En bicicleta sobre el hielo


Alguno puede creer que a un Holandés lo detendrá el hielo a la hora de usar la bicicleta y si es así, me temo que se equivoca, como demuestra la foto que acompaña a este texto. Este no fue ni el primero ni el único que vi montando en bicicleta sobre el hielo y de hecho, tengo un vídeo de calidad pésima con dos chiquillos de los que uno se da una hostia que pondré uno de estos días, cuando lo edite y elimine mi risa de hiena malherida.

La imagen se puede interpretar de múltiples formas. Un precioso atardecer en Woerden, con una luna inmensa a mi espalda, la gente patinando en el canal, el puente sobre el hielo, el chaval en bicicleta dándose un paseo por un lugar en el que normalmente NO debería estar y todos estos pequeños trocitos de realidad juntos forman una composición que desprende serenidad.

En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años


6 respuestas a “En bicicleta sobre el hielo”

  1. Es cierto que todas estas fotos de nieve, hielo y deportes practicados en invierno, pueden resultar muy atractivas para quienes no conozcan el precio que hay que pagar por ello…
    No me hagáis caso, hoy estoy especialmente cabreado y nada ecuánime va a salir de mi mollera…
    Salud

  2. Nunca he conducido una bicicleta con nieve o hielo pero mis amigos decían que molaba porque cuando resbalabas sólo era mantener el equilibrio e ibas más rápido. El problema era al frenar, que podías caer al suelo…

  3. Oria, yo siempre qeu nieva salgo con la bici. La sensación de ir por nieve virgen con la bici es fantástica, a menos que frenes bruscamente, se puede hacer sin ningún problema y las ruedas hacen un ruidillo muy chulo al comprimir la nieve. Para frenar, usas los pies, poniéndolos sobre la nieve y friccionando mientras frenas a la vez. De esa forma mantienes el equilibrio.

  4. En las carreteras ponen sal a destajo y no se suele formar hielo y la nieve no dura lo suficiente para convertirse en hielo. Lo normal es que desaparezca en uno o dos días como máximo.