Byzantium


Si hay que culpar a un director de cine por desviarnos un poco de el encorsetado ecosistemas de los vampiros y por comenzar a abrirnos nuevas fronteras, ese es Neil Jordan. A él le debemos Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles, aquella película en la que Tom Cruise y Brad Pitt eran vampiros decadentes y hacían lo que fuera por un vasito de sangría de la rica en proteínas. Por eso cuando me enteré del regreso de este hombre al género, sabía que tan pronto como estuviera en los cines iría a ver Byzantium, su nueva película sobre el género y que parece que no tiene fecha de estreno en España y es posible que no llegue a hacerlo, algo que se está convirtiendo en la norma.

Una julay finiquita clientes del Inserso con ilusión pero sin fantasía

Después de un prólogo en el que vemos como hace ciento y pico años una chama que ejercía de putorra descubrió la manera de transformarse en chupasangre, igual que un chupacabras, llegamos al presente en el que la beba llega con su supuesta hermana a un pueblo costero y se instalan allí. Mientras van finiquitando clientes, la hermana que resulta ser su hija queda prendada de un joven que tiene leucemia y al que le deben quedar tres o cuatro lunas. Ellas tratan de asentarse en el lugar pero una misteriosa organización las ha detectado y ha enviado a unos cuantos miembros para cazarlas.

Neil Jordan regresa al mundo de los vampiros pero los libera de todas sus limitaciones clásicas. Pueden caminar durante el día, pueden amar y hasta tienen escrúpulos sobre a quién han de matar. En el caso de la joven, se especializa en ancianos moribundos y les pide permiso antes de enviarlos dulcemente hasta el otro lado del túnel ese con un montón de luz. La joven vive congelada en una eterna adolescencia y deseando lo que no puede tener, una vida normal, envejecer y morir, mientras deambula por el Reino Unido con su madre escondiéndose de aquellos que quieren matarlas y que también son vampiros. La película tiene una historia muy interesante y está muy bien llevada. No hay terror alguno pero sí que existe una fascinación especial por unos seres que puede que existan o no pero que han llenado millones de páginas con historias creadas por muchos escritores porque no hay nada que nos atraiga más que la posibilidad de conocer a seres que pueden llegar a vivir eternamente. Curioso que la chica se enamore de un pobre desgraciado con leucemia, otro tipo de vampiro que necesita desesperadamente la sangre ajena para sobrevivir. El chaval intuye que hay un secreto enorme y cuando lo descubre, lo acepta como otra faceta más del encanto de la beba a la que le quiere poner la pierna y otras cosas encima. En el tramo final de la película tenemos una doble escena de acción, con buenos y malos luchando que está muy bien hecha. Me encantaron Gemma Arterton y Sam Riley, almas torturadas con el paso del tiempo. Sin tanto carisma pero también haciendo un buen trabajo tenemos a Saoirse Ronan y Caleb Landry Jones como los adolescentes enamorados.

Una película fascinante y amena sobre todo para los amantes del género vampírico. Dudo mucho que sea un plato del gusto de los miembros del Clan de los Orcos pero quizás algunos de ellos sí que la pueden aguantar. Perfectamente válida para incondicionales del amor eterno y todo eso.


Una respuesta a “Byzantium”

  1. Es que a mi me cuesta tragar con esto de los vampiros, zombis y demás ostias sin que me ponga a descojonarme en las escenas cuando la cosa va en serio, aunque la peli sea buena…
    Salud