugar. Saltándome todo lo que viene por debajo, este año ha sido parcialmente un desastre económico y dudo mucho que la vuelvan a organizar en el lugar en el que se ha hecho desde el 2004, en el Beurs van Berlage, que como todos los años repito que fue en su día el mercado de valores de Amsterdam y la marabunta de turistas que visita Amsterlandia pasan a su lado sin saberlo. En el mejor blog sin premios en castellano se ha hablado muy mucho del bokbierfestival y para demostrarlo, me remito a las pruebas: Tenemos la anotación del Bokbierfestival 2017, la del Bokbierfestival 2016, Bokbierfestival 2015, Bokbierfestival 2014, El Bokbierfestival 2012, una referencia al evento en el año 2011 en Siendo social a lo uno punto cero, Bokbierfestival 2008 y Bokbierfestival 2007 y es más que probable que los años que no están en la lista también acudí. Todas ellas son un festival de fotos épicas y legendarias y de vídeos.

Para este año, coincidía con el gran drama de mi vida y lo combinamos con la última visita al Café Cartouche, el cual cierra hoy sus puertas. Con tanta emoción, le hice una foto a la fachada para la posteridad:

Café Cartouche en Hilversum

Por supuesto, en el Café Cartouche comemos lo de siempre, sus famosísimas, sus legendarias, sus épicas, sus fabulosas costillas:

Costillas Spicy

Y si alguien se cree que yo no me las zampo, así quedó mi plato cuando acabé con ellas:

¿Dónde habrán ido a parar las costillas?

Tras eso nos desplazamos a Amsterdam pero antes de salir del Café Cartouche, uno de los camareros me juró por las bragas más polutas de Mafalda que dentro de un mes volverán a abrir y lo harán con el mismo nombre y con las costillas en el menú y como yo no les creo, ya he organizado una cena con colegas en diciembre, mes muy problemático para mi por circunstancias de la vida. Tras llegar a Amsterdam, pagamos los veinte leuros de la entrada que te dan derecho a dos cervezas y más importante, al VASO, que es la entrada y llegamos a la sala principal:

Bokbierfestival 2018 en el Beurs van Berlage

Comparado con años anteriores estaba bastante vacía y ni siquiera tuvimos que hacer colas de quince minutos para tomar cerveza, era decidirte por una y tenerla en el vaso en una razonable cantidad de segundos. Justo a la entrada de la sala a la izquierda estaba Snab y allí nos dirigimos para comenzar a lo grande, con la reina, con la ganadora de la mejor cerveza bok holandesa de este año, con la insuperable y fabulosa y fastuosa y maravillosa IJsbok que obviamente, jamás llegaréis a probar porque se hace una producción extremadamente limitada:

IJsbok

Esa es la variante más fuerte de las cervezas de Snab y el porcentaje de alcohol es superior al 9%, con lo que con estómago vacío te manda directo a la borrachera. La segunda cerveza la eligió el Moreno y particularmente, para mi fue la peor de todas las que tomé. Se llama Bullebok:

Bullebok

Tras este desencuentro seguimos caminos distintos y con las siguientes cervezas, cada uno tomó del tipo que le molan, que estas cervezas tienen sabores muy intensos y diferentes, las hay agrias como chocho de monja de clausura y las hay dulzonas como potorro de petate. Todos coincidimos en pedir en el mostrador de la cervecería de la Haya Kompaan pero el Moreno se pidió una que hacen con whisky, otro de los chamos se pidió una que hacen con vino Oporto (o con los barriles de los mismos, que no me quedó claro)y yo elegí una que hacen mezclándola con higos o eso que en Canarias, en donde la hache no siempre se muda, se llaman jigos y así mi tercera cerveza fue Kompaan Bocks 2018 Figs y estaba deliciosa y de un dulce que no veas:

Kompaan Bocks 2018 Figs

Este año descubrí las cervezas bok creadas por la compañía Bronckhorster y me tomé dos de las tres que ofrecían y me parecieron fabulosas, especialmente la Bronckhorster Dubbel Weizen Bock que fusiona a las cervezas de trigo con las Dubbel con doble fermentación y con las Bock o sea, lo más de lo más de lo más. Esta cerveza se hace en un poblacho con la friolera cantidad de ciento cincuenta y siete habitantes, vamos, tres guaguas de gente, aunque imagino que todos los alcohólicos conocidos y por conocer van al local de la cervecería a ponerse tibios y yo también lo haría de no ser porque está literalmente en el quinto coño:

Bronckhorster Dubbel Weizen Bock

Mi segunda y última cerveza de esta compañía tiene un nombre rarísimo y también estaba riquísima. El nombre de la cerveza es Bronckhorster B(r)ok In-de-keel que creo que se puede traducir como truscoluña no es nación ni lo será jamás:

Bronckhorster B(r)ok In-de-keel

También hice un pequeño vídeo de la escasez de gente en la sala principal, algo que se puede comprobar fácilmente mirando vídeos de años anteriores. Lo que viene a continuación es un vídeo, aunque para verlo hay que tener el cerebro muy desarrollado y saber lo que se tiene que hacer:

Bokbierfestival 2018 en Amsterdam

La siguiente foto está falsamente colocada aquí, ya que la hice al llegar a Amsterdam pero la pongo al final de la anotación, cuando abandonábamos la capital holandesa. Se trata de la estación de tren Amsterdam Centraal, pero vista por la noche:

Amsterdam Centraal de noche

Cuando ya estábamos pensando en marcharnos, en las pantallas pusieron un anuncio de la máxima importancia informando que aquellos que se pasaran por el punto de venta de entradas a partir de ese momento se podían llevar, GRATIS TOTAL, una caja (o dos, o tres) con doce vasos del festival y claro, igual que un niño jamás le hace ascos a un caramelo que le ofrezca un cura por más que sabemos que seguramente lo que quiere es darle otra cosita, nosotros salimos de allí con una caja cada uno de doce vasos, más el que habíamos usado, con lo que me colocaron trece vasos. Este despilfarro de vasos es lo que me hace temer que el resultado financiero ha sido un desastre, tenían una cantidad considerable de cajas con vasos. Estoy regalando a la plebe y el populacho algunos y otro me lo he llevado a la oficina y en lugar de una aburrida taza para los capuchinos, ahora tengo un vaso fastuoso que permite hacer fotos tan espectaculares como esta:

Capuchino en vaso del Bokbierfestival 2018>

Y así, con este espumoso capuchino en vaso de cerveza, cerramos el relato del Bokbierfestival 2018. Y como nota informativa, si alguno se pregunta por la razón de añadir textos a algunas de las fotos es que he reutilizado las que ponía en una fantástica historia que creé en mi Istagrán, que es el medio de comunicarme con mis amigos chinitos y buceadores.


2 respuestas a “Bokbierfestival 2018”

  1. Por cierto ¿Es que en Cartucho no dan pan? Yo no dejo un plato así, estando las costillas tan deliciosas, ni de coña!!! 🙂
    Salud

  2. No. Traen un poco de pan con una mantequilla con hierbas al principio pero eso no dura hasta el plato. Y aquí no hay tradición ninguna de comer con pan.