En un mundo petadísimo como este en el que vivimos y que pronto rebosará con tanta gente, cada vez está más cerca el momento en el que alguna enfermedad se escape al control del sistema y asole la especie. Es una pura cuestión de número y de la facilidad que hay hoy en día para ir de un lugar a otro, con lo que el control y aislamiento de dicha enfermedad, si llega a suceder, será muy complicado. Todos recordamos la paranoía de un par de años atrás con la gripe aquella que iba a diezmar el universo y que acabó en nada y quizás por eso, somos muy reacios a tomarnos en serio las próximas amenazas. Jugando con este tema llegó a las pantallas la película Contagion, la cual se estrenó en España a mediados de octubre con el título de Contagio.

Un montón de julays las pasan putas por culpa de los chinos

Un virus letal se extiende por todo el mundo y empieza a matar gente con gran rapidez. Lo que viene a continuación es el Caos, el miedo y la desidia tanto de políticos como de la gente ante algo para lo que parece no haber cura y que no distingue entre ricos y pobres y que provoca que la sociedad se vaya colapsando aún más rápido que el virus.

Esta película es una de esas que cuando ves el trailer, te provoca alguna duda. No parece haber un protagonista claro y la historia no queda encajada en un género específico. En algunos lugares que era de terror, en otros que era un drama y en otros la ponían como un thriller de ciencia ficción y con tantos palos, resulta difícil elegir la carta. Lo cierto es que Steven Soderbergh optó por una obra coral en la que la gente aparece, tiene su momento y en muchas ocasiones desaparece y únicamente un par de caracteres van con nosotros a lo largo de todo el viaje. La historia es muy interesante pero no consigue enganchar, te lo tomas más como un documental del Discovery Channel bien hecho que como una película. No te enganchas emocionalmente con nadie ni te identificas con ellos y en todo instante eres muy consciente de ser un espectador y nada más que un espectador. La historia se aleja de las clásicas películas de desastres en que se fija más en los personajes y no se preocupa en mostrarnos escenas espectaculares con gente en las calles y demás, del tipo de las que pudimos ver por la tele en Londres no hace mucho. Resulta interesante ver como en un mundo sin barreras, algo como esto puede sacar el talibán que todos llevamos dentro y volvernos extremadamente protectores. De entre los muchísimos actores que participan, Matt Damon es quizás el que mejor queda, aunque a mí siempre me da la sensación que es un cacho de carne con ojos.

Pese a lo impactante de la trama y lo real que puede parecer todo, no llegué a conectar con la historia y aunque me gustó, no salí del cine flipando y alucinando. Tiene un pase y si te gusta el buen cine y estás cansado de ver historias para descerebrados y adolescentes con picores vaginales, esta puede ser una opción. Si perteneces al Clan de los Orcos, quizás deberías esperar a que la den por la tele.