Nuestro segundo día en Lanzarote comenzó con una visita a los Jameos del Agua, situados en el interior de un túnel volcánico producido por la erupción del Volcán de la Corona y que fueron acondicionados por el artista César Manrique. Allí hay un auditorio, que tiene una gran acústica gracias a las paredes de lava, la cual absorbe muy bien el ruido y en el jameo principal hay una laguna en la que se encuentran los cangrejos blancos, un cangrejo ciego (Munidopsis polymorpha) endémica de ese lugar. Los cangrejos son pequeñitos. En un edificio junto a la cueva hay un museo con mucha información sobre geología de la isla y en el jameo más abierto hay una piscina que es una horterada imaginada por alguien con mucho mal gusto y que no pega ni con cola.