El regalo navideño de la empresa


El regalo de Navidad

El regalo de Navidad, originally uploaded by sulaco_rm.

Uno de los efectos colaterales de las semanas Navideñas es que dejo la bitácora con el piloto automático puesto y salvo por contadas ocasiones, no escribo casi nada. Este año lo dejé todo tan programado que salvo por las películas que comenté el fin de semana pasado y por la anotación que narraba el viaje a Gran Canaria, no hubo más nada digamos que fresco y algunas de ellas llevaban un par de semanas cuando la magia que mueve este tinglado decidió ponerlas en el candelabro y mostrarlas al público. Por eso he tardado varias semanas en llegar a la anotación que relata lo que sucedió el viernes antes de comenzar mis vacaciones navideñas. Ese día era el tradicional almuerzo navideño en la empresa, una comida que consta de sopa de tomate, lonchas de pan de molde que puedes untar con mantequilla y acompañar con jamón y queso y pan relleno de frutas pasas y helado de postre, todo acompañado de zumo o leche y con una copa de algo espumoso que debía ser vino para los que querían brindar con alcohol. Es lo que aquí llaman el almuerzo de Navidad y lo más especial que tiene es que las mesas de la cantina de la compañía tienen manteles de papel, hay decoración Navideña y el presidente nos larga un discurso que no nos interesa y que ninguneamos. El almuerzo de Navidad en la empresa dura la friolera de treinta a cuarenta y cinco minutos, igual que cualquier otro almuerzo y el contenido es similar a lo que la gente suele almorzar por aquí, una comida muy pero que muy ligera que se hace rápidamente cuando estás en el trabajo.

El año pasado con el cuento de tener que tomar mi vuelo esa tarde me escaqueé y trabajé desde mi casa pero este no tenía una excusa válida y tuve que acudir. Me senté en la misma mesa que el Moreno y acompañado por uno de los del Emporio del Sol Naciente, del cual se dice y se dijo que surgió al copiarlo de los Truscolanes, los cuales tenían Emporio antes que ArNany e incluso muchísimo tiempo antes de que el Dios de los presuntos tocadores de niños y colegas creara el planeta en seis días y se fuera de zurriagas el séptimo para relajarse y rebajar la tensión que tenía en las bolas que están acompañadas de zambomba.

Al terminar el almuerzo, es decir, tras tomarte el helado, el cual revisé bien porque la de la cantina ya ha colado en ocasiones productos que han superado sobradamente la fecha en que caducan y no me fío ni un pelo ni dos de ella e ir a regresar a tu oficina teníamos que pasar por el punto en el que depositas la bandeja para que frieguen los cubiertos y platos y allí se encontraba el bicho de más mal agüero de la compañía, el director de Recursos inHumanos, un ser sin corazón que se crió mamando de la misma teta que Arturito más y menos y la comisión pa’mí, el presidente del emporio truscolano. El regalo del año pasado fue un patético bono para adquirir algo de una especie de revista en la que no había NADA que mereciera la pena y que opté por donar a una organización benéfica. Este año, después de años y más años en los que nos colocan productos espeluznantes nos tenían una caja enorme y pesada.

Al llegar a mi despacho la abrí y esparcí el contenido en la Mesa Redonda, la única que existe en la empresa y que nos pertenece a mi jefa y a un servidor y que oficiosamente hace que nuestro despacho se denomine entre el resto de colegas CameLó o CámeLo según donde pongas el acento. Consiguieron no poner una sola marca conocida pero hay que reconocerles que la caja estaba bien llena. Al frente y bajo la mermelada hay dos sobres, uno tenía un cuponcito de descuento de cien leuros para alquilar una keli de fin de semana en algún lugar recóndito de los Países Bajos y el otro un cupón de once leuros para la lotería de los códigos postales, sobres que regalé al Rubio porque esa lotería una vez te apuntas es casi imposible borrarte y son rastreros para mandarte cartas semanales y yo no gasto mis preciosas semanas de vacaciones en irme a algún lugar de esta hermosa tierra para no hacer nada. Con el resto, parte lo tengo guardado en la oficina, como las magdalenas que no caducan y las galletas, parte me lo he llevado a mi casa y parte lo cambié por otras cosas que me gustaban más con otros colegas. Como al parecer yo fui el único que expuso el contenido para tener una foto para su bitácora, reciéntemente y no tan reciéntemente nombrada la Mejor bitácora en español sin premios, todo el mundo venía a mim despacho a hacerle fotos y mandarlas por el güazá y colgarlas en su CaraCuloLibro. Si existiera un solo ser humano que realmente usa el GooglEvil plas, seguro que la habría puesto ahí pero todos sabemos que esa araña para atrapar datos de uno no la usa ni su creador. Básicamente acaparé bolsas de nubes blancas o eso que los gringos llaman marshmallows y que los diccionarios online traducen como malvavisco porque les he prometido a las Unidades Pequeñas de mi amigo el Rubio que la próxima vez que acuda a su casa llevaré mi legendaria fuente de chocolate y nos encochinaremos al sudodicho y como enero no es temporada de fresas, usaremos las nubes y quesito holandés para la tarea.

Aquellos más espabilados pueden rastrear la bitácora en busca de los regalos de otros años …

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5 respuestas a “El regalo navideño de la empresa”

  1. Estooo … , no veo el jamón, o si acaso la paletilla ibérica. Tampoco veo la longaniza de lomo, ni la botella de vino, ni los barquillos bañados en chocolate, ni las tabletas de turrón, ni la lata de olivas, ni la lata de melocotón en almibar, ni las peladillas de almendra, ni el tarro de espárragos, ni el queso curado, …

    Es broma, hay que ver que diferentes son los lotes por allí.

    Bueno, al menos confirmame que las latas son de cerveza por lo menos.

  2. Pues menuda comida de empresa, casi como las que se estilan aquí y a las que tanta manía les tenía. No veas lo aliviado que me siento ahora que no tengo que ir a ninguna… 🙂

    Si me pongo encima de la foto de la entrada aparecen las típicas flechitas de izquierda y derecha que te van mostrando fotos y videos de entradas anteriores. No sé si es así o pasa algo raro. 😕

  3. Doverinto, eran de una cerveza que no he visto nunca en supermercados holandeses. Me deshice de ellas y las cambié por nubes.

    Jc, Flickr permite ahora empotrar fotos (embed) y pone las flechas. Lo estoy probando y por ahora me gusta. Me permite ahorrarme la línea en la que escribía el nombre de la foto, información que ahora está contenida en la misma y que cuando actualizo aparece inmediatamente. También los cambios a la foto parece que irán mejor y no requerirán editar la anotación.

    Genín, puedo y quiero confirmar que todas las marcas de todos los productos son desconocidas también para mí. Sé de compañeros que entregaron la caja sin abrirla a bancos de alimentos para que se los den a los pobres.

  4. Bueno, parece que la crisis no ha afectado demasiado a tu empresa. Aquí, este año (salvo que alguien pueda contarme lo contrario) no he visto ni una sola cesta, ni caja, ni jamón, ni nada de nada…. Todo el mundo se ha apuntado al desastre (aunque puedan seguir costeando los regalitos). Incluso mi suegra, nos ha quitado un 30% del regalo de navidad (que siempre eran leuros y sorpresita pequeña).