De cruasanes y fotos


Mi mecánica a la hora de poner fotos en la bitácora está muy automatizada y llevo años con el mismo sistema. Proceso las fotos, las exporto añadiéndoles un marco blanco que les da ese aspecto redondeado y les ajusto el tamaño, pongo la mosca cojonera para los ladrones habituales (que por suerte, con el declive de la Bobosfera ya no parecen abundar) y empotro las fotos en un código que aparece de manera mágica en las anotaciones ya que está escondido en uno de los dos programas que uso para expandir abreviaturas.

Pongamos por ejemplo las actividades de este fin de semana pasado. En Holanda, la previsión meteorológica anunciaba tiempo mierdoso tirando a malo, con lluvias constantes, frío y un gris fatigoso que te hace vivir en penumbras. Visto el plan, opté por salir lo menos posible y salvo por una escapada al cine y al mercado del sábado por la mañana (y otra del viernes por la tarde al cine), hice más bien poco. El viernes, decidí que este era un fin de semana de preparación de croissant y como en varias ocasiones anteriores, sigo buscando la receta perfecta. La elegida (que para aquellos menos dotados por los dioses con inteligencia básica está en el enlace anterior), se preparaba a lo largo de tres días, aunque no requería demasiado tiempo ninguno de ellos. Lo que me gustaba de esa receta es que detallaba los ingredientes y especificaba cláramente el tipo de harina y mantequilla que hay que usar, algo que en mis experimentos anteriores descubrí que era fundamental. Compré esos dos ingredientes y el viernes me puse manos a la obra durante cinco o seis minutos y el resto del trabajo fue en la nevera. El sábado por la tarde continué con las actividades del segundo día, que acabaron también con la masa en la nevera y el domingo finalmente extendí la masa, corté los triángulos y tras un tiempo, los cruasanes entraron al horno y salieron gloriosos. Para aquellos que no cocinan o no se aventuran con recetas de repostería es difícil de entender pero hay algo mágico en crear a partir de harina, agua, leche y mantequilla un producto tan increíble y sutil como el cruasán. Mientras los horneaba, controlaba el proceso sin apartarme del horno y ajusté la temperatura como sugerían. Al sacarlos,tenían un aspecto asombroso y un olor que me llevaba a algunas pastelerías de mi infancia. Los hice en dos tandas y mientras la segunda se horneaba, fotografié la primera. Algunos de esos cruasanes tienen un dadito de chocolate en su interior pero no tengo ni idea de cuales de ellos, con lo que la sorpresa al comerlos está siempre garantizada. El esfuerzo mereció la pena y tengo un montón de desayunos espectaculares para las próximas semanas, ya que según se enfriaron fueron congelados.

Hasta aquí todo va bien pero ahora llegamos a la parte en la que esta anotación se vuelve interactiva. Desde hace unos meses, flickr, el lugar en el que hospedo mis fotos desde el año 2004, ha cambiado los códigos hache-té-me-ele de las imágenes. El cambio, a mejor según ellos, me obliga a currarme un poquito más lo que hago para poner fotos en el blog. No es una tarea excesiva pero acaba por resultar molesto. Lo que antes hacía de manera mecánica en lo que lleva copiar y pegar, ahora necesita de la intervención humana para editar y suprimir algunas líneas que por supuesto ninguno ve porque forman parte de la infraestructura mágica que permite ver las fotos.

Todo el rollo anterior es solo para preguntar que os parece lo siguiente. La siguiente foto sigue el formato tradicional, con las nuevas correcciones que hago. La vamos a denominar versión UNA o palito si usamos los números del emporio romano:

Croissant

Croissant, originally uploaded by sulaco_rm.

A continuación tenemos la misma foto sin tocar una coma del código que me proporciona flickr. Esta es la versión DOS o palito-palito en números del susodicho emporio, aunque en este caso no he añadido (aún) la mosca cojonera ni he retocado los bordes redondeados:

Croissant

En la tercera y última versión, tenemos la misma imagen que forma parte de la primera opción, pero en este caso uso el código que la envuelve y transforma igual que a la segunda foto. La diferencia entre estas dos últimas está en el redondeado exterior. Esta es la opción TRES o palito-palito-palito en numerología imperial romana:

Croissant

Así que, aparte de las paridas que puedan querer decir en los comentarios (si es que alguien aparte de Genín comenta algo), ¿cuál prefieren? ¿UNO – palito, DOS – palito-palito o TRES – palito-palito-palito?

Yo voto por palito-palito-palito aunque también me gusta mucho la versión palito-palito Por supuesto, cualquier cambio asusta y aterroriza y se haría poco a poco y con la despensa de imágenes que ya tengo procesadas, no sería extraño que formatos antiguos reaparecieran de cuando en cuando. Tampoco me he parado a evaluar el impacto de esta operación en las fotos cuando se accede al blog desde dispositivos móviles o portátiles.

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9 respuestas a “De cruasanes y fotos”

  1. A mí me gustan la palito, y en segundo lugar, la palito-palito-palito. Este año podrías regalar cruasanes en lugar de enviar tarjetas navideñas… (¡es broma!).
    Saludos,

  2. Ni a mi amigo el Rubio que quiero como a un hermano bastardo le doy uno de mis PRECIOSOS. Ayer me comí uno y puedo asegurar y aseguro que prácticamente me corrí de puro gusto mientras desayunaba. Cuando vengan visitas a mi casa los esconderé en el ático.

  3. La que más me gusta es palito palito palito. Pero si el proceso de redondear esquinas es muy trabajoso, no está mal palito palito.

    Saludos!

  4. El redondeado lo hago en el lightroom a todas las fotos que elijo de un tirón. Lo tengo creado hace eones y no toma tiempo. La mosca cojonera se la añade después al exportarlas a formato JPG, cuando les ajusta el tamaño y les pone la mosca.

  5. Yo pensaba que las esquinas redondeadas era con algún truquillo en CSS. Así que si no hay trabajo extra, me reafirmo en palito palito palito.