Lo que va a suceder hoy por aquí me flipa a mí más que a cualquier otra persona. Gracias a mi memoria de poco más de dos horas y media, siempre se me olvida que algunas películas no me han gustado nada de nada y cuando hacen la segunda o la tercera parte, vuelvo a tropezar en las mismas. Por eso y por no revisar la bitácora, había olvidado completamente que Capitán América: El primer vengador – Captain America: The First Avenger me pareció un mierdolo y que la película me aburrió infinitamente. Mi ignorancia fue en este caso una virtud y fui a ver Captain America: The Winter Soldier sin recordar el mal rollo previo. La peli en España se ha estrenado con el título de Capitán América: El soldado de invierno.

Un julay julandrón se desfoga repartiendo hostias porque no ha conseguido encontrar una chama a la que empalar de lunes a domingo

El Capitán América se aburre como una ostra y su amiga la Viuda Negra lo intenta convencer para que se enrolle con una jinameña y la empala hasta que vomite lefa. El hombre no está convencido del tema, más que nada porque en la primera película apuntaba más bien hacia el bando de los julandrones y ahora también parece que le van los machos y mejor si son negros o negrazos con tranca monstruosa. Cuando la organización esa que es de los malos monta un plan para apoderarse de tres portaaeronaves fastuosos y así controlar el universo y hasta el mundo, el Capitán América tendrá que desbaratar esos planes y deshacerse de un tal Soldado de invierno que parece más malo que un político truscolán.

Hay que ver como mejora la cosa cuando cambian a la gente y se centran en contarnos una historia y no en desentrañarnos los orígenes. Todo lo que no me gustó de la primera parte no aparece ni por asomo por aquí. Dan por sentado que conocemos al superhéroe y se han limitado a montar una película de acción fantástica con un tío que reparte candela de la buena y con una chocha del copón, papel interpretado por Scarlett Johansson que repite el mismo que ha hecho en otras películas del universo Marvel. En este caso Chris Evans no se toma tan en serio a sí mismo y la película gana un montón. El hombre sigue estando dopadísimo y tiene un cuello más ancho que la cabeza, pero al menos en este caso no pretende vendernos una interpretación para conseguir un Oscar. En el equipo de los que se apuntan a un cheque con mucho dinero tenemos a Robert Redford, que ya hace varias películas que está más arrugado que una pasa y al que deberían dopar para que se infle un poco. El otro que no se pierde una película si hay un buen dinero es Samuel L. Jackson y hace el mismo papel que hace siempre, ya que este es un actor de un solo personaje y es que no camba ni una ceja para darle un toque distinto.

El guión es conocido por todos, los efectos especiales son espectaculares, algo que es de esperar en este tipo de cine. No hay demasiadas tramas secundarias para distraernos y todo el mundo parece centrado en hacer que pasemos un buen rato sin más. Personalmente, creo que esta le da tres vueltas y media a la película anterior. Definitivamente es cine para el Clan de los Orcos al completo, yo diría que hasta con las hembras y por descontado, cualquier sub-intelectual con GafaPasta que se precie ninguneará la película. Para el resto, cine de acción con superhéroes y por supuesto, en TresDé.