Castañas guisadas con anís en el club de las 500


Cada año cuando llega el otoño yo empiezo a rastrear los mercados de Hilversum y Utrecht como un perro de presa. El objetivo es conseguir castañas. Este año además las busqué por Lisboa y Turín y en cada una de mis escapadas otoñales comparé precios. En Holanda, el kilo de castañas se pagaba a unos cuatro leuros, algo que a mí me parecía un rescándalo hasta que en Estambul vi que allí el kilo se pagaba a diecisiete leuros, vamos, tres menos de lo que te cuesta una mamada de una de las putas sin dientes de Amsterdam. En Turín, en Milán y en Roma no había castañas por menos de siete leuros el kilo y en Lisboa cuando pasé por allí aún no se conseguían ni en los supermercados ni en las tiendas chinas del centro de la ciudad. A partir del momento en el que cayeron en mis manos y hasta que fui en navidades a Gran Canaria, cada día me asaba diez castañas y me las comía. Este año no he hecho ningún día Castañas guisadas con anís como las de la foto, la cual vimos por primera vez en octubre del año 2008 y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.


2 respuestas a “Castañas guisadas con anís en el club de las 500”

  1. Están buenísimas. Siempre que veo un puesto de castañas, por la calle, es imposible que no me pare a comprar.