Mis planes para ir al cine son un ente vivo que cambia según las condiciones meteorológicas, las ganas, el sueño y hasta la película y cuando la película sorpresa de esta semana resultó que era una noruega, como que decidí pasar de la misma y no fue hasta el miércoles después de italiano que fui a ver Creed II, continuación de aquel peliculón que vimos hace tres años llamado Creed. La leyenda de Rocky – Creed que por supuesto todos hemos visto y amado y la nueva se estrena en España en un par de semanas, justo cuando yo pasaré por ahí, con el título de Creed II: La leyenda de Rocky.

El julay ancestral descubre que el negrito que adoptó es más acarajotado que un truscolán organizando un referéndum

Tenemos que el chamo este del Creed le gusta hostiarse en público y contra todo pronóstico y entrenado por el milenario Rocky Balboa, le gana a otro acarajotado y se convierte en el campeón del mundo de los pesos pesados tirando a pesadísimos. Según sucede esto, otro negro malísimo se trae de Ucrania a un tipo que es como un cacho de carne con ojos, enorme y con una cara de mala hostia como si le hubieran metido un tampón por el orto y que resulta ser el hijo del boxeador que perdió en la película Rocky IV (palito-uve). Lo afrentan para que acepte una pelea y el bestia le da una paliza al negro que no te imaginas y además, no tiene a Rocky a su lado porque ya le dijo que aquello no iba a ser boxeo sino una matanza como esas con las que sueñan los de la cup en truscoluña. El negro además tiene a su hembra preñada después de que al parecer se la empetó, aunque no sabemos si el padre es él o los anabolizantes que se jinca y mientras se recupera, se vuelve un ñanga miedoso que tiene miedo hasta de los programas de gritos de Telajinco. Finalmente, su madre organiza que el Rocky lo vea y lo entrene para el combate de la revancha y viajan a Rusia y le dan una jalada al cacho de carne que no está ni escrito la tunda que recibió. Entre medias nos enteramos que la madre del chamo ruso es Brigitte Nielsen a la que la edad parece que ha sacado el macho que llevaba bien dentro y ahora es que parece mismamente un marine. O algo así.

Bueno, bueno, bueno. Si la película anterior ya era fabulosa, esto se sigue entremezclando en el universo de Rocky y ahora tenemos que hasta Dolph Lundgren aparece en la película y para aquellos de vosotros que seáis ignorantones, este hombre se dio a conocer como actor en esta película y en una del agente 007, ambas de 1985. La verdad que el tiempo lo ha estropeado muchísimo, está como si todas las hormonas que se jincó se le hubiesen rebelado y hayan decidido campar por sus carnes a sus anchas. La historia es la habitual, con unos cuantos combates y uno que tiene que perder injustamente para que nos de pena y así poner la parte triste y emocional. Sylvester Stallone es un puto amo de la interpretación y aquí nos lo vuelve a demostrar y pese a que el hombre es ancestral, está fabuloso y fantástico y hasta más. La película no tiene la espectacularidad de la anterior pero sigue siendo una historia excelente, muy bien contada y con una precisión en el detalle y en la sensibilidad que no se suele ver muy a menudo en las películas de boxeo. Sales del cine habiendo disfrutado un montón con la misma.

Esto es cine que a priori, no estoy muy seguro si gustará a los miembros del Clan de los Orcos ya que la parte de las hostias si que se les da bien, pero los tramos emocionales y las conversaciones igual es mucho para ellos. Sí que puede gustar y gustará a los más jóvenes de los sub-intelectuales con GafaPasta.