El consejero – The Counselor


Hay directores que seguimos fielmente, gente que aunque al ver el trailer ya se te ponga un mal cuerpo de que te cagas, te tragas tus presentimientos y vas al cine a ver la película porque te interesa su forma de ver el mundo y sabes que igual estás equivocado. Eso más o menos me sucede con la última película de
Ridley Scott
, la cual he ido a ver solo por el director. Por suerte coincidió que era un preestreno para los miembros del club ilimitado de la cadena de multicines en la que yo voy al cine y de paso me dieron gratis una cerveza y un cubo de palomitas y vi la película casi una semana antes de su estreno oficial, con lo que no todo era malo. La película es The Counselor y en España se estrena a finales de noviembre con el título de El consejero

Un julay pollabobizado se junta con el cuñao del Guaca para pegar un pelotazo y le sale el tiro por la culata

Un abogado que se las da de pijo quiere tener pasta por un tubo y para ello se une con otros dos pollabobas para ganar veinte millones trayendo droga a los Estados Unidos. La cosa se tuerce y pronto se ven perseguidos y acosados para acabar con ellos y entre medias, la novia de uno de ellos resulta que es más puta que la gallina turuleta y más mala que la Diana de «V».

Esta es una de esas películas que quiere pero no puede y que falla sobre todo en el elenco. Brad Pitt está patético, da lástima y apesta en todas sus escenas. Supongo que alguien le dijo que era una película y no un pase de modelos pero igual estaba muy colocado y no se enteró. Lo mismo le sucede a Javier Bardem que se debía creer que le dieron el papel del Joker en Barman y consigue que te dediques a mirar los mensajes en tu teléfono cada vez que aparece con sus frases mierdosas, su maquillaje a lo Tutankamon y el pelo pincho que se puso. La verdad que a veces me pregunto qué coño le ven a ese tío para darle papeles porque como actor vale muy poco tirando a nada. La hembra que empala en la vida real también sale y Penélope Cruz logra ser más superflua que él. Puedes cortar todas y cada una de las escenas en las que aparece salvo por el polvo del comienzo sin chicha de la buena y no se perdería nada. La pobre parece un fantasma que han pillado mientras rodaban la película, no aporta nada, no provoca ningún tipo de emoción y es el equivalente de un cero a la izquierda, ocupa espacio pero no incrementa el valor del producto. Michael Fassbender parece que estaba buscando a Wally y casualmente fue por allí. Su personaje es soso y aburrido, sus diálogos tristes y predecibles y en ningún momento conecta con la historia, es como si lo hubiesen obligado y él recita a propósito de mala gana. Por último tenemos a Cameron Diaz con el papel de la mala y puta o puta mala. La pobre da lástima, no solo porque fracasa en su intento de resultar interesante sino porque en el intento da más bien risa. No creo que sea su culpa sino de la historia, que mientras se empeña en que lo sepamos todo de personajes que sobran, no aporta datos suficientes para comprender la maldad de esta gilipollas. En fin, que es un experimento que no termina de funcionar con una historia pretenciosa pero sin gancho. Si juntamos todo lo bueno y todo lo malo que tiene, acabamos en un empate.

Aunque los miembros del Clan de los Orcos pueden sentirse tentados a ir a verla por la escena de Cameron Diaz restregando la pipa del coño en el cristal de un coche, que sepan que no se ve nada y seguro que alguien sube el vídeo al llutuve. Para los sub-intelectuales de GafaPasta puede que exista cierta curiosidad por el director pero acabarán como yo, decepcionados. Para el resto, es carne de televisión, esto lo dan en la caja tonta y os aburrís de igual manera y encima os ahorráis la pasta.


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