El Palacio de Schönbrunn, la Karlskirche y un crucero por el río Danubio


El relato comenzó en Viajando a Viena y comenzando la visita a la ciudad.

El domingo regresaba a los Países Bajos y mi vuelo era cerca de las nueve de la noche, lo cual me daba un montón de tiempo para hacer turismo ya que todos sabemos que no soy de los que se mantienen fieles a la hora Virtuditas y más bien estoy en la calle temprano. En este caso, tenía comprada mi entrada para visitar el Palacio de Scho?nbrunn y había fijado la hora de la visita a las nueve y media y se tarda unos veinticinco minutos en llegar allí, más el tiempo para desayunar. Salí en metro y en el lugar en el que tenía que cambiar de línea fui al Cafe Museum, muy recomendado en el tripadvisor pero que me pareció carero y para nada con la calidad que esperaba. De allí seguí la ruta y estaba en la zona del palacio a tiempo.

Palacio de Scho?nbrunn

Esta era la residencia de verano de los reyes/emperadores de Austria y se ve que a los chamos les molaba lo de impresionar y se hicieron una keli enorme. Creo que en la audioguía decían que cuando el rey estaba allí, lo acompañaban cuatro mil julays. Me compré el pase Classic Pass Schönbrunn por más de veintiún leuros y medio y con ese puedes hacer el Grand Tour y visitar el laberinto, subir a la azotea de la glorieta y ver un par de jardines. La parte que requería la hora es el Grand Tour, que es caminar por cuarenta de las habitaciones para ver los catres donde cogían, las salas en donde recibían o descansaban y tal y tal. Vamos, lo de siempre con los palacios reales y con el sistema ese de puertas en línea tan extraño, sobre todo hoy en día que no nos mola nada que haya tráfico por nuestras habitaciones. Recuerdo que la penúltima vez que me quedé en Madrid estuve en una casa con dos dormitorios en la que al segundo solo se podía entrar desde el primero, la cosa más rara que he visto en mi corta y poco productiva vida. En la visita al palacio no te dejan hacer fotos con lo que esa primera hora y pico de mi vida no está documentada. Al salir, fui a los gigantescos jardines y comencé el paseo, más o menos en dirección al laberinto. Parece una chorrada pero es enorme y terminas divirtiéndote. Está muy bien.

Parte trasera del Palacio de Scho?nbrunn vista desde la Neptunbrunnen

No queda muy lejos de la Neptunbrunnen, que no estoy seguro si la veremos en el vídeo pero sí que tenemos la foto anterior hecha desde la parte de arriba de la fuente (que está empotrada en una colina) y mirando hacia la trasera del palacio. A la izquierda hay un mega-parque con el zoológico de la ciudad y también el laberinto (lo cual os puede dar una idea de lo gigantescos que eran los jardines) y a la derecha es otro mega-parque y detrás de mí, más jardines. Subí la colina para ver la vista desde la glorieta y después regresé hacia la zona del palacio buscando el jardín Privy, muy vistoso y que sale en el vídeo que veremos en unos momentos al final y también la Orangery, que es un jardín y una especie de invernadero en el que protegían los árboles y plantas que no sobreviven en el clima de Austria durante el invierno.

El vídeo que viene a continuación y que para verlo hay que hacer CLIC sobre la caja negra o aquí y que se complementa con la canción Yvaine de la banda sonora del clásico Stardust y que comienza en la zona delantera del palacio con una gigantesca plaza. Después saltamos a la trasera del palacio y a lo lejos se puede ver la glorieta y la Neptunbrunnen y nos queda claro que el zoom digital de los teléfonos es una puta mierda. Después vemos desde lo alto parte del laberinto, seguidamente nos lanzamos al mismo para encontrar una de las salidas en un documento dramático y estremecedor y también vemos el caleidoscopio, básicamente una serie de espejos y en los que se puede apreciar el conocido como efecto el ELEGIDO en el que cuando una cámara intenta retratarme, salta a los rayos equis, y-griega y zeta. En la parte final vemos el palacio desdde la Neptunbrunnen. Puede parecer poco pero estuve varias horas en el lugar, es (en dos palabras) gi gantesco.

Palacio de Scho?nbrunn

Desde allí fui a ver la Karlskirche, con mucha diferencia, la iglesia más bonita de Viena y que además está junto a un parque.

Karlskirche

Está en Karlsplatz, es de estilo barroco y al parecer es lo mejor que hay en Austria en ese estilo arquitectónico. Está dedicada a San Carlos Borromeo. Se construyó en el siglo XVIII (equis-uve-palito-palito-palito). En la foto se puede ver que tienen una gran cúpula, dos torres por delante similares a la que hay en Roma junto al Foro y la planta de la iglesia es cuadrada. Para entrar en la iglesia hay que apoquinar ocho leuros que incluyen el uso y disfrute del ascensor que te sube por un andamio hasta la cúpula para que puedas ver los frescos bien de cerca y te permite subir por andamios hasta las ventanitas que están en la cúpula. Por supuesto, siendo como éste es el mejor blog sin premios en castellano, lo he documentado todo en un vídeo increíble y que está en la caja negra que está debajo y sobre la que hay que hacer CLIC o como alternativa aquí y cuya música es la canción Truman Sleeps de la banda sonora del clásico The TRUMAN show que espero que todo el mundo haya visto en varias ocasiones.

Karlskirche

El vídeo comienza afuera, después vamos hacia el altar y se ven los andamios y la plataforma que hay bajo la cúpula. Después cambiamos a la parte superior y vemos la vista por las ventanas y el fresco con paloma cagadora de niños de la parte superior. Desde allí volví a tomar el metro y fui al río Danubio pero a la zona en donde está el río, río, no el canal. Mi objetivo era pillar un crucero de hora y pico por el mismo, que te vale veintiún leuros o algo así. Ahora que lo he hecho, decir que no vale la pena para nada porque la ciudad está de espaldas al río. El vídeo viene a continuación y para verlo hay que hacer CLIC en la caja negra o aquí y se complementa con la canción Chim Chim Cher-Ee del musical de Mary Poppins:

Paseo en barco por el Danubio

Al comienzo del vídeo se puede ver la parte nueva de la ciudad, la moderna, al otro lado del Danubio y que no visité mientras subimos por el río. Después y para entrar en el canal hay que pasar unas esclusas que cambian el nivel y eso es básicamente lo que se puede ver, en múltiples cortes a cámara super-hiper-mega rápida con una compuerta cerrándose, el agua descendiendo y de un precioso color verde-piscina-brasilera y finalmente saliendo de la misma. En los segundos finales del vídeo está lo más interesante, que fue cuando pasamos junto a una barcaza piscinaen la que había chamas sin burkini bañándose, una cosa inaudita y de pecado más que mortal.

Cuando acabó el crucero ya eran casi las tres y callejé por el centro en dirección al Centimeter I que fue en donde almorcé encochinándome. Después seguí mi ruta pasando por una heladería llamada Ferrari Gelato que para mí hace los mejores helados italianos de la ciudad y después fui a ver el Stadtpark, otra zona verde enorme y muy popular entre la gente de la ciudad. A esas alturas ya comenzaba la cuenta atrás y fui a la estación de metro y tren Wien Mitte, que no está lejos del parque y desde la que podía pillar el tren de vuelta al aeropuerto. Allí, había un mini-supermercado con precios no abusivos y llené mi mochila hasta petarla con piñas de millo o eso que los pijos llamáis mazorcas de máiz.

Aviones en el aeropuerto de Viena

Aunque me podía haber sentado en ventana y hacer vídeos, elegí la cuarta fila en pasillo porque el regreso era tarde y complicado. El avión salió con media hora de retraso que recuperó en el aire pero al llegar a Rotterdam sabía que tenía un problemón logístico porque ese fin de semana había mantenimiento en las vías ferroviarias en dirección a Utrecht y en la estación, en lugar del tren había guaguas para ir a Woerden, con lo que el regreso se alargaba como la elección de presidente en España. La secuencia completa fue de guagua del aeropuerto a una estación de metro seguida de metro a la estación central, seguida de guagua de la compañía ferroviaria a Woerden y tren desde allí a Utrecht Centraal para acabar con bicicleta hasta mi casa. Vine entrando en mi keli a la una menos diez de la madrugada, que en España es horario de máxima audiencia televisiva pero en los países con la zona horaria correcta, es hora de dormir. En todo este relato se me olvidó comentar que también comí un helado en la Eis Greissler, que pese a la fama y a la cola en la puerta, no me pareció muy especial. Ya puedo decir que he visitado Viena, el segundo día solo caminé catorce kilómetros y ya la he marcado en mi lista. Es una ciudad bonita e interesante pero no una a la que me apetece volver, como puede ser Munich, Berlín, Estambul o Roma. Mi próximo salto será en tren de altas velocidades ficticias y me llevará esta semana a Colonia a pasar el día en mi tradicional visita a la Photokina, la mayor feria fotográfica del universo europeo conocido.


2 respuestas a “El Palacio de Schönbrunn, la Karlskirche y un crucero por el río Danubio”

  1. Yo estuve en Viena hace veinte años por lo menos y no la recuerdo muy bien. Tengo pensado visitarla otra vez, pero no me dejó mucha huella, aunque me gustaría ver el Albertina, a mí me encantan los impresionistas.