Días azules


Pese a los palos que me llevo y los malos rollos que da nuestro cine, sigo teniendo fe y en mis visitas a España siempre intento ver algo de cine patrio. En esta última ocasión pude ver Días azules, una película que habla de la amistad, de los hermanos y de la familia.

Siguiendo el tradicional formato de estas anotaciones paso a relatar el asunto. Tres hermanos julays de capital van a un villorrio gallego a pasar las vacaciones. Uno es un crápula follador de menores, otro es un follador a secas con novia a la que ha convertido en una vitorina de la cornamenta que le ha puesto y el tercer hermano es el tonto del culo romántico que acabará con el culo roto de tanto soñar en el amor verdadero. Los hermanos venden la casa de papuchi y en esos últimos días en el villorrio se dedicarán a romper telillas y comer almejas frescas. Algo cambiará sus vidas para siempre y ocho años más tarde se reencontrarán allí con sus mundos alterados e intentando recuperar el tiempo perdido. En ese reencuentro comprenderán que pese a todo se quieren y que no hay nada mejor que el sexo en familia. Terminarán alimentando por vía oral a una Jenny del pueblo y regalándole tres biberones completos de rica leche fresca.

El cine español asusta. Habitualmente les gusta hablar de la guerra civil o de esos tostones financiados con dinero público que satisfacen las neuras de un hijodeputa también llamado director. Encontrar una historia sencilla y efectiva es casi un milagro y eso es lo que tenemos aquí. ¡Aleluya! ¡Albricias! Un buen guión, unos actores fantásticos y un montón de sentimientos cruzando la pantalla y golpeando a los espectadores. Esta es una historia casi intimista, tres hermanos que han de hacer frente a la ola de la vida y abandonar su facilón mundo de sexo, copas y rock & roll. Los tres son muy distintos y esperan cosas diferentes de sus futuros. Ninguno llegará a realizar lo que quería y ocho años más tarde cuando entierran a su madre cerrarán heridas abiertas mucho tiempo atrás y buscarán un nuevo comienzo. El tiempo no perdona pero el amor lo puede todo y los vínculos entre ellos son muy fuertes. A veces nada es lo que parece.

Me ha encantado ver como se puede desarrollar de una forma inteligente una historia sencilla, ver como te puedes creer unos personajes e identificarte con alguno de ellos. He disfrutado con las escenas en los pubs porque es de esa forma como suceden las cosas cuando sales de marcha con los amigos y terminamos viviendo las mismas cosas que ellos. Hay momentos en los que no he parado de reírme y otros en los que me hubiera gustado allí con ellos. Las películas que juegan con los vínculos de amistad son muchas pero las que consiguen de verdad llegar a tocarte el corazón y hacerte anhelar el conocer a esa gente son muy pocas y esta es una de ellas.

Desconocía completamente al trío protagonista y he de decir que espero volverlos a ver haciendo más cine. Es carne fresca en este mundillo donde se repiten siempre los mismos. El duelo entre los tres es constante, parecen competir para ver quien da la mejor interpretación y la historia se beneficia e este duelo.

Hay muy poco más que contar. Seguro que aún la puedes encontrar en un cine cercano a tu casa así que agarra a la chorba o a un exquisito grupo de colegas, compra tu cubo grande de palomitas de maíz, vístete de domingo y disfruta con una buena historia.
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