El gran Gatsby – The Great Gatsby


Ya he repetido en mil ocasiones que no estoy a favor de seguir haciendo las mismas películas una y otra vez, que hay suficientes libros en el universo para explorar nuevos territorios. Por supuesto nadie me hace caso e igual que cada pocos años tenemos que el pollardón de Spider-man vuelve a contarnos toda su aburrida historia, otras películas siguen el mismo camino. Cuando se acercan a los clásicos, la cosa es más peliaguda porque los espectadores tendemos a juzgar con crueldad el resultado y quitarle méritos al nuevo producto, sea como sea. Por eso, cuando alguien se atreve a rodar The Great Gatsby, película que ya se hizo hace casi cuarenta años y que es muy conocida, los tambores de guerra no dejaron de sonar en todo el mundo. En realidad detrás de esta pelicula está un clásico de la literatura estadounidense, un libro que seguro que todos hemos leído. La película recibe el mismo título que la anterior, El gran Gatsby y se estrenó en España hace un par de semanas.

Un julay poligonero se encoña de una rebenque pija y se pone hasta un chándal de colores para llamar su atención, atraerla a su keli y ponerle la pierna encima

Un borrachuzo ingresa en un centro para desintoxicarse y cuenta el periodo de su vida en el que conoció a un vecino ricachón y que parecía tenerlo todo en el mundo salvo lo que realmente quería y mientras narra el relato vamos descubriendo las miserias y desgracias de unos y de otros, ya que hasta los ricos tambien lloran. Tenemos una historia de amor, de superación y por supuesto, la mala leche habitual, la envidia cochina y esas cosillas que nos distinguen de otras especies.

Yo lo siento mucho pero tengo que reconocer que esta versión me parece infinitamente mejor que la de 1974. La película es una montaña rusa de emociones y un espectáculo visual y al igual que en las montañas rusas, comienza subiendo lentamente y mientras nos introducen a los personajes comienzas a temer que aquello va a ir en picado y cuesta abajo y de repente sucede algo misterioso y se convierte en un peliculón. Leonardo DiCaprio está maravilloso y tal y como comenta Tobey Maguire al comienzo de la historia, tiene un carisma increíble y un aura que te atrapa y te deja alelado. Incluso la pedante frase de «Old sport» que debe haber repetido por lo menos quinientas veces durante la película suena como música celestial en nuestros oídos. Lo que voy a escribir a continuación jamás pensé que lo diría: Tobey Maguire sabe actuar. Mira que le he cogido tirria a esta capullo en la saga del hombre araña y en todas y cada una de esas películas le deseé todo lo peor, por y para siempre y ahora resulta que el mamón sabe actuar. Su papel, el del borrachuzo que cuenta la historia está muy bien llevado, muy comedido y creíble. Si lo nominan a un Oscar, no me rasgaré las vestiduras ni intentaré apedrearlo. Y bueno, Carey Mulligan es sencillamente preciosa y hay momentos en los que la odias por lo malaje que es. Hay que ver como se puede concentrar tanta mala leche en un envase tan bonito. Finalmente, decir que Elizabeth Debicki entra directamente en mi lista de actrices a seguir de cerca. Que lujo de mujer y que pasada de actriz. Los trajes de los años 20 le sientan de fábula.

Un guión fantástico que sabe extraer las cosas más interesantes del libro, un director que arriesga pero que lleva la historia con mano firme y aunque le da su toque personal, no la destruye y unos actores fantásticos que supieron moldear sus personajes consiguen que esta sea una de las grandes películas de este año.

Si eres un orco, esto está totalmente por encima de tu alcance y no te deberías ni plantear el convocar a los otros miembros del Clan de los Orcos para verla. Si eres de los GafaPasta, ya estás tardando en ir a un cine a verla y si te gusta el buen cine y las historias de amor impensables e imposibles, con esta vas a disfrutar como un bellaco.


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