El francotirador – American Sniper


Bueno, bueno, bueno. Hoy tenemos una película de uno de los pocos directores que creo que cuando nos deje lloraré como si perdiera un familiar, Clint Eastwood. Es además uno de los más documentados en esta bitácora y podemos seguir su historia desde el año 2004 con Million Dollar Baby, Flags of Our Fathers – Banderas de nuestros padres, Letters from Iwo Jima – Cartas desde Iwo Jima, Changeling – El intercambio, Gran Torino, Invictus, Más allá de la vida – Hereafter, J. Edgar y Jersey Boys. A esta última película le di un 7, todas las demás tienen de promedio un 9 por aquí, lo cual demuestra la altísima calidad de todo lo que hace. El lunes fui al preestreno, en sesión exclusiva para abonados a la cadena de cines a la que doy cada mes diecinueve leuros para poder ver todo el cine que puedo (y que solo en este mes serán veinte películas), de American Sniper, película que se estrenó en España la semana pasada con el título de El francotirador.

Un julay se las pasa pipa matando hijos-de-puta terroristas musulmanes de mierda

Un joven de esos que solo se crían en las zonas rurales de los Estados Unidos se mete en el ejercito con el cerebro super-bien lavado y lo entrenan para que mate a terroristas musulmanes de mierda o en su defecto, a cualquier cosa que lo parezca. El hombre va cuatro veces a lugares de Oriente Medio y es como Terminator, no deja moro en pie. Entre medias se casa con una pava, la chinga unas cuantas veces y nos muestra que el colega es muy inestable y que hay personas a las que no deberían dejarles acercarse a kilómetros de un arma.

La historia está basada en la vida y milagros de un chamo que parece ser el mayor asesino de los Estados Unidos en la categoría de francotirador. La historia es fascinante y está muy bien contada pero en algunos momentos resulta demasiado fascista, demasiado escorada del lado de los buenos americanos que han de sufrir palos de todos. El protagonista es un tipo que solo tiene una idea en la cabeza, el mundo está lleno de gente mala que nos quiere hacer pupita y lo mejor es ponerlos mirando al suelo con tiro en la cabeza para que no hagan nada. El colega es una máquina de matar con muy pocos o ningún escrúpulo. En ningún momento te identificas con él o le coges cariño, aunque mi país no es el suyo y no parece que compartamos principios. Bradley Cooper lo hace bien pero no acaba de deslumbrarnos con su trabajo. Es demasiado soso, demasiado robotizado. Está como dopado y se le ve con demasiado músculo de esos que se transforman en chicha. La que brilla y le roba siempre las escenas es Sienna Miller interpretando a su novia y luego esposa, una mujer que parece tener un don para llamar al marido en los peores momentos y que siempre está sufriendo. El resto de soldados en muchas ocasiones parecen terroristas, gente sin escrúpulos que están en otro país para matar, no para ayudar. Esa falta de bondad, de respeto o de interés por la sociedad que han invadido se convierte en un elefante enorme que no vemos en la pantalla pero que sabemos que está ahí. Abunda la violencia, las muertes tremendas y visualmente molestas y en algunas de las escenas tienes la sensación de estar observando a alguien jugando un video juego, sobre todo en la traca casi-final, una matanza que no veas. El exceso de violencia en mi caso termina jugando en contra de la historia, ya que en los momentos de diálogos, de interacción con la familia o entre los soldados la historia entretiene un montón pero cuando pasamos a la acción, que básicamente es gente matando gente sin que se sepa muy bien la razón, pierde el ritmo. Ahora que la he visto, no creo que hubiese cambiado mis predicciones para los Oscars.

Una película perfecta para las mentes simplonas de los miembros del Clan de los Orcos, aunque no creo que convenza a los sub-intelectuales de GafaPasta. Interesante y contando un trozo de la historia americana visto desde el punto de vista de los que se ensucian las manos, vale la pena verla.


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