En realidad, nunca estuviste aquí – You Were Never Really Here


A veces voy al cine pese a que todas mis defencsas internas me advierten y me gritan que me quede en casa, que disfrute de mi calefacción y me ahorre un disgusto. Obviamente todos sabemos que no hago mucho caso y que muy pocas cosas me pueden alejar del cine. La película en este caso era una especie de drama con friki titulada You Were Never Really Here que se estrenó en un festival holandés hace unos meses pero que ha tardado en llegar a los cines y que por España pasó en noviembre del año pasado con el título de En realidad, nunca estuviste aquí.

Un julay rarito pega jaladas a diestro y siniestro o algo así

Un friki del copón que vive con una madre rara tirando a rarísima se dedica a rescatar niñas supuestamente raptadas por pervertidos o algo así y cuando lo hace, si hay que matar a esas malas bestias, se les mata y ya está. Le encargan un trabajo para sacar de una casa de putillas infantiles a la hija de un político y cuando va allí se encuentra que aquello no es lo que le dijeron, mata a un montón de gente pero termina perdiendo a la niña porque hasta la pasma y los políticos están implicados. A partir de ahí todo se convierte en una guerra entre este chamo, que gusta de usar un martillo como arma contundente y el resto del mundo, con la niña de por medio.

Decir que es una película rara es quedarse corto. La trama, pese a durar noventa minutos, tiene momentos en los que se hace espesa y pesada aunque después de eso el chamo saca el martillo, mata a tres personas y nos alegra la vida. Joaquin Phoenix básicamente ocupa la pantalla todo el tiempo y se le ve muy desaliñado y asqueroso, es un buen actor, pero jolín, un poquito de jabón lagarto en su vida no estaría de más y si además no nos restriega las lorzas cada vez que puede, lo agradeceríamos enormemente. El director optó por una narración muy parca y fundamentada en la violencia, de la que tenemos raciones masivas, el problema es que el exceso agota y hace que en muchos de esos momentos, gires la cabeza y mires a otro lado porque la proximidad de la cámara asquea en demasía. He leído por ahí que supuestamente el colega es un veterano de guerra gringo pero no recuerdo nada de eso en la historia y nunca llegaron a molestarse en explicarlo. El tramo final de la película no termina de encajar en la historia, hay una escena en una cafetería que me descolocó totalmente y me dejó la sensación de algo que pegaron para tratar de hacernos salir del cine con mejor cuerpo.

Definitivamente no es cine para los miembros del Clan de los Orcos pero sí que es el tipo de cosa alternativa que gusta a los sub-intelectuales con GafaPasta. En mi caso, está bien pero no es el cine que me gusta ver.


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