Engañando a los extraterrestres


Ayer almorzaba con el Niño en el Replay Café y hacíamos tiempo hasta que comenzara la película que íbamos a ver en el Pathé de Munt y como siempre, nuestra conversación giraba por mundos absurdos. Seguramente he hablado de esto en el pasado pero como aquí nadie recuerda y los archivos son tan vastos, seguro que ni se nota que me repito.

La idea que moldeábamos es las distorsiones masivas que hay en el cine y que nosotros mayormente conocemos pero que si caen en manos de una especie extraterrestre, les tienen que llamar la atención.

Imagínate que descubres la Tierra y te pones a curiosear en las ondas y te topas con el cine. Lo primero que te llamará la atención es la cantidad de especies que intentaron doblegarnos y la caña de la buena que les dimos. Da igual lo buenas que sean sus intenciones, tan pronto como pongan un pie en la Tierra, les vamos a dar candela, los seguiremos y no nos detendremos hasta exterminarlos, casi siempre ayudados por algún virus o bacteria terrestre que les tiene tanta inquina como nosotros. A aquellos que lleguen solos y con intenciones pacíficas, a esos los atrapamos para diseccionarlos y estudiarlos. El señor extraterrestre que vea todo esto, pondrá un cartel enorme avisando al resto para no pasar por aquí porque si han de creer nuestras películas, somos una raza de exterminadores sádicos de cuidado.

También los confundirán las pelis de fantasía y ciencia ficción. Si por desgracia se tropezaron con la patética saga del Señor de los julANdrILLOS, ese infumable tostón que comenzó como tres películas de casi tres horas cada una y en la actualidad va por las quince horas de la última edición que han sacado para seguir exprimiendo a los subnormales que las compran, llegarán a la conclusión que en la Tierra hay mucho mariconeo. Después de diez horas de visionado se darán golpes contra las paredes sin entender como es que un Marico Hechicero que no vive en Ginebra se rodea de un montón de maricos jóvenes con la única misión de tirar un puto anillo a la basura y son incapaces de completar la tarea. El mismo extraterrestre se pega la saga de Harry chapaPotter y debe pensar en la inquina tan grande que tiene el que se viste de negro y parece un cura católico con un puto chiquillo al que empieza a acosar a los once años para hacerle unos tocamientos y es que no para hasta que cumple 18 y el chiquillo se lo quita de encima, acompañado siempre por su mejor amigo y amiga a los que todo el tiempo les da la mano y que parecen estar deseando a meterse en la cama con él.

Si el extraterrestre muestra interés por nuestros hábitos reproductivos, viendo cine alucinará en colores. Somos la única especie del planeta Tierra que se cubre con ropas y que lo lleva a tal extremo que ni cuando estamos en casa solos con la parienta nos desnudamos. Los alienígenas nos observarán meternos en la cama para fornicar y taparnos todo lo que podamos y deducirán que hay algo horrible en los cuerpos desnudos cuando en todas y cada una de las películas, los protagonistas duermen con un par de sábanas en la cama para que al acabar, cuando uno de ellos se levante, se lleve una sábana y la otra quede cubriendo perfecta y completamente el cuerpo del otro. Las sábanas terrestres han sido diseñadas y fabricadas para adherirse a ciertas partes del cuerpo y no se despegan ni con la magia del Harry chapaPotter.

Mientras tratan de comprender esa necesidad imperiosa por usar ropa incluso en la intimidad de tu hogar, los confundimos aún más cuando saltan al cine porno, el cual seguramente verán como una serie de documentales humanos sobre la procreación para educar a las nuevas generaciones y ahí comprobarán con horror que a la hora de realmente crear nuevos seres humanos la gente parece no usar ropa alguna y ni siquiera se meten en camas y cometen unos actos impuros e indecentes para inseminar a las hembras, las cuales parece que solo se quedan preñadas si …

  1. El macho se corre sobre sus nalgas
  2. El macho se corre sobre su barriga
  3. El macho se corre en la cara y hace que la hembra se trague tanta lefa como pueda pese a los esfuerzos de ella para escupirla
  4. El macho se corre en las tetas

Grandes estudiosos de civilizaciones muy lejanas debatirán entre ellos y llegarán a la conclusión de que esto es así porque inicialmente éramos seres marinos y ya se sabe que los peces lefan sobre los güevos que ponen las hembras y los humanos hemos mantenido esta costumbre incluso al convertirnos en animales que caminan sobre la tierra.

Algo que seguramente a los extraterrestres les extrañará si algún día vienen a la Tierra es lo mucho que vamos a jiñar los humanos y lo poco que hablamos de esto. En el cine, si alguien entra en un baño es o a morir, a vomitar, a llorar o a sufrir algún tipo de trauma cuando explotan los retretes y siempre hay una o varias personas que salen volando.

Otros se fijarán en el cine de acción y se preguntarán como podemos tener las carreteras en tan buen estado cuando continuamente hay unas persecuciones con coches terribles y siempre, siempre, siempre acaban con coches explotando, gente saltando por el aire, un montón de fuego y casi nunca con el protagonista muerto o siquiera herido o despeinado o esa propensión insana a correr hacia una muerte segura en las películas de terror, algo que repetimos una y otra vez y parece que nunca aprendemos.

En fin, que el cine es quizás nuestra mejor arma para defendernos de los extraterrestres ya que si hay algo seguro es que los confundiremos y volveremos locos …


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