Callejeando por la tarde en Liubliana


El relato comenzó en Viajando a Eslovenia y la visita a Bled

Nos habíamos quedado dejando Bled en la guagua para ir a Liubliana, capital de Eslovenia. La distancia es de cincuenta y pico kilómetros y la guagua tarde algo más de una hora, aunque se puede hacer mucho más ráipdo yendo por la autopista y no por las carreteras locales que usa el transporte público y parando cada poquito. Lo bueno es que con tanta parada, también se detenía cerca del Hotel Nox, uno que elegí por estar en la lista de los mejores de la ciudad y no ser muy caro y después me enteré que en vez de en el centro, estás en la periferia, algo que finalmente no me molestó en absoluto ya que había una ingente cantidad de guaguas que salían desde la mismísima puerta del hotel. En este establecimiento, todas las habitaciones han sido individualmente diseñadas y al llegar te dan un menú y eliges entre las del tipo que has pagado y las que tienen libre. Yo opté por una llamada iRoom y la razón fue que estaba del lado de la montaña con lo que en caso de existir ruido, estaba más aislado.

Hotel Nox - iRoom

La habitación es amplia, muy bien equipada y te regalan el contenido del minibar, dos botellas de agua, dos refrescos y dos cervezas, lo cual yo no sabía y no influenció en mi elección del hotel. Obviamente, lo primero que hice fue correr al baño para ver el trono, que como en todos lados, es el lugar más importante del universo y ese en el que puedes crear el jiñote:

Hotel Nox - baño iRoom

Dejé mis cosas, me organicé un poco y tiré para la ciudad en la guagua, la línea 1, habiendo comprado previamente una tarjeta de transporte público y cargándola con cinco viajes, que eran los que calculé que haría en mi estancia. La guagua me dejó en el centro, que es minúsculo. Esta es una ciudad que le puede encantar a reconocidos culocochistas como Virtuditas o Genín porque prácticamente no hay que andar mucho, se puede ir de un extremo de la zona turística al otro en menos de diez minutos.

Puente Triple en Liubliana con castillo al fondo

Lo primerísimo que hice fue ir a la oficina de información turística, que está en la planta baja del edificio de la izquierda tras el puente triple, que se llama así por ser tres puentes y podéis ver un poco los dos que están a los lados del central, que es en donde yo estaba. Arriba, sobre la colina, el castillo de Liubliana con una luz de tarde espectacular. En la oficina de turimo pedí información para ir a las Grutas de Škocjan, las cuales forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO y os recuerdo que mundial excluye a las bestias deleznables y despreciables de truscoluña, que no es nación sino una confederación de criminales, delincuentes, zorras zarrapastrosas y putos sidosos. Resultó que podía ir con transporte público, con una guagua que sale a las diez y diez de la mañana y regresando sobre las cinco de la tarde. Con mi plan para el sábado más o menos resuelto, comencé a pasear por el centro de la ciudad.

Iglesia de la Anunciación en Liubliana

Liubliana es una ciudad muy limpia y cuidada y en donde ni se nota que tenían en algunos lugares montañas de nieve. En la misma zona en la que está el puente, básicamente girándome ciento ochenta grados, está la Iglesia de la Anunciación, un monumento barroco construido en el siglo XVII (equis-uve-palito-palito). Es franciscana y la fachada está inspirada en la iglesia de il Gesú de Roma. Por dentro es también muy bonita. Frente a la iglesia hay una plaza grande. El puente triple que vimos antes y la iglesia están junto al río Ljubljanica, que es el que pasa por esta ciudad.

Altar de la Catedral de San Nicolás

Fui a la calle que está al fondo de la foto del puente y por allí está el precioso edificio del ayuntamiento y un monumento que supongo que veremos en alguna otra parte de este relato y girando hacia la izquierda, pasas por el lateral de la Catedral de San Nicolás, la cual tiene el problema de carecer de una fachada digna ya que tiene un edificio construido como a tres metros de su fachada principal, con lo que hacer fotos de la iglesia es imposible y en su lugar optamos por ver una del altar y el interior de la iglesia. Después pasé por el lugar en el que hacen el mercado, vi otros puentes, que comentaré más adelante y encontré el sendero de subida al castillo de Liubliana

Vista de Liubliana al atardecer desde el castillo

Se puede subir también en un funicular, si eres un auténtico culocoche y te niegas a caminar. En la foto anterior se puede ver la ciudad a los pies del castillo. Aproveché que justamente era la hora de la puesta de sol para presenciarla desde allí y después caminé un poquito por la zona antes de volver al nivel del río. Oscurecía, yo me había levantado a las tres de la mañana y mis niveles de energía comenzaban a desfallecer así que sobre las seis y media de la tarde fui a cenar al restaurante Julija, que me recomendaron en el hotel y además tenía buenas críticas.

Nudillo de lechón con puré de papas

Comencé con una sopa que no tiene foto porque salió fatal, continué con el nudillo de lechón de la foto anterior y acabé con un postre típico del país y de otros de los colindantes, una tarta llamada Gibanica que está deliciosa:

Gibanica

Según terminé de comer, fui andando a la estación de autobuses y me compré el billete para el día siguiente y después callejeé hasta la parada de la guagua, regresé al hotel y creo que a las nueve y media de la noche ya estaba dormido, aunque eso sí, todos sabemos que a la mañana del día siguiente no me iba a hacer un Virtuditas.

Todo lo anterior e incluso lo de ayer está en un vídeo fabuloso, asombroso y maravilloso a la par que estremecedor. Comienza viendo el lago Bled desde el castillo, después bajamos al pie del lago para admirarlo y hasta vemos al remero llevándonos a la isla de Bled. Después vemos la maquinaria del reloj que hay en el campanario de la iglesia de la isla y la falta de vistas bonitas que hay desde el mismo. Después vemos el lago de nuevo y al fondo los alpeas julianos e incluso el castillo de Bled y acabamos mirando hacia la ciudad de Liubliana desde lo alto, desde el castillo de Liubliana. La canción es el dúo Remember Me de la fantástica y maravillosa película Coco que a Virtuditas le pareció lo mejorcito del año pasado. El vídeo, si no lo veis por ahí debajo, está AQUÍ:

El relato continúa en La visita a las grutas de Skocjan


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