Décimo día. Langkawi


El relato de este viaje comenzó en Camino a Kuala Lumpur y Tienes un índice con todos los capítulos en Viaje a Malasia del 2009: Índice con toda la historia.

En la recepción del Mutiara Burau Bay Resort alucinaba en colores. Como en otros hoteles y B&B en los que había estado, les daba mi nombre y todo estaba preparado. Nunca dejará de fascinarme lo poderosa que es Internet para comprar y organizar cosas. Me pidieron que esperara al conserje para que me acompañara a mi cabaña. Cuando llegó fuimos juntos a una furgoneta y me llevó hasta el lugar. Era una pequeña carretera que bordeaba un bosque en el que se veían escondidas las cabañas. La mía tenía unas vistas increíbles de un atolón. Subimos mis dos mochilas y flipé aún más. El sitio es infinitamente precioso y solo por la vista merecía la pena. Tomé posesión de mi territorio y sin perder tiempo me puse el bañador y me acerqué a la piscina a buscar una toballa. Con la misma bajé a la playa y casi me caigo de culo. No se puede describir con palabras, el sitio es de postal.

Me pasé la tarde tumbado en una hamaca disfrutando de la playa y escuchando a la gente hablar en holandés a mi alrededor lo cual me recordó que da igual al lugar del mundo al que vayas, sea donde sea siempre te encontrarás holandeses. Un país tan pequeño y con gente tan viajera ??

Aprovechando que el cielo se estaba poniendo increíble, con nubes y unos azules de pura fantasía, me di una ducha rápida, cogí el cochingo y visité el Oriental Village que está muy cerca del complejo. Es una especie de poblado con tiendas para turistas, bares y demás, todo muy artificial pero lo realmente interesante es que de allí sale el Langkawi Cable Car, unos telesillas que te llevan hasta setecientos metros de altura en un viaje de casi veinte minutos para tener unas vistas increíbles del mar de Andaman. Me bajé en la primera plataforma e hice unas cuantas fotos. Seguí hasta la segunda plataforma y la verdad que las vistas eran de escándalo. Justo en ese momento comenzaron a llegar nubes que chocaban allí mismo y le daban un aire misterioso. Yo no sabía ni hacia donde mirar para hacer fotos. En el lugar hay una especie de puente que te lleva a una tercera plataforma y fui a la misma. Al llegar allí veo que hay unas escalinatas que se internan en la selva y aunque la gente miraba y se quedaba en la plataforma, yo decidí bajar. Supuse que serían unas decenas de metros pero aquello seguía internándose más y más en la jungla y los monos comenzaron a volar por encima mía, ardillas y miles de animales que chillaban, gruñían, gemían y carraspeaban. Los insectos eran enormes pero no lograron acojonarme y seguí avanzando. Bajé por un pequeño valle y el camino seguía, cruzando riachuelos y pasando por todo tipo de recodos. El aire era algo más fresco pero la humedad seguía siendo del 100% y sudaba como un cochino. Después de veinte minutos andando vine a aparecer en la primera plataforma. Me había hecho una caminata desde la segunda plataforma hasta la primera por la jungla. Al llegar allí uno de los empleados se quedó sorprendido y me dijo que era la primera persona que lo hacía ese día. Volví con el telesillas a la segunda plataforma, hice unas cuantas fotos más y aún eufórico tomé el telesillas para regresar a la base.

Desde allí me acerqué a Telaga Tujuh o Siete pozos. Hay que dejar el coche y subir por unas escaleras infinitas. Estaba empezando a oscurecer así que subí al trote y pese a los cerca de quinientos escalones, llegué arriba totalmente mojado pero en un tiempo récord. Cuentan las leyendas que en estas cataratas de venían a bañar las hadas de las montañas. Son una serie de piscinas naturales conectadas por cataratas y rodeadas de una vegetación tan densa que no deja ver la tierra. Nuevamente me quedé asombrado por la belleza del lugar. No hay nada que haya visto en mi vida que se pueda comparar a las cosas que vi esa tarde. Caminé e hice fotos por allí a destajo y regresé al hotel completamente mojado, tanto que me tuve que duchar de nuevo y cambiar para salir a cenar.

Conduje hasta Pantai Cenang, la zona turística por excelencia de la isla y en la que los hoteles y pensiones se apiñan a ambos lados de la carretera junto con cientos de tiendas y restaurantes. Paseé por allí buscando una bolsa a prueba de agua como la que había visto en las islas Perhentian pero no hubo suerte. Al final encontré un restaurante chino para cenar que tenía buena pinta y que estaba lleno de chinos y me di un atracón a langostinos a precio de risa. Para cuando acabé de cenar ya me apetecía regresar y tras aprovisionarme en un supermercado volví a mi cabaña. Como en ese complejo no tenían aún wifi en las cabañas y únicamente estaba disponible en la zona de recepción, me acerqué para comunicar a la familia y amigos que seguía vivo y después me quedé en el bar con los holandeses disfrutando del ambiente. Para volver a mi cabaña hay que ir por unos senderos que pasan entre los árboles, poco menos que en la jungla y los animales gritaban a mi alrededor y allí donde había alguna luz se veían las nubes de mosquitos y unas polillas del tamaño de ratones.

Ese día, al acostarme y reflexionar un poco sobre la jornada, no salía de mi asombro por lo increíble que es Malasia y lo mucho que cambian las distintas partes del país.

El relato de este viaje continúa en Undécimo día. Langkawi


3 respuestas a “Décimo día. Langkawi”

  1. Eso de los bichos voladores echa un poco para atrás, no se porqué los malditos mosquitos me han perseguido toda la vida en casi todos los sitios donde he vivido, en Venezuela, en Canadá eran como bombarderos y ahora aquí, en Huelva, pa que te cuento!
    Salud

  2. Lo dicho sulaco: que pelotas tienes, macho. Como para haberte perdido en la selva y encontrarte de ahí a nosecuantos años como a los esqueletos de las pelis que se encuentra el típico explorador, momificado! y tú… hala!!! «ya apareceré en algún sitio»….

  3. Virtuditas, sin aventura no hay diversión. En ningún momento tuve la sensación de estar en peligro.

    Off-topic: la competición para los dos marcadores continúa con dos claros ganadores: Genín en primer lugar con 42 comentarios hasta este momento seguido de Waiting con 36. En tercer lugar a bastante distancia está Virtuditas con 25 comentarios y mucho más allá empatados con 7 tenemos a Luis, Psikke y Jc. El martes de la semana que viene el Turco y yo autografiaremos las cartulinas que protegen a estos dos espectaculares marcadores y los ganadores las tendrán en camino hacia sus hogares el 2 de Julio.