Yo soy como una hormiguita ordinaria y vulgar pero trabajadora. Voy a ver un montón de películas al cine y después almaceno esas listas con las pelis, lo que me pareció, lo que pagué y la fecha de estreno en España y ese último detalle es el que hace que unas películas acaben por aquí antes que otras. La de hoy lleva en mi lista no desde los noventa, pero vamos, se ha pegado casi un mes madurando ya que la fecha prevista de su estreno en España es a finales de diciembre y por tanto la he ido postergando. Se trata de una de las mejores películas que he visto este año y que además tiene su intríngulis. Originalmente la fui a ver un jueves, pero llegué tarde al cine y una vez ha comenzado la película no dejan entrar, así que terminé viendo otra. Unos días más tarde fui a Oslo de escapada otoñal con mi amiga Waiting y dio la casualidad que estaba también en la cartelera Noruega y que además la daban en un cine espectacular, el Colosseum, con la mayor sala THX del universo desconocido. Puedo dar fe que el sonido en esa sala es brutal. También os puedo asegurar que esta película es una joya. Se trata, como no podría ser de ninguna otra manera, de Drive y aún tendréis que esperar algo más de un mes antes de verla en una sala de cine española.

Un julay medio taxista, hace trapicheos con los primos del Guaca y se encoña de una chama más caliente que el pitorro de una olla express

Un chamo más frío que los glaciares nórdicos parece tener una vida anónima, haciendo trapicheos para criminales y trabajando como especialista en escenas de conducción. El tipo vive en un piso de barriada periférica y un día, casualmente, conoce a una chama que le hace tilín y que tiene un hijo pequeño. Al parecer el marido de la chama está en la cárcel y él, sin querer, acaba asumiendo el papel del padre del niño mientras la tensión sexual con la madre sube a temperaturas más rojas que los zapatos del Papa católico de Roma. Cuando el marido de ella sale de la cárcel, él intenta ayudar para reconducir la vida de ese tío pero las cosas se tuercen que no veas.

Hasta que comenzó esta película, mi actor favorito era uno del que ya ni me acuerdo. Fue ver en pantalla a Ryan Gosling y tuve un Man Crush instantáneo y lo he subido directamente al podio como el más mejor actor del universo y del mundo y me la suda enormemente la opinión al respecto del populacho. Si ponen a este hombre en la próxima entrega de la infame serie de Sex in the City, el día del estreno estoy allí peleándome con las gordas celulíticas para conseguir un buen sitio … o quizás no … que yo soy más de cine los domingos y además en Holanda las sesiones son siempre numeradas y una vez has reservado tu sitio, no hay obesa que te lo quite por muy desquiciada que esté. La película es un thriller con ramalazos intensos de drama y una historia de amor preciosa que tiene un guión denso y que te atrapa desde el primer momento y unas interpretaciones fantásticas. La chica es Carey Mulligan, una actriz británica fabulosa que siempre parece estar a punto de romperse, delicada como los vasos de las visitas en casa de mi tía-abuela. Escarbando en su trabajo encontré que ha salido en un montón de películas que he visto y me han gustado, pero claro, como las mujeres son como floreros en el cine, al final solo me acuerdo de Meryl Streep que parece ser la única actriz a la que le dan papeles memorables. La película es como un buen guiso y va ganando con el tiempo, incrementando la tensión hasta niveles insostenibles y llegando a un climax final de puro infarto en el que nada parece ser lo que debería. A un guión excelente y unos buenos actores se le añade una selección musical poco menos que perfecta.

No pienso decir más porque algo tan perfecto hay que molestarse e ir a verlo. Es una de las mejores películas de este año. No me atrevo a recomendársela a los miembros del Clan de los Orcos porque todos sabemos de qué carecen pero a la gente que le gusta el buen cine, esta les va a encantar.