En la Basílica de Superga y regresando a Holanda


El relato comenzó en Fin de semana en Turín

El día del regreso desde Turín lo quería exprimir al máximo y como mi vuelo salía a las cuatro y algo de la tarde, suponía el madrugón habitual y estar en el comedor del hotel desayunando a las ocho de la mañana. Tampoco supuso un problema ya que prefiero esas horas tranquilas y sosegadas en las que la gente brilla por su ausencia. Inicialmente había pensado en dejar parte de la mochila en el hotel y salir solo con la cámara pero finalmente opté por llevármelo todo, ya que el iPad y la ropa sucia no añadían un peso considerable y me daban más flexibilidad. Al salir del hotel me acerqué a la parada de guaguas/tranvía y allí mismo se detenía el que me llevaba a Sassi, el primer punto de parada en mi aventurilla de ese día. El viaje en un domingo por la mañana con calles desiertas fue muy agradable. El tranvía estaba prácticamente vacío y los pocos que se subían eran ancianos que parecían ir a misa en diferentes templos de la ciudad. Sassi es un suburbio al otro lado del río Po y en las afueras de la ciudad al que vamos nada más que para tomar el Tranvia Sassi-Superga, una línea de tranvía que sube una pendiente del copón y que te lleva desde el nivel del río hasta la Basilica di Superga, la cual está a 672 metros de altura y desde la que en un buen día deberían haber unas vistas increíbles de la ciudad pero ahora en otoño con la bruma es como subir a otro universo y ni siquiera se veían los Alpes. El viaje en tranvía toma unos dieciocho minutos en los que sube y sube y sube. Esta línea lleva funcionando desde 1884 o sea desde el siglo XIX (equis-palito-equis). La distancia que recorre el tranvía es de algo más de tres kilómetros y en el punto en el que más sube la pendiente es del 20%.

Éramos cuatro gatos a esa hora de la mañana y en el siguiente vídeo podemos ver el tranvía llegando desde Superga:

Cuando salimos hacia la basílica, hice otro pequeño vídeo del conductor básicamente tocándose los mondongos, ya que estas cosas se pilotan prácticamente solas:

Una vez arriba y tras subir un poquito, la enorme basílica aparece frente a tus ojos:

Basilica di Superga

Basilica di Superga, originally uploaded by sulaco_rm.

La Basilica di Superga es el lugar en el que están enterrados muchos de los Saboya. Es un templo clásico con un toque barroco y que tiene las tumbas reales en su sótano. La visita es guiada y tuve que esperar quince minutos ya que me acoplaron con un gran grupo de italianos. El guía me preguntó y le dije que no tenía ningún problema en seguir las explicaciones en italiano. Bajamos al nivel inferior y entramos en el mundillo del lujo y el arte de los reyes de la casa de Saboya, que tienen unas tumbas espectaculares. En el lugar también hay una reina española enterrada, Maria Victoria y según el guía, suelen venir españoles a ver su tumba y traerle flores. Después de la visita pasé por la Basílica para ver su interior ya que al llegar estaban de misa. Por detrás de la basílica hay un pequeño monumento que recuerda al equipo de Turín (Il Grande Torino) que se estampó en ese sitio en un avión que regresaba de Lisboa tras jugar con el Benfica, evento que sucedió en 1949, aunque la gente todavía los recuerda y el sitio sigue lleno de flores y mensajes de los fans del equipo.

Regresé en el tranvía al nivel de la calle y allí tomé una guagua que iba hacia la estación de Porta Nuova, ya que entre pitos y flautas era casi la una y tenía que ir al aeropuerto. En la estación aproveché para comer algo ligero y compré mi billete para la guagua al aeropuerto, la cual me dejó en el mismo en unos cuarenta minutos. Cuando me acerqué para pedir mi tarjeta de embarque, dos chamos discutían con la persona que trabajaba allí. Iban con su equipo de palos de golf y pretendían que la tía les diera una ventanilla de emergencia por la jeta, aunque todos sabemos que hoy en día esos asientos son preciados y únicos y no los dan, los venden. Ella les decía que pagaran y ellos insistían, aunque no logaron nada. Cuando se marcharon y me llegó mi turno me preguntó en donde me quería sentar y yo le dije que prefería ventana y la chica me ofreció la ventana de emergencia, la cual acepté. Después pasé el control de seguridad, me compré una botella de agua y me senté a ver cosillas en mi iPad. En eso que levanto la vista y veo aterrizar un avión y cuando toma tierra levanta el vuelo un cuervo, gira, se acerca al avión, se ve como una pequeña explosión y el puto bicho desapareció engullido por el motor. Tres minutos más tarde dos coches recorrían el césped del aeropuerto espantando todos los pájaros que había en el mismo.

Nuestro avión llegó a su hora y tomé posesión de mi precioso asiento en la fila de emergencia:

Salida de emergencia

Salida de emergencia, originally uploaded by sulaco_rm.

Los dos chamos bordes iban sentados delante de mí y cuando llegaron y me vieron allí se les cortó la leche mangorra del disgusto tan grande que se llevaron. El avión iba petado hasta la bandera y cuando todos estábamos dentro, cerraron puertas, encendieron motores y crucé los dedos para no toparnos con algún pájaro en el despegue. Salimos sin incidencia y el vuelo fue aburrido y monótono. Al llegar a Schiphol, el mejor aeropuerto de Europa según los pasajeros y el autor de la mejor bitácora sin premios en castellano, salí hacia la estación de tren y cuando iba de camino veo algo raro por la ventana que me hizo pararme y retroceder para hacer una foto:

Estaban subiendo el coche de algún chamo con pasta en un Boeing 747. Inmediatamente le mandé un mensaje al Rubio amenazándolo y diciéndole que el día que conozca a alguien que viaja por el mundo llevándose su coche en el avión, se convertirá instantáneamente en mi más-mejor-amigo y le quitará ese preciado título al Rubio. Por suerte no llovía y después del trayecto en tren regresé a mi casa con la Mili o Vanili, la cual está tocada de muerte y amenaza con dejarme tirado en cualquier instante, algo que puede que se solucione esta semana ya que mi vecino ha encontrado una substituta por un precio módico. Así acabó mi escapada a Turín, la segunda de las seis que tengo planeadas para este otoño.

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4 respuestas a “En la Basílica de Superga y regresando a Holanda”

  1. A mi eso de los pajaros me pone muy nervioso, ahora es común que tengan una empresa que se dedica a espantar los pájaros con aguilas y ese tipo de depredadores.
    Se ve que disfrutaste un montón de la escapada, yo tomo nota, nunca he hecho ese tipo de escapadas cortas y me están gustando.
    Salud

  2. Coño, lo de los pájaros me extraña, es súper peligroso, que yo sepa todos los aeropuertos cuentan con Halcones para evitar eso.

    Por cierto, se de un chamo que se vino de New York a Madrid con su rolls.

  3. Los pájaros debían estar ocupados pidiendo la independencia de Truscoluña y su liberación del yugo Europedo porque allí no tenían.

  4. El asunto de los pájaros siempre me ha preocupado un pelín; cada vez que subo en un avión, pienso en ellos.

    La foto de la Basílica, salvo por los 2 coches, me gusta mucho; la luz, el color, el encuadre…perfecto.