Ya comenté en Equipaje de mano que las cosillas que yo llevo en mi mochila cuando viajo a Asiaigual son un pelín distintas de las que prefieren los cuatro comentaristas, que me da la impresión que son más bien de llevarse su ropa de marca para fardar. Cada una de las cosas que va conmigo es para ser usada, con la única excepción del botiquín de emergencia el cual espero que siga siendo un peso muerto como ha sido en los últimos seis años. Cuando el requisito original es irte durante tres semanas con una única mochila de cuarenta litros, inmediatamente surge el problema de las escapadas diarias. Si haces una excursión o quieres llevar algo contigo, no tienes en donde hacerlo y por eso, necesitaba al menos otra mochila. En realidad me llevo dos, una que uso cuando voy a la playa o es una excursión en barco y que protege la cámara, la toballa y lo que lleve del agua y que en caso necesario, funciona hasta como flotador o almohada de playa. No ocupa mucho espacio, es de algún material de plástico y no es cómoda para cargar durante todo el día en ciudad porque sudarías como bellaco en las zonas que roce el cuerpo. Por eso, tengo una mochila pequeña:

Me he comprado dos y creo que la elegida es una que vendían en el DeKaTlon por poco más de un leuro. Es fuerte, está hecha de un material que debería repeler en cierta medida el agua y sirve para llevar unas cuantas cosillas a tu espalda en caso de que sea necesario. Es más que probable que la use un puñado reducido de veces y que al regresar, si decido facturar la mochila grande, esta se convertirá en el receptáculo para el equipaje de mano.

Todos los años me llevo pulseras de citronella. Hasta el año pasado, compraba las que se pueden ver en la anotación Asia 2014, pero parece que la cadena de tiendas que las tenía ha dejado de venderlas. Después de una exhaustiva búsqueda y como no podía encontrar ninguna en comercios locales, opté por pedirlas en la tienda de Ali BABA y por prácticamente nada me han mandado diez y cada una debería tener una duración de cuatro o cinco días. Las nuevas no son de un material plástico y no estoy seguro que aguanten muy bien si se mojan, pero como fundamentalmente las uso por la noche o en la jungla, no creo que eso sea un problema.

Finalmente, desde el verano del año pasado compré un par de fundas especiales en la misma tienda de los ladrones y que supuestamente protegen tu teléfono si lo sumerges en el agua. El año pasado vi un montón de gente haciendo vídeos cuando nos íbamos en escapadas de buceo con gafas y tubo y siempre tenía una envidia casi-dañiña porque no podía hacerlo, así que pedí dos y le regalé una a mi amigo el Rubio. Hasta ahora las pruebas que he hecho, dejándola una noche entera sumergida en agua con un pañuelo de papel dentro han sido un éxito y creo que me arriesgaré a meter en esta bolsa mi fastuoso teléfono de cien leuros y hacer un vídeo bajo el agua con los pescados de la película de animación de Disney o los que vivan por el lugar al que iré. Veremos que tal va la cosa. Esto puede ser el empujón definitivo para mover Distorsiones, el mejor blog sin premios en castellano, desde la cómoda posición épica en la que se encuentra a la categoría de LEGENDARIA. Tengo algunas otras chorradas pero con estas tres creo que tenemos un buen ejemplo de las cosas que escondo en mi mochila.