El chubasco inesperado


Lo normal en Julio en Holanda es que llueva, que llueva, que llueva y que las vírgenes, si es que queda alguna, se escondan donde puedan. Ha sido así desde que llegué a este país hace ya unos años. Me sigue sorprendiendo porque siempre tenemos unos meses de junio maravillosos y cuando te has acostumbrado a las barbacoas, al buen tiempo y a todas esas cosas la lluvia se nos hace muy cuesta arriba.

La semana pasada, el lunes, salía de mi casa para ir al trabajo con más de veinte grados de temperatura a las ocho y media de la mañana. Miré hacia el cielo y lucía nuboso pero con claros y decidí que era seguro así que salí de casa, cogí mi bicicleta y me puse en ruta. Llevaba mis maravillosos pantalones de lino de color beige, suaves, frescos y totalmente estilosos. Son el complemento ideal para mis zapatos de verano Timberland. No me canso de mirarme al espejo con esa ropa, me veo como el hijo bastardo que Julio Iglesias siempre quiso tener, que mira que el hombre lo intenta pero solo produce frikis. Completaba el conjunto con un polito de Springfield, que desde que los empezaron a vender en una cadena de tiendas de ropa holandesa he ganado muchísimos enteros porque lo que yo compro en España por tres perras gordas, aquí vale una hipoteca y media y yo debo tener como treinta de esos polos.

Pedaleando camino de la estación pasé por la parada en la que siempre veo a mi amigo el Chino de mierda y tuve un instante o quizás dos de recuerdo para él, que debe estar en la China hartándose a comer ratas muertas, ojos de lechuza y pezones de lagarto para mejorar el tono de su piel y cambiar su suerte. A lo lejos se veía una de esas nubes negras como un nigeriano que posiblemente descarguen algo de lluvia pero asumí que para cuando llegara a Utrecht yo estaría en el tren corriendo hacia Hilversum a lomos de esa serpiente de hierro eléctrica.

Cuando pasaba por debajo del puente que separa Lunetten del resto del universo vi a una señora poniéndose la ropa de lluvia y pensé que estaba sobreactuando un poco, que no podía ser tan serio. Volví a mirar hacia el cielo y aquella nube lejana que no parecía ser una amenaza estaba casi encima de la ciudad, teletransportada desde aquel lugar lejano a velocidades superiores a la de la luz. Mi confianza se vio un pelín mermada pero decidí echar mano del optimismo que uno tiene un lunes por la mañana y preferí pensar que no llovería. El hilo de pensamiento aún no se había desvanecido cuando me cayó la primera gota, del tamaño de un dedal y a la que siguió inmediatamente otra y una tercera que avisó a sus amigas y después de eso se abrieron los cielos y aquello se convirtió en una tromba de agua que me dejó como un tropezón en una sopa. Paré para ponerme el poncho que llevo en mi mochila ya que un joven intelectual como yo no sale de casa sin su poncho, su cuadernillo de sudokus y otras cosas que no vienen a cuento ya que pueden haber menores y espíritus sensibles leyendo esto.

Ya estaba totalmente mojado pero pensé que al menos así la cosa no iría a peor. Además de la lluvia entró un viento fuerte que hacía que el poncho ondeara como una bandera y básicamente no me protegía. Mientras intentaba dominarlo una chica me hacía fotos desde unos apartamentos para estudiantes y sus compañeras de piso se desmoñaban de risa con mis inútiles esfuerzos. Seguí mi camino mojándome completamente y al pasar por debajo de un puente que hay cerca del ayuntamiento y visto que la lluvia seguía intensificándose decidí protegerme allí. Había un montón de gente en el lugar. A mí ese puente siempre me ha dado algo de grima porque por encima pasan las vías del tren y no está completamente cerrado y ya sabéis que los retretes de los trenes vierten sus maravillas directamente sobre las vías y no puedo dejar de pensar que parte del agua que chorrea entre las grietas viene con aditivos indeseados.

Después de unos diez minutos de lluvia intensa el temporal comenzó a amainar y todos nos preparamos para continuar nuestro camino. Llegué a la estación con menos de medio minuto para no perder el tren, salté en el primer vagón que vi y doblé a la Dolorsi que chorreaba agua dejándola junto a la puerta.

Me senté frente a una chica a la que los ojos parecía que se le iban a salir de sus órbitas. Me miraba alucinada y siguiendo la línea de su mirada descubrí lo que sucedía. El lino es fresco y maravilloso pero cuando se moja tiene algunos efectos secundarios. Lo que aquella chica miraba con tanta fascinación era la forma perfectamente delimitada de la polla con todas sus venas marcadas. Los putos micro-calzoncillos tampoco ayudaban mucho y es que no dejaba espacio alguno para la imaginación. Otra mujer se quedó mirando mientras se comía un sandwich y lo saboreaba como si fuera otra cosa la que tenía en la boca. Las dos no dejaban de mirarme y me puse rojo como un tomate. Pensé que ya no se podía caer más bajo y no podía ser peor pero me equivoqué. Los Países Bajos se me revelaron y parte de la sangre que coloreaba mis mejillas decidió emigrar y formar parte de la rebelión. El pantalón de lino lo celebraba cediendo y amoldándose y el calzoncillo que ya estaba escaso de tela lo dejaba escapar todo. Me sentí abochornado, un hombre objeto y sujeto de las sucias miradas de aquellas dos que estaban por llamar a sus amigas por teléfono y avisarlas para que se vinieran a la próxima estación y ver el espectáculo gratuito. Barajé la posibilidad de retirarme y buscar otro lugar en el tren pero no creo que eso solucionara el problema así que opté por sacar el poncho totalmente mojado que había guardado en la mochila y cubrir ciertas partes que no deberían ser mostradas en público lo cual provocó la decepción de mis dos seguidoras. Al llegar a Hilversum me amarré el poncho al pantalón como si fuera una falda y así me fui al trabajo.

Me pasé toda la mañana sentado en mi despacho, sin salir para nada y pidiéndole a la gente que me trajera café. Ahora sé que el lino seca rápido porque al mediodía ya ni se notaba y pude recuperar mi vida social en la oficina. Por la tarde, antes de volver a casa, pasé por una tienda de bicicletas y me compré unos pantalones para la lluvia porque esto no me vuelve a pasar. Al llegar a la estación de Utrecht vi que en el cielo circulaban plácidamente unas nubes grises y decidí no darles ninguna oportunidad. Me puse mis nuevos pantalones para la lluvia sobre los de lino y así me marché a casa.

,

21 respuestas a “El chubasco inesperado”

  1. Recuerdo Agosto perfectamente porque tuve tantas visitas de amigos ese mes que retrasaron su venida por el viaje de mi hermana y al final todos la pasaron muy mal con el tiempo horroroso que nos hizo, yo no fui ni a la parada Gay (que para mí siempre es un MUST), fue el primer año que estaba aquí y me la perdí, porque tenía miedo de la lluvia que amenazaba cada día 🙂

  2. Si hay buen tiempo pienso ir al Gay Parade que ya hace como dos años de la última vez que fui y siempre me lo he pasado bomba. Es una pena que el Turco ya no viva en Holanda porque desde su balcón se veía perfectamente.

  3. Pues ya sabes, al desfile Gay ve con tus pantalones de lino y date primero una ducha vestido. Verás qué éxito.

  4. Sulaco: Para saber que tal va a estar el día, siempre me fijo por mi ventana no en el cielo, sino en como van los holandeses, porque ellos son el mejor Barómetro del mundo. Si yo hubiese visto a esa señora poniéndose la ropa de lluvia me habría puesto la mía también, de inmediato. El año pasado Julio fue una excepción, lo recuerdo perfectamente porque mi hermana y su esposo estuvieron aquí todo ese mes y no nos llovió sino como dos días, nosotros viajamos a Italia, Bélgica y Francia pero recuerdo claramente que los días que estuvimos fuera tuve que pedirle a mi vecino que me regara las flores del balcón porque las predicciones eran de mucho calor, a excepción de todos los años, el año pasado las lluvias vinieron en Agosto, ese sí que fue un mes muy malo, rompimos récord de agua por metro cuadrado en no se cuantos años…
    Besos.

  5. lo del tanga no me lo creo, me creo lo de la berenjena, me creo hasta un poco el morbillo que te da que te puedan estar mirando como en el tren, pero lo del tanga…. no me cuela.

  6. A mi me encanta ver todo ese esplendor de Queens bellísimas y divinas. Quizás podamos quedar y verla juntos. El barco nuestro siempre lo ponemos en el Prinsengracht para verlo todo de cerquita. Besos.

  7. Recuérdamelo dos días antes y dime el sitio y la hora que yo llevo las galletas de chocolate y la tortilla de papas con cebolla bien hecha y sin nada crudo en su interior. Y si cambia el puto clima hasta hago un gazpacho.

  8. Yo aún no me he molestado. Lo notarás cuando te bloquee la IP. Esto son conversaciones insubstanciales veraniegas. Y sí, te doy la razón en lo del carnaval. En Europa no hay sangre para eso, como no la hay para la salsa ¿o te has olvidado de esa gente que va a aprender a bailar a una academia y bailan contando sus pasos y respetando el método que aprendieron?

    Los guanches no existen. España limpió las islas al conquistarlas. Y jamás hubiera podido ser un guanche puesto que nací en Gran Canaria y todo el mundo sabe que los guanches eran de la isla de Tenerife, en Gran Canaria todo lo más había canarios o canarii.

    Si trabajo. Me piro a una reunión ya mismo.

    Ni idea de lo de Sofia pero soy un inculto y no capto las sutilezas.

  9. En defensa de los europeos, he conocido algunos que bailan muy bien y que parecieran sentir el ritmo palpitar en la sangre, claro que para encontrar esos tesoros he tenido que estrellarme con miles, pero los hay y eso es lo que importa. En la banda de salsa de la que formé parte por casi 3 años, era la única latinoaméricana y puedo jurar que todos sentían la música como yo y muchos se movían como si se hubieran criado en algún barrio de Venezuela. Sé que la Salsa es algo que normalmente nace y crece dependiendo de la región donde provengas, pero les juro que mis hijos así nazcan aquí, se moverán como nadie, yo les estaré bailando hasta cuando estén en mi barriga 🙂

  10. Waiting, por suerte yo soy europeo y no la bailo. Mi amiga la peruana tenía una banda de salsa con la que cantaba y recuerdo que cuando los veía actuar tenía la sensación de estar presenciando el primer grupo robótico de la historia que producía salsa. Sonaban a salsa pero eran «rígidos».

    Ahora ella se lo ha montado por su cuenta así que si alguien está interesado, que avise.

  11. He leído algún comentario semi-despreciativo hacia los gallegos? Bah… seguro que son tonterías mías.
    Por cierto, sulaco, lo que teneis en GC es una plaga de nosequé serpientes albinas que os están haciendo la vida imposible, salió hoy en las noticias, vais a tener que mandar unas cuantas a ver si hacen algo con la otra plaga de topos de Castilla… esto es un caos. Y no me has dicho si lo del tanga iba en serio, sigo sin creérmelo.

  12. Virtuditas, creo que cuando dicen gallegos en realidad quieren decir españoles. Es el resentimiento acumulado y si vistes la guerra de las galaxias sabrás que eso es super-malo si te quieres hacer un caballero jedi. No he leído nada en la prensa canaria de ninguna plaga, salvo la de los que llegan en barcas cargados de enfermedades terribles y que tras 40 días son depositados en la península para que sigan su camino, debidamente alimentados y curados. Y tendrás que seguir con la duda del tanga pero te recuerdo que en Gran Canaria tenemos carnavales y no hace muchos años salía varias noches y jamás repetía disfraz en el mismo año.

  13. Yo creo que eso del resentimiento acumulado, jejeje, es una exageración, en Venezuela los españoles, portugueses e italianos son parte nuestra como nosotros mismos, de hecho, muchos venezolanos se mezclan con europeos, quizás si hablas de otros países pues puede ser válido que hables de resentimiento, en Venezuela no es así. Créeme. Otra, sin ganas de meterme donde no me llaman, sólo aclarando, cuando se habla de Gallegos en este caso, se habla de Gallegos, no de españoles.
    Un abrazote.

  14. Waiting, tampoco lo arreglas demasiado. He vuelto al RAE, esa suprema fuente de conocimiento y si por Gallego no se entendía Dicho de una persona: Nacida en España o de ascendencia española entonces nos tendremos que quedar con esta otra Tonto (falto de entendimiento o razón). Casi que prefiero la primera, era menos ofensiva. O eso, o me estoy perdiendo algo en la frase de la discordia: No soy gallego para llenar la pantalla de Tipp-Ex

  15. Upsss yo mejor me callo, porque nadie me dio vela en este entierro, habrá que preguntarle a quien generó el comentario…