El séptimo hijo – Seventh Son


Aunque yo me crié bebiendo de las fuentes de la fantasía, fue un género que acabó por cansarme en primer lugar, por aburrirme en segundo y finalmente lo terminé repudiando. No me atraen nada las historias con dragones, elfos, orcos o similares. Me aburren y cuando consiguen atrapar mi atención, suelen perderla por todos los tópicos de un género que funciona cuando el cabezón aún no se ha desarrollado pero que no va mucho más allá. Así, no tenía demasiado interés en ir a ver la película que voy a comentar y que parece estar basada en el primer libro de una serie eterna que ni he leído ni leeré jamás. Se trata de Seventh Son y en España se estrenó el primero de enero como El séptimo hijo.

Un julay acarajotado sigue a un panoli por los arrabales de Vecindario, capital de Mordor

Un pollaboba resulta ser el séptimo hijo de un séptimo hijo y por eso tiene unos poderes magico-místicos que no veas y le dan unas bajones chungas como de azúcar. Su madre lo vende a uno que es raro-rarito como cura en puerta de colegio y este lo empieza a entrenar para que mate brujas y otros bichos raros y van a la keli de la cuñada de la bruja Avería que parece querer montar un pitote que no veas y la tienen que matar o neutralizar para salvar el mundo , el universo y hasta a los habitantes de la casa del Gran Marrano.

Vamos a explicar como llegamos a la puntuación final. Cada película empieza con un 10. En el caso de esta, ene los primeros cuatro minutos y confirmado durante el resto del metraje, pierde cuatro puntos por una mierdosa implementación en TresDé. La tercera dimensión se hizo a lo pobre y rastrero y no solo apesta, molesta a los espectadores hasta provocar dolor de ojos. Hay momentos en los que las imágenes parecen desenfocadas por la tecnología barata y mal apañada que usaron. O sea, que la película, sin hablar de nada, ya tiene un seis. Después llegamos al guión. Historia más vista que los pezones de Samantha Fox. Sabemos en todo momento quien se juntará con quien, quien no puede morir, quien puede hacerlo para tener un instante dramático y la sorpresa brilla por su ausencia. Aquí le quitamos dos puntos más, ya que mirar el reloj, ver si alguien te ha mandado un mensaje en el teléfono y responderlo o incluso jugar una partidilla con cosas que solo suceden cuando te aburres. El director parece desinteresado en el producto que nos está vendiendo y eso se nota. Luego tenemos al protagonista. Ben Barnes puede actuar porque lo he visto en otras películas pero lo que es aquí, creo que le dijeron que era un trabajo de modelo de ropas para gitanos y el colega lo que hace es pasear trajes horrendos. Súmale la total ausencia de conexión con Alicia Vikander y tenemos otro punto que se va. Después miramos a los secundarios que deben enriquecer la historia y descubrimos que Jeff Bridges y Julianne Moore debían necesitar guita para pagarse dos platos de habichuelas y se apuntaron a esto pero sin hacer esfuerzo. Dan lástima y ahí se nos va otro punto. Creo que ya he retirado ocho, con lo que le van quedando dos. Mi sonrojo con los pobres efectos especiales, combinado con la patética historia, la nula dirección y las interpretaciones deprimentes me llevan a quitar el noveno punto y nos quedamos que esta aberración, se merece uno. Es así de mala.

Como la historia no tiene sentido y hay bichos raros, igual atrae a los más ignorantes de los miembros del Clan de los Orcos. Para el resto, lo mejor es mantener una distancia de ciento cincuenta metros de los cines en los que la pongan. Para olvidar.

01/10

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