Con saña


Tengo una memoria a corto plazo que empuja aquella a largo plazo y trata de ahogarla. Esto es una verdad como varios templos, sobre todo en lo relativo a la interacción con el universo mezclada con la previsión meteorológica. Según los expertos, el 2016 ha sido un año calentísimo, de récord y sin embargo, en noviembre, yo tengo la impresión que es más frío y que donde yo vivo no llueve, nos tiran baldazos de agua. Creo que hacen ya ocho días desde la última vez que vi el sol y desde aquel fantástico día, frío que no veas pero en el que los rayos solares te acariciaban la piel, he recogido la suficiente agua en mi jardín como para llenar baldes y baldes y más baldes de agua. Mi sensación personal es que las nubes esperan a que yo tenga que desplazarme para ensañarse conmigo. He llegado a un punto en el que el pantalón chubasquero, al cual cariñosamente llamo el condón, va siempre sobre mi pantalón del día ya que cuando llueve, es tanto que de no hacerlo ya habría pillado el catarro y hasta la bronquitis.

Esta mañana fue un buen ejemplo de este paradójico año más cálido. Según tres de los programas que uso para mirar la previsión de lluvia estaba por comenzar a llover en cualquier instante anterior a que yo partiera de mi casa hacia la estación. Ya estaba cerrando la puerta cuando me di cuenta que no iba plastificado y aborté la maniobra y me puse el condón. En el primer kilómetro parecía que se equivocaron pero de repente se abrió el cielo y las gotas eran como nueces de grandes. Yo era el único en el andén de la estación equipado para ese escenario y veía las caras incómodas de los otros pasajeros, enchumbados en sus pantalones con un agua super-agradable ya que la recibías a siete grados de temperatura, que es la perfecta para disfrutar de un baño. Cambié de tren en Utrecht Centraal, seguí hacia Hilversum y de nuevo, en la sección posterior del tren, yo era el único con el condón puesto. Llegamos a Hilversum Sportpark, se abren las puertas del tren, comenzamos a salir y el cielo vuelve a abrirse y nos tiran los baldes de agua con saña. Yo pillé mi cutre-bicicleta y traté de llegar al trabajo lo antes posible, con una mano dentro de la chaqueta y la otra con un guante a prueba de agua y con el drama de saber que el otro se me perdió ayer por la tarde. Al llegar a la oficina, abro el garaje y me detengo y me pienso muy bien si quiero arriesgar mi vida. Ayer, dos compañeros se dieron tremendas hostias en la rampa y uno de ellos está en casa con heridas y no saben cuando volverá. Los ríos de agua que bajan por la rampa de acceso al garaje son peligrosos para los ciclistas. Al mediodía quería ir a caminar pero me quedé con las ganas. Media hora antes comenzó a llover y se me jodieron los planes, igual que el lunes, el martes y el miércoles tuve que abortar el salir a correr porque si hay algo que no soporto es hacerlo mientras me tiran agua helada.

Lo dicho, que los expertos dirán lo que quieran pero yo sigo pensando que este no ha sido un año más cálido, este ha sido un año en el que lo que ha habido es más saña a la hora de repartir la lluvia y a mi parece que me ha tocado la lotería del agua y sobre todo la del agua helada.


5 respuestas a “Con saña”

  1. Pues habla con alguien para que nos manden parte de esa agua que falta nos hace. Pero solo parte que ya sabes que si llueve aquí como ahí acabamos todos en la marea. 🙂

  2. A lo mejor, con eso de la lluvia y el frío, podrias considerar si te era rentable una de esas cintas para correr, mi hija tiene una que compró a una amiga que tenia un gimnasio y lo desmontó, le hizo buen precio, o sea que es profesional, y cuando yo voy a visitar a mis nietos la suelo usar, tiene una tele enfrente y no es tan aburrido.
    Aquí no ha llovido nada, todos los dias brilla el sol y hoy hemos tenido 23º.
    Salud

  3. Pues por aquí te asomas a ver El Tajo y te dan ganas de llorar. Entre que no llueve y el poco agua que tiene se lo llevan para Murcia, bien nos vendría que nos calleran baldes.

  4. Luis, según le contaron a mi madre, esta semana tuvisteis al menos un mega-chubasco.

    Genín, son mamotretos y mi casa no es la de la Preysler con diecisiete jiñeiros. Mi amigo alemán tiene una en el sótano de su casa y es básicamente una habitación completa. Según él, tomarte tus mojitos mientras corres es muy conveniente.

    Montse, a la hora a la que apareció esto publicado nos cayeron dos baldes más. Me pilló volviendo desde el cine a mi casa y para cuando llegué, tanto el condón como la chaqueta lucían como recién sacados de la lavadora sin centrifugar. Siguió así hasta la medianoche y esta mañana tenemos otro y esta tarde justo a la hora a la que quiero ir a ver una peli italiana al cine hay previsto otro épico que espero que se retrase o adelante un cuarto de hora para evitarlo.

  5. Hasta aquí estamos escasos de agua. Este fin de semana se esperan lluvias, aunque se suponía que empezaba a llover ayer por la tarde y a estas alturas aún no ha caído una gota. Creo que en octubre no llovió ni un solo día, en Galicia!!
    Las acabaremos pagando todas juntas… la Tierra nos está preparando la venganza!! 🙁