Caminando por calles perdidas en la zona de los templos me encontré con algún edificio curioso como el de la foto. Lo he comentado en alguna otra imagen, Yangón, Rangón o como la queráis llamar es una ciudad maravillosa para perderte sin rumbo fijo, la gente era muy amable y por todos los rincones habían cosas curiosas que ver. El arquitecto de esta especie de mansión no creía en el concepto de las escaleras interiores y las plantó por fuera del edificio, o igual lo heredaron varios hermanos y al igual que sucede en países latinos con mucha frecuencia, acabaron a la gresca y con sus escaleras separadas.