Con o sin agobios sigo disfrutando de las pequeñas cosas


Hacía más de cuatro años que no tenía un periodo de agobio en mi trabajo. Normalmente lo mío es un paseo triunfal, tocarse un poco los huevos, tomar café con los amigos, regalar magdalenas y mantener una intensa vida social por las diferentes plantas del edificio en el que están nuestras oficinas. En las últimas tres semanas he visto como se me acumula el trabajo y los correos sin leer han ido creciendo en mi buzón. Primero superé los cincuenta, después el centenar, el viernes pasado lo dejé en ciento cincuenta y hoy al salir de la oficina rondaba los ciento noventa.

Hoy he hecho lo único que podía hacer, le mandé un correo a mi vicepresidente explicándole la situación y comentándole mis prioridades. Hago unas cosas e ignoro otras y el coste será que algunas personas se mosquearán porque todo el mundo tiene la errónea percepción de hacer lo más crítico para la empresa. Lo bueno de trabajar en un país en el que la gente aprecia la calidad de vida y sabe que un trabajo no es más que una forma de ganar dinero es que nadie me exigirá que haga horas extras que no se me pagan o que me lleve el ordenador a casa y siga trabajando por las tardes desde mi hogar. Simplemente encauzaré el flujo para controlar y resolver los dos asuntos más importantes y el resto tendrán que esperar su vez o buscar otra persona que los solucione. Pasarán unas semanas hasta que se calme la marea ya que esta semana solo trabajo cuatro días y la próxima tres, con lo que el río continuará atravesando meandros que lo frenarán.

Recuerdo mis años de trabajo en España y la forma radical que tenían en la empresa a la que yo ofrecía mis servicios para arreglar las cosas. Tenías que echar más horas y joderte y callarte. No podías comentarle a tu jefe nada porque se lo tomaba a mal y te ponía en su lista negra ya que siempre era culpa tuya. Aquí arriba mi jefe, en lugar de hacer eso busca a otras personas que puedan ayudarme, desvía el trabajo hacia otros compañeros y a los que han de esperar por mi, les dice que se armen de paciencia o que demuestren que su asunto va a producir más dinero que aquellos que yo estoy resolviendo. Como por lo general no pueden demostrarlo, la cosa está clara y sigo con mi ritmo.

Al llegar el fin de semana, dejé atrás todo el trabajo con sus preocupaciones, alquilé un coche y lo pasé con mis padres llevándolos a lugares holandeses que no son fácilmente accesibles con transporte público. El sábado tuvimos un día de esos que parecen de novela de ciencia ficción, con casi veinticinco grados y un sol increíble y lo pasamos en Giethoorn, la Venecia del Norte, un pueblito increíble en el que puedes alquilar un pequeño bote con motor eléctrico y moverte por sus canales. Mis padres no se cansan de repetir que es lo más bonito que han visto de los Países Bajos en todos estos años. Como el lugar no está cerca de Amsterdam ni es fácil llegar al mismo, los turistas son puramente holandeses, familias y grupos de amigos que van a este pequeño pueblo que mantienen oculto a la marea de visitantes de otros países, aunque estos últimos siempre están más interesados en el alcohol, las drogas y las putas del Barrio Rojo. Tendré que dedicarle una serie fotográfica a Giethoorn y también escribir algo sobre ese lugar para mi otra bitácora. El domingo fuimos a Neeltje Jans o Deltapark, una especie de parque temático construido en una isla artificial por la que pasa la gran barrera del Delta plan, esa obra de ingeniería alucinante que mantiene el agua fuera del país y que nos protege del mar del Norte. El parque está lleno de actividades para los niños que se divierten incluso más que los adultos. Cuando estás junto a las compuertas que nos separan y protegen de las inundaciones te das cuenta de lo mucho que han trabajado los holandeses durante más de mil años para crear su país, siempre luchando contra los designios de la naturaleza y doblegándolos. Acabamos el día en Hilversum, cenando costillas en el legendario Café Cartouche, el lugar en el que esta comida se convierte en arte.

Esta semana bajaremos a Luxemburgo, ese pequeño país que completa el triángulo del BeNeLux. Con la de años que llevo por aquí y nunca he estado allí así que será una primera vez. Tengo un amigo que vive y trabaja por allí y al que espero ver. Esta semana comienzo con mi nuevo curso de holandés, el asalto final, los dos últimos niveles, el empujón que me falta para convertirme en miembro de pleno derecho de la academia de la lengua. Como ha sucedido en ocasiones anteriores, es más que probable que la bitácora se nutra de las cosas que allí nos cuentan y entre eso y las boberías que se me ocurran llegaremos a las navidades.

En un mes estaré en algún remoto lugar de Polonia con un grupo de fotógrafos holandeses y dedicaremos la semana a fotografiar águilas marinas. Esa semana estaré totalmente desconectado de la red, compartiendo vivencias con gente que vive y respira con su amor por las fotos y tratando de aprender tanto como pueda de ellos. Solo quedan unas once mil parejas y al ritmo con el que estamos destruyendo nuestro planeta, no resulta disparatado pensar que puede que no lleguen a fin de siglo. A todas estas, algún día volverá el frío y la lluvia a Holanda y entonces comenzaremos a cazar setas y capturarlas con nuestras cámaras. Ya sé que debería ser más convencional y matar las tardes viendo la tele, empapándome todo tipo de eventos deportivos a través de la caja tonta pero no puedo, prefiero caminar por el bosque buscando esa preciosidad roja o esa diminuta hermosura verde y disfrutar del otoño, la época más hermosa del año y aquella en la que los colores que nos rodean parecen sacados de una película de ciencia ficción.


14 respuestas a “Con o sin agobios sigo disfrutando de las pequeñas cosas”

  1. Sobre lo del trabajo, ahora mucho peor. Con esto de la crisis hay jefes que están aprovechando a base de bien el «lo tomas o lo dejas, que hay veinte esperando tu sitio». Creo que llegar a vivir aquí como se vive en Holanda es simplemente una utopía. Del resto, menuda envidia me das…

  2. Cojonuda Holanda, pero nosotros, otra cosa no, pero somos los campeones de Europa de baloncesto y de futbol…jajajaja
    Vamos mejorando, cualquier día nos da por hacer canales en Andalucía, ¿para que? Tampoco tendría sentido robarle tierra al mar, con la cantidad que tenemos baldía, Europa inundada de nuestros productos agrícolas y los Moros jodiéndonos con los tomates y el fresón, si es que…no te digo…jajajaja
    Salud

  3. Tan respetuosos con el medio ambiente, tanta bici y tanto tulipán, y en el fondo solo vivis en un espacio que le habeis robado al mar… y Jc, hay de todo, como habrá tambien allá, mis jefes son estupendos, y jamás, repito: jamás me han dicho que haga mi trabajo de una manera u otra o en un plazo u otro. Mi horario me lo he hecho yo, según me ha convenido, y nunca he tenido que «pedir» días, como mucho, aviso de que no voy a venir, y cuando estamos trabajando, son los que me dicen que descuelgue el teléfono y me vaya a tomar un café con ellos, y soy yo la que digo que hay que volver al trabajo. Mi sueldo no es el de un ingeniero, pero es que NO soy ingeniero, así que tampoco lo pretendo, y mi calidad de vida, (toco madera) casi no la cambiaría en nada. Así que hay de todo. *Aish- suspiro*. Yo no se en que sitio del mundo se vive mejor o peor, porque no he vivido en todas partes del mundo, pero no entrar en competición por eso, cada uno que viva lo más feliz que pueda, donde pueda. En lo que estoy totalmente de acuerdo es en que hay que trabajar para vivir, y no vivir para trabajar, y si hay gente que es feliz viendo el fútbol en la tele, y otra que es feliz haciendo fotos de setas, pues lo importante es ser feliz, que no??? Y vivir. Y me vais a perdonar, pero ayer enterramos a un conocido por gripe A y estoy alterada, ya me callo.

  4. Yo hace tiempo que aprendí que el trabajo no es todo en la vida, lo aprendí antes incluso de vivir en Holanda, así que Holanda me demostró que mi teoría es la más válida que hay 🙂
    Yo hoy también tengo viernes chiquito y la semana que viene trabajo dos días y me pasa que también ando a mil en mi oficina con un proyecto grande pero hoy a las cinco apago la luz y hasta el lunes lucas 🙂

    Besos.

  5. Virtuditas, se le roba al mar y el 70% se usa para naturaleza, se crean reservas para las aves, para los ciervos, los caballos, se prohíbe construir en muchos sitios y se procura respetar el medio ambiente tanto como se puede y aquí eso es casi una religión. En el mundillo de los ingenieros e informáticos, los abusos a los empleados están a la orden del día en España. La referencia a mirar la tele no es que no lo puedas hacer en otros lugares, es más bien que solo se vive una vez y hay que aprovecharlo tanto como se pueda. Quedarme en casa aplatanado no está entre mis planes y espero que nunca lo esté.
    Waiting, hoy apago la luz a las 16.31 que tengo clases de holandés y si no no llego a tiempo.

  6. Jelous!
    Tras tirarme 8 meses viviendo para trabajar he conseguido un puesto muchisimo mejor (ahora trabajo una semana y libro otra). A veces vale la pena invertir un tiempo para mejorar en tu vida / carrera profesional. Tengo un amigo que invirtio 24 meses en sacar unas oposiciones y ahora es un feliz bombero, otro paso el mismo tiempo sin salir los fines de semana trabajando como recepcionista nocturno por 40.000pts/ mes y ahora es un feliz funcionario con un monton de dias libres al mes.
    En lo que si estoy de acuerdo es en nunca vivir para trabajar como modo de vida ad eternum ya que como habeis dicho …life is too short!!!…sigh!!

  7. M, al final en España la felicidad laboral parece que la da el funcionariado y eso, al menos para mí, no es bueno.

  8. Estoy contigo, antes de encontrar el chollo de trabajo que me ha caido del cielo currado como un cabrón, mi pensamiento era después de operarme salir cagando hostias de esta basura de país llamado España. Ya que mi profesión no se respeta, pues que le dieran por el orto. Por cierto esta semana me he enterado que en Informática este año han habido la increíble cantidad de 30 nuevas matriculaciones en la ULPGC. Hasta muchas me parecen. Saludos.

    PD: Un regalito.

  9. emo, arreglado. Ya lo había leído. Si yo fuera mujer me marcharía de España. Básicamente les dan dinero para hacer cine no por merecerlo ni por ser mejores directores, solo por tener un coño peludo y según el gobierno, ser retrasadas o disminuidas psíquicas o físicas y merecer la lástima de papá-estado y su dinero. Está claro como consiguió el dinero la Coixet para la MIERDA de película que ha rodado y ya sabemos que no importa si no se recupera jamás el dinero que se gastó. Tiene pipa del coño y por tanto se lo merece.

  10. emo, creo que te has pasado, y siendo tan basura has confiado en su sanidad? y siendo tan basura que sigues haciendo aquí? la expresión NO ha sido acertada, emo, sinceramente, a mi me ha ofendido.

  11. Pues será verdad o mentira… pero yo me voy mañana una semana a Hilversum porque la necesito, después de un mes de problemas en el trabajo, donde pensaban «obligarme» a hacer más días y más turnos cuando en el convenio ni se comtempla hacer turnos (llevo 4 años haciéndolos)… después de plantarnos unos cuantos ante el Comité de Empresa por no poder más!!!
    Montaré relajadamente en bici, pasearé por el ?t Gooi, me complaceré de las buenas cenas con buenos amigos….
    Cogeré fuerza en Holanda… para seguir luchando aquí!