Desbaratadas


La obra cumbre de esta bitácora y por la que seré ninguneado y despreciado el resto de mi vida es el Hembrario, ese compendio de estereotipos distorsionados y congelados en un tiempo perdido que tanto revuelo ha levantado. Aún no está todo dicho sobre este asunto y aunque me temo que a partir de ahora las fronteras entre las diferentes categorías serán más difusas y tenderán a solaparse, seguro que son igual de didácticas. También me gustaría comentar antes de seguir que esta recopilación está basada en el habla Canaria que es la que conozco y practico en la intimidad y aunque seguro que en otras latitudes, longitudes e incluso países existen expresiones que podrían resultar interesantes, me son desconocidas y no serán motivo de discusión en este mi Hembrario. También me permito sugerir a aquellos recién llegados a la mejor bitácora sin premios en castellano que visiten el Hembrario y devoren todas las anotaciones que han aparecido hasta este momento.

Después de este superfluo prólogo que sirve para cubrir el cupo de palabras diarias entremos en materia de una vez por todas. Hoy quiero hablar de las mujeres desbaratadas. Uno solo tiene que darse un paseo por el centro comercial de Vecindario para entender perfectamente lo que quiero decir. Algún día tendré que hablar de Vecindario, ese lugar de leyenda al que los Elfos de la Aldea llaman la Tierra Negra o Mordor. Es allí, a plena luz del día en donde las mujeres Desbaratadas tomaron forma y consciencia. Son una mezcla entre Bostas y Potrancas, una perversión del género femenino que por exposición a radioactividad o a Dios sabe qué han cuasi perdido su apariencia humana y han degenerado hasta tal extremo que solo podemos catalogarlas como Desbaratadas. Son mujeres sin estima, sin amor propio, sin respeto alguno por su cuerpo y por eso lo destrozan mediante mal gusto, insensibilidad, ordinariez y gula. No caminan, arrastran su masa Desbaratada y sudorosa recubierta de colores brillantes que alerta a los objetos circundantes y permite realizar maniobras evasivas mientras llevan pegado a la oreja un teléfono móvil de antepenúltima generación al que gritan porque aún no se han enterado que su voz es comprimida y codificada antes de ser enviada a través de ondas marcianas hasta el destino y ellas prefieren pensar que la utilización de decibelios extremos incrementa la calidad de la señal y además concede a los espectadores cercanos el tremendo honor y privilegio de escuchar sus banales conversaciones.

Una hembra Desbaratada no concibe ir a la playa con otra cosa que no sea un tanga minúsculo, una microfibra de dos metros de largo que a duras penas consigue rodear esos amontonamientos de celulitis y grasas de origen animal y que cuando las ves tomando el sol te recuerdan al trinchado de los pollos en cualquier asadero. Ellas se lanzan en plancha al agua gritando mientras cientos o quizás miles de peces flotan muertos en la superficie por culpa de la onda sonora que sacude las aguas del basto océano Atlántico con funestas consecuencias. Algunas cruzan la línea que separa lo real de lo fantástico y osan pasear por la playa practicando el topless y mostrando esas bolsas enormes de supermercado de bajo costo que parecen a punto de explotar y en las que los pezones han desparecido entre tanto pliegue carnal.

Las hembras Desbaratadas sienten una atracción enfermiza por los piercing en la boca, se los ponen a un lado para así no alterar sus capacidades carnívoras, las mismas que les permiten despachar un cerdo desde la raíz a las pezuñas de una sola sentada. Ese piercing, simulacro de imitación del que usan las jóvenes de baja cuna y aún más baja cama, hubo de ser modificado para abarcar el perímetro de esos labios diseñados para devorar. Un equipo de científicos trabajó día y noche con los mejores materiales para solucionar el problema que suponía colocar el piercing a una mujer Desbaratada y después de cientos de horas de investigación ardua encontraron la solución: el aro que se les pone a las vacas en la nariz. Así que ahora las vemos paseándose por su entorno natural con sus enormes aros en el lateral del labio, con sus ropas de licra de colores chillones, con sus uñas lacadas en colores brillantes y esos bolsos del tamaño de mochilas en los que guardan sus barras de pan con los tentempiés para pasar los minutos, los cuartos, las medias y las horas hasta que llega la siguiente comida.

Ser una hembra Desbaratada seguro que tiene sus ventajas pero aún pasarán miles de años hasta que alguien las descubra y las documente. Si hay una verdad en este mundo es que ese día ni yo, ni tú, ni nadie que conozcamos estará presente, nos tendremos que conformar con los hechos conocidos y avisar al incauto que puede caer entre sus carnes que su vida entrará en una espiral de decadencia, su bolsillo se resentirá ante el agujero negro que tendrá que alimentar y la suspensión de su coche sufrirá daños irreparables. Estáis avisados.

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13 respuestas a “Desbaratadas”

  1. Vaya, en ocasiones no sé si reirme de las cosas que escribes o limitarme a pensar que eres un hijo de puta por decir algunas de las cosas que dices. Pero el ser humano es polifacético así que haré las dos cosas según lo que lea. He leído algunas de las descripciones de tu hembrario. Me has dado idea para una versión en masculino, que creo que con la ayuda de otras féminas podríamos abarcar a todo ese abanico de seres con 3 piernas (en el mejor de los casos). En cualquier caso, no he podido comentarlo en la sección correspondiente, pero creo que has dado en el clavo en muchas descripciones…como la de la marimacho o machorra holandesa a partir de cierta edad. Eso es curioso a más no poder. La madre de mi ex novio holandés es la versión física de un auténtico ogro. Da miedo. Además fuma como un carretero y yo que en estos confines de la tierra he sido nombrada en alguna que otra ocasión como poco femenina (por seres inferiores y envidiosos, todo hay que decirlo), allí sentía la necesidad de esconder mi bolso y evitar ponerme algo de brillo en los labios o pendientes, o incluso comer sin servilleta, algo a lo que es dificil acostumbrarse. No quería herir la sensibilidad machorra con mi aspecto, quería ser uno más. Lo más impactante no fue eso, fue ver la foto de boda de la susodicha y el padre. Una belleza de mujer. Delgadita, rubia, cara agradable. Vamos la típica jovencita holandesa guapa que va con su bici y que parece que que está en un cuento de hadas. No entiendo qué ha hecho que se transforme en eso. Lo más acojonante es pensar como acabará la hermana de mi ex, que ya es una versión bastante avanzada de lo que será en el futuro y eso que es muy joven y acaba de parir. Curioso que no ocurra lo mismo con los hombres. El padre estaba de muy buen ver y de vez en cuando miraba al hijo con cierta envidia. Ah, y sí, creo que si bien no todas, muchas chicas pasamos por la época del marimachismo. Yo la pasé cuando tuve la desgracia de empezar a desangrarme mensualmente y notar un pequeño crecimiento en mi busto, que se quedó sólo en eso. Pero dada mi escasa adaptación a los cambios, tanto cambio junto y de repente fue todo un schock. Por no decir, que los chicos todavía podían andar libres por ahí sin tener que preocuparse en ponerse camisetillas-sujetadores, incomodos a la par que horrendos, y de ponerse almohadas cada vez que les venía la regla. Por decir algo. La vida era injusta y parecía que ser chico era más fácil. Afortunadamente esa época pasó, y me alegro de no ser un cabronazo con una cabeza no pensante que es capaz de hacerte las cabronasas más insólitas con el único propósito de mojar el churrito un rato. Con lo rápido que es ir a un puticlub. Te ahorras palabrería y no te cuesta mucho más que ligarte a una pava. Vamos, mucho más práctico.

  2. Life’s Traveller, ESTO ES D I S T O R S I O N E S, todo está alterado y cambiado y si aún crees que la gente es buena y que todos decimos la verdad y que el amor es como en las películas de Walt Disney, te auguro unos palos antológicos en el futuro cercano. Yo no puedo escribir sobre los hombres porque pertenezco a esa banda pero sí que he sintetizado nuestra visión en El ciclo de los machos.

  3. Como que dos bitácoras??? como aún no me he enterado de donde está la segunda????

  4. He llegado a tener hasta cuatro bitácoras en paralelo pero agota. La otra tiene una audiencia distinta y un propósito diferente. No te pierdes nada. Tiene cien visitas al mes y con eso es suficiente. Es un experimento de un año para comprobar algo.

  5. Bueno, bueno, creo que es un poco aventurado prejuzgarme y decir lo que pienso así a la ligera sin tener ni idea de quién soy y cómo pienso. En realidad, los palos que me he llevado hasta el momento es justo por todo lo contrario a lo que comentas. Y sí, en el fondo me gusta pensar que la gente es buena, y tengo los suficientes amigos que me demuestran eso. Así que agradecería enormemente que no me metieras en un saco que no me corresponda y que te guardes tus ironías para otra persona. Además, y como diría mi madre «vigila tú por tus problemas, que seguro que tienes bastantes y no los acabas». Las madres son sabias, así que mejor mira tú por los posibles palos que te puedan dar por ser como eres (que yo evidentemente no tengo ni la más mínima idea) que yo ya lo haré de los míos.

    Así que un poco de paz y armonía, que lo hijo de puta lo he dicho sin ánimo de ofender, aunque algunos comentarios, por muy realistas que sean para el pensamiento machito, sí se corresponden con ese calificativo y además resultan de bastante mal gusto. Pero allá cada uno, total esto es libre y al igual que escribo de lo que quiero tú también lo haces de lo que quieres.

  6. Veo que aún no lo captas. Esto es D I S T O R S I O N E S, un lugar en el que se deforma la realidad. No te prejuzgo ni te meto en ningún saco porque no perteneces a mi mundo y si crees que ironizo contigo y todo ese bla bla bla de los dos comentarios, entonces igual deberías dejar de entrar aquí porque nadie me dice lo que debo o no debo decir en mi bitácora y eres tú quien ha insultado a mi madre no una sino dos veces. Fin de la discusión

  7. Ey, no he dicho lo que debes decir o no en tu bitácora. Evidentemente no voy a hacer una cosa así. Y también es evidente que sino me gusta no entro, pero me gusta leer lo que escribes y la forma en que lo escribes, así como las fotos. En cualquier caso creo que esta es la segunda vez que me dices en un comentario lo de los palos que me voy a llevar, así sin venir a cuento. Y vale, por la parte que me toca, siento haber dicho lo que he dicho, cuando en realidad debería haberme expresado mejor y decir que lo me parece mal no eres tú como el que dice las cosas, sino las cosas. Porque está claro que no por escribir algo tienes que ser ese algo, y si lo fueras, a mí plin. Y sí, fin de la discusión.

    Y por segunda vez, por si no ha quedado claro. Lo siento.

  8. Sulaco, lifes traveller está sin novio, yo la entiendo muy bien. No te metas con ella.