De Marathon


El otoño es la época de los grandes estrenos del cine holandés. Coincide con el Nederlands Film Festival el cual se celebra en Utrecht todos los años. Aunque durante el año vemos una que otra película, es en esta época cuando de repente la cartelera está petadísima de películas que jamás llegarán a mercados en los que no se hable el neerlandés. Este año he procurado elegir un par de ellas en las que no haya movidas de la Segunda Guerra Mundial. Una de esas películas es De Marathon, la cual jamás de los jamases llegará a estrenarse en España así que nadie se tiene que preocupar.

Un grupo de julays se corren sin ningún gusto

En un taller mecánico trabajan unos pobres perdedores. El que lleva el negocio parece que no le gusta pagar a Hacienda y ha ido acumulando una deuda escandalosa. Para complicar las cosas, tiene un hijo que está saliendo de la adolescencia y que parece que le gusta robar pasta a su madre y no dar un puto palo al agua y además, en un control en el hospital le han detectado un cáncer y le quedan unos pocos meses de vida. Con todo en contra, el hombre decide no hacer caso de nada y seguir viviendo y cuando sus amigos descubren que van a perder el taller, intentan evitar el drama apostando la deuda con un empresario a cambio de correr y acabar todos ellos una maratón en Rotterdam. Uno de los empleados del taller, un musulmán, será el que los entrene, algo difícil ya que además de perdedores son alcohólicos, fumadores y tienen unos cuerpos danone caducados hace un par de décadas.

No sé en qué momento de la historia me enganché pero lo cierto es que poco a poco se va haciendo con tu atención y aunque todos sabemos que acabará con ellos corriendo la maratón, no nos importa. La historia está muy bien llevada, el drama y la comedia se entrelazan de manera muy elegante y el toque deportivo no se hace nada pesado. Vemos las vidas de estos desgraciados y las historias paralelas de sus familias. Todos tienen algo bueno y algo malo en sus vidas y su amistad parece ser lo único que los mantiene a flote. Cuando comienzan a entrenarse para la maratón dan más lástima que otra cosa pero aún así, nos reímos y sufrimos con ellos, sobre todo con el que tiene cáncer y sabe que va a morir, un pequeño secreto que no cuenta a los demás. La escena final, con la maratón, es épica y consiguen que llores. Es una lástima que este tipo de cine no salga de las fronteras holandesas porque está a la altura o incluso muy por encima de muchas de las cosas que nos llegan desde los Estados Unidos.

Un bonito canto a la amistad y al sacrificio. Al no estrenarse en España, no tenéis que preocuparos.


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