Hay películas que esperamos con ansia, como un jacoso con el momento en el que se ha de tomar su dosis. Para este año 2012, la película que yo esperaba con ansia es The Dark Knight Rises, la última joya que nos regala Christopher Nolan, sin lugar a duda el mejor director en activo para obras épicas. Este hombre ha hecho unos clásicos increíbles y ha reescrito la historia del cine en lo que llevamos de siglo. Su sello personal está presente desde la primera imagen hasta la última y en esta ocasión lo vuelve a conseguir con El caballero oscuro: La leyenda renace película que se ha estrenado en todo el universo este fin de semana.

Un julay primo del Pocero se baja a la capital a hacer unas chapuzas

Después de los eventos que todos conocemos, Batman desaparece y es considerado culpable por todo lo que sucedió alrededor de la muerte de Harvey Dent. Cuando a la ciudad llega un nuevo villano, Bane, Batman tendrá que regresar para salvar una vez más a Gotham y luchar no solo contra el ejercito de malajes sino con la imagen que los ciudadanos se han creado de él.

Cuando vi la película por primera vez aluciné pero es que la segunda vez aluciné aún más y salí poco menos que temblando del cine. Hay tantos niveles distintos en los que se mueve esta historia que nos lleva de vuelta al universo de Origen ? Inception y los sueños dentro de los sueños. Esta historia la podemos ver como parte de la trilogía que cierra, como el capítulo final de una obra FABULOSA que termina con algo fantástico o la podemos ver como una película independiente del resto que nos cuenta la historia de un hombre que de manera obsesiva-compulsiva trata de redimirse a si mismo sin lograrlo. El director Christopher Nolan nos vuelve a recordar que el no está especializado en el cine de mariconas viejas del Jackson sino en historia con un guión trabajado, visualmente impactantes y en la que la cámara parece bailar para mostrarnos cada plano. La cinematografía de esta película está a milenios del resto, no hay un solo momento en el que no te sientas sobrecogido por las imágenes, por la riqueza visual, por el gusto por los detalles. A eso le añades la capa de una banda sonora increíble compuesta por Hans Zimmer y lo único que puede mejorar el producto son los actores. Christian Bale parece mucho más comedido que en las anteriores y mucho más humano y menos divino, algo que le viene muy bien a su papel. A su lado, Anne Hathaway está fabulosa y mira que cuando me enteré que el papel se lo habían dado a ella yo pensé que la cagaría hasta el fondo. La mujer consiguió no caer en el ridículo de otras que estuvieron en esos mismos zapatos y en todos sus planos destila peligro y elegancia. De los demás, Joseph Gordon-Levitt es mi favorito con diferencia y creo que ha hecho un papel que merece que lo nominen al Oscar, igual que Marion Cotillard, que además de guapa, tiene la mejor voz del universo conocido y desconocido. Esa tía te habla al oído y te la pone morcillona con dos frases. Es un animal sexual indomable. Por último, el único que me decepcionó y no me pareció gran cosa fue Tom Hardy que hace de cacho de carne con ojos y por la puta máscara que lleva puesta no muestra expresividad alguna en toda la película, además de que lo hormonaron tanto que parecía un anciano.

Esta película es un clásico, cierra una de las mejores trilogías que se han hecho en el cine y por supuesto, cualquiera que pertenezca al Clan de los Orcos y no la vaya a ver, merece la expulsión directa. Lo mismo para los intelectuales de gafapasta, esto hay que verlo. Cuanto más grande la pantalla, mejor y si tenéis la suerte de poder ir a una sesión original, despreciad el doblaje ya que os perderéis un montón de matices en las voces de los protagonistas.