De Libi


El director de esta película ya puede darme las gracias porque la he tenido que perseguir para poder verla. La primera vez que reservé fue un día con ola de calor y al final decidí no salir de casa para hacer los ocho kilómetros y pico hasta el cine y sudar como un bellaco. La segunda vez que reservé, en un programa doble con la película que comenté ayer noche, cuando estaba en el cine viendo la primera me llegó un mensaje diciendo que la cancelaban por problemas técnicos, algo que no me creo ni jarto de Clipper de fresa, que lo que pasó es que yo era la única persona con reserva y la cancelaron inventándose los problemas técnicos que no existían porque la daban en la misma sala en la que yo vi la peli anterior y la copia digital la tenían desde hacía más de dos semanas. Aún así, reservé para otro día y esa vez si hubo suerte y pude ver De Libi, título que se puede traducir como truscoluña no es nación y que jamás llegará a España.

Tres julays recorren Amsterdam buscando la forma de entrar en una fiesta para poder chingarse a unas perras que saben que estarán allí.

Tres chavales, presuntos terroristas por sus pintas islámicas-del-coño en dos de ellos y directamente por ser negro, el tercero, pero que viven en barrios de esos complicadamente interesantes, se cruzan con unas pavas que se las ponen morcillonas y que dicen que esa noche irán a una fiesta. A partir de ahí, sus cabezas inferiores toman el control y maquinarán lo que no está escrito para conseguir entradas a esa juerga en Amsterdam, solo que muchas de las cosas que hacen les salen mal. En todo esta aventura, se verán los lazos afectivos entre los tres colegas, que son muy leales entre ellos siempre que no huela a coño en las cercanías.

Cuando vi que esto era una comedia con drama ya me interesó, aunque no recuerdo haber visto nunca el trailer. La cosa es que me divirtió, en la parte cómica y me lo pasé muy bien con los tres chicos, pero lo del drama me agota. A propósito, el título es jerga callejera y barriobajera para decir la vida, pero vamos, entre criminales y politicuchos, sobre todo de los izquierdosos podemitas con vínculos a dictadores venezolanos y que se chingan a las hembras de su partido y echan a los machos. Los tres chavales son pobres y sobreviven como pueden pero sin perder la sonrisa. Hay un momento épico, cuando ya parece que van a la juerga, en el que cada uno se va a su casa a vestirse, o al menos dos de ellos ya que el tercero se junta con unas pavas tortilleras que están en un Earbénebé y que le ponen un traje del dueño de la keli. De los otros dos, uno acaba con una chaqueta de su padre con al menos cuarenta años que parece sacada de una película de los setenta protagonizada por Genín y Virtuditas y el otro es épico cuando llega a la fiesta con el uniforme de manager de Burger King, con el escudo de la compañía cosido y que se ve horrores. Me tiré al suelo de risa en esa escena. La película sube y baja, mejora en comedia y se atasca en drama, pero al final, el balance es positivo.

Esto, si se tradujera, lo podrían ir a ver los miembros del Clan de los Orcos. Definitivamente, no es algo para los sub-intelectuales con GafaPasta.


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