Buceando con tiburones martillo en Sipadán


Anoche estaba tan excitado que pese a acostarme a las nueve de la noche para echar horas a destajo, creo que me desperté sobre las cuatro y ya no pudo volver a dormirme hasta las cinco y cuarto que sonó la alarma (o más bien que vibró la alarma en mi Xiaomi Mi Band 3). La razón es que hoy era el día que llevaba esperando desde que llegué a Scuba Junkie Sipadan, el día que tenía el permiso y que pagué para hacer cuatro inmersiones en el Parque Nacional de Sipadan, el cual está considerado como el mejor lugar de buceo del universo conocido. A las seis menos cuarto teníamos un ligero desayuno y a las seis y cuarto estábamos todos en el pantalán esperando para salir. Cada día tienen trece pases, siete para cuatro inmersiones y seis para tres y cuando compras tu paquete, tienes que bucear al menos tres días alrededor de Mabul para tener derecho a un día en el parque Nacional. Yo dejé mi último día libre y por suerte he conseguido un segundo pase para tres inmersiones el día en que me voy. Llegamos a Sipadan a las siete, nos apuntamos en la oficina del gobierno para que nos dieran nuestros pases y después nos explicaron como funciona la cosa, ya que hay un número limitado de buceadores por día y además, no se permiten más de cincuenta por hora, con lo que asignan franjas horarias que hay que respetar escrupulosamente, en nuestro caso, teníamos de 8 a 9, 10 a 11, 12 a 1 y 2 a 3 de la tarde y no se permite que te pases ni un minuto, con lo que las inmersiones son de cincuenta minutos y hay que entrar al agua lo antes posible. Nuestra primera inmersión fue en punto Sur. De las siete personas, cinco tenían solo certificación Open Water y solo pueden bajar hasta dieciocho metros y un chamo británico y el Elegido podíamos bajar hasta donde nos salga de la pipa, o sea, hasta cuarenta metros, pero el chamo decidió que bucearía con su hembra para ganar puntos de empalamiento y me dejó a mi solo con mi Dive Master, Kai, al que los otros colegas han apodado LA LEYENDA. Lo primero es salir al azul, te alejas unos minutos de la plataforma de la isla y la profundidad es de cientos de metros. Fuimos cinco minutos mar adentro, a unos veintitrés metros de profundidad y el Dive Master se pone a otear el azul, con una visibilidad pésima por culpa del plancton. En eso que grita y sale disparado y yo le sigo y aparece de la nada un tiburón cabeza de martillo, nos mira y se va. Fue tan rápido que no me dio tiempo ni a empezar la cámara, solo lo tengo de lejos pero flipé, flipé y volví a flipar. Yo persiguiendo tiburones, a esto hemos llegado. Como me baje a Güaterlú no veas como va a correr la marikona esa que se compró una rumana porque le dan ascos las hembras truscolanas de su raza. Después de lo del tiburón cabeza de martillo, nos quedamo un rato más, como diez minutos pero no vimos más nada. Llegamos a estar a 28,8 metros de profundidad, no es lo más bajo que he descendido en estas vacaciones, pero aquello es el Gran Azul, allí si caes no vuelves nunca. Después de eso nos acercamos a un arrecife y vimos un montón de tiburones de punta de cola de aleta blanca (white tip shark), algunos posados en el fondo, vimos tiburones grises de arrecife, algunos enormes (grey reef shark), vimos un atún enorme (el gesto para indicarte que es un atún es como que abren una lata, me meo de risa cuando lo hacen), después vimos un Great Barracuda, enorme, vimos un esqueleto de tortuga, alguna tortuga, grupos de unos que llaman fussilier o algo así, peces unicornio de naríz grande (bit nose unicorn fish) y unos campos de corales espec-taculares. Fue una de las mejores inmersiones de mi vida. Salí saltando como compresa de coja. Fuimos a la isla a descansar y nuestra segunda inmersión era en un sitio llamado Prisión de Langosta o algo así que yo soy muy bruto con los nombres. El Dive Master me dijo que en toda la semana el único tiburón de cabeza de martillo visto era el mío y que esa era mi suerte. Yo le expliqué que a mí se me conoce por el Elegido, The Chosen One, de Uitverkorene, il Scelto y que me negaba a aceptar eso porque mi Ángel de la Guarda es épico y milenario y no me iba a dejar tirado. Salimos de nuevo al Gran Azul, esta vez con algo menos de profundidad y cuando estamos allí y el resto de la pandilla está por encima, aparece OTRO TIBURÓN DE CABEZA DE MARTILLO (Hummerhead shark) y este sí que lo tengo en vídeo. Los de arriba me dijeron que me vieron nadar como un delfín, que jamás pensaron que el PEOTE fuese capaz de propulsar a un ser humano como lo hizo conmigo. Fue É-PI-CO, LE-GEN-DA-RIO, IM-PRESIONANTE y todo lo que queráis decir. Después de eso, cuando fuimos a aguas menos profundas vimos un banco de Big Eye Trevally (que no sé ni como se llaman en español, un Napoleón enorme, los peces unicornio de nariz grande, tiburones de punta de aleta blanca, peces ballesta y colinas interminables de corales en perfecto estado. El banco de Big Eye Trevally era gigantesco y estaba a tres metros de profundidad sobre los corales, tengo vídeos y vídeos infiltrándome entre ellos, aquello fue el acabose.

Desués de la segunda inmersión saltaba como un grillo y si tras la primera desayunamos, tras la segunda nos dieron café y tarta. En esa inmersión acabé bajando a veintiséis metros. Para la tercera inmersión nos llevaron a Barracuda Point y nada más entrar nos topamos, como quien no quiere la coas, con un banco enorme de snapers (que tampoco sé cómo se llaman en español) y después de esos con bancos de barracudas de los tipos pickhandle, bigeye y chevron. Un festival de barracudas, seguido de tortugas a destajo y un banco de peces batfish amarillos navegando en formación con ángulo y reflejando La Luz del sol que aquello era increíble. No sé como nos las apañamos pero el rato que estuvimos en el Gran Azul mi Dive Master y yo, que los otro grupos no quisieron ir, nos las apañamos para descender a veinticuatro metros.

Salimos y fuimos a almorzar y durante la comida coincidimos con el grupo que hacían solo tres inmersiones y que habiendo estado en dos de los sitios que nosotros fuimos, no vieron ná de ná. Había un sirio que de la rabia casi se le estalla la mochila terrorista-musulmán-de-mielda que todos llevan consigo mismo para cuando se tercia la ocasión. La cuarta inmersión fue en un lugar llamado Drop-off en el que también hay una cueva. Yo bajé el primero porque de nuevo íbamos al Gran Azul y mi Dive Master me llevó a la cueva, encendimos mi antorcha de la cámara y entramos y la visitamos casi entera. Lo más espectacular, aparte de estar en una cueva, es hay parejas de jackfish (incultura mía con los nombres), uno gris y otro negro y están allí pá’follá y veíamos a las parejas cortejándose. Brutal. Después nos tropezamos con un montón de tiburones de punta de aleta blanca y a uno hasta le hice vídeo de cerca, vimos también algún gris de arrecife, los batfish (peces murciélago), un giant Trevally verdaderamente grande, grupos de peces unicornio, tortugas para quedarte ajito (en canario) y después nos tropezamos con un banco de peces loro cototo verde y entre ellos tortugas. Era un festival de corales y peces de todo tipo. Fue, en dos palabras, fan tástico.

Después de salir, regresamos a Mábul y en menos de sesenta segundos todo el complejo, repito, TODO EL COMPLEJO, sabía, que yo soy el que vio en dos inmersiones consecutivas dos tiburones de cabeza de martillo. A los canadienses, que cambiaron su inmersión para el día antes, la envidia los corroe, pero así es la vida y mi Ángel de la Guarda tardó en convencerme para sacarme el título pero se está comportando como el mejor de la Liga de Campeones. Me quedan tres inmersiones en Sipadan para mi cierre de las vacaciones de buceo y solo los dioses saben lo que me puede estar esperando allí.

El relato continúa en Segunda visita a Sipadan y el fin del buceo

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Una respuesta a “Buceando con tiburones martillo en Sipadán”

  1. Bueno, me tranquiliza saber que si estás en peligro con los tiburones y se lían a martillazos, tu, con echar un buen jiñote, salen zumbando despavoridos, seguro… 🙂
    Salud