Entre fogones y jardines


Sigo inmerso en esta extraña primavera en la que las cosas marchan a trompicones y sin mucho control. Desde la última vez que escribí algo para mi diario secreto el mundo ha seguido girando, aunque parezca increíble e impropio de este universo distorsionado. El sábado estuve de compras por aquello de tirar algo de dinero y seguir acumulando trastos en mi casa. El domingo vino Dani y nos fuimos de tiendas de jardín. Nuestra misión era comprar seis baldosas de 50x50cm para ampliar la zona en la que he colocado la mesa, a costa de un área actualmente ocupada por arbustos y que no termino de aprovechar. Acompañando esto también compré una máquina para cortar el césped, cojines para las sillas del jardín, hierbas de cocina y una maceta para ponerlas y poder cultivar mi propio perejil, albahaca, orégano y demás. También me hice con una mosquitera para la puerta de la cocina y un brasero. Hubo algunas otras cosas pero bueno, tampoco es plan de hacer una lista detallada. Visitamos tres tiendas enormes, del tipo de Leroy Merlín y después de salir de la última, el coche de Dani estaba que se caía. Ya en mi casa comenzamos con las lozas que íbamos a poner en el suelo. Las muy putas pesaban un huevo y parte del otro. Tuvimos que arrancar algunas matas, sacar tierra, poner arena de playa para que se agarren mejor y después ubicarlas en su posición definitiva. Esto que se dice en un par de líneas fue un curro de un par de horas. Aprovechamos también para bajar las que están cerca de la puerta trasera del jardín porque la puerta se trababa un poco. Se me ha olvidado contar que cuando llegamos a mi casa y estábamos entrando las cosas me saluda mi vecino con una gran sonrisa. Miro para mi césped y me lo había cortado el hijoputa. Yo que traía mi nueva cortadora y estaba con la ilusión del asunto y el hombre me jodió mi gozo.

Continuamos toda la tarde trabajando en el jardín y al final montamos el brasero, lo encendimos y nos comimos unas brochetas con substancia y unos costillares de cerdo, acompañados por una ensalada. El aliño lo hice con aceite de oliva virgen, zumo de naranja, miel, sal, pimienta y mostaza (pero no de esa de bote para perritos sino de la auténtica que viene más granulada). Siempre me han gustado los aliños con miel y zumo, dan un sabor especial a las verduras y totalmente distinto de lo que sueles probar por ahí.

Después del día de jardinería y bricolaje el lunes estuve recuperándome yendo de copas y el martes me llamó mi amiga la peruana y nos pegamos una sesión doble en el festival de cine latinoamericano de Utrecht. Ya hablaré de las películas pero adelanto que fueron fantásticas. El miércoles visité a mi amigo el Rubio y nos pasamos la tarde en el jardín, mirando las ovejas y vacas que pastan detrás de su casa, tomando cervezas alemanas y como me dejaron cocinar hice una ensalada con tomates cherry y unos langostinos a la parrilla que estaban de morirse. Para los langostinos me monté una salsita a base de mayonesa, tomate ketchup y mostaza (como la anterior). Le eché una cucharada de azúcar para darle el contrapunto y puse también en la mesa el jugo de un limón para mojar los langostinos primero en dicho jugo y luego en la otra salsa.

Hoy por fin he pasado la tarde en mi casa, disfrutando del buen tiempo en el jardín mientras hacía sudokus y escuchaba a los pájaros cantando por doquier y para cenar me hice pasta fresca y la aliñé como me había recomendado Gatagris, a base de zumo de limón, atún y aceite de oliva. Ya pondré un día de estos la receta de una forma más seria y formal y con foto aunque me gustaría que Gatagris bautice el plato y le ponga nombre.

Resumiendo, que el buen tiempo ha desatado mi pasión culinaria, me paso la vida al aire libre y el cielo es azul y con unas preciosas nubes blancas.

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11 respuestas a “Entre fogones y jardines”

  1. pues será que no estamos acostumbrados por la zona gallega, pero a mi me suena… como decirlo….. ah si, asqueroso, lo del aceite de oliva con miel y zumo y mostaza…. que no digo yo que no esté bueno, pero no pienso intentar hacer la mezcla. Lo que si estoy por probar es esa receta de Gatagris para la salsa de la pasta, estaba buena?

  2. Virtuditas, hay que innovar y probar otras cosas, mezclar sabores, arriesgar para descubrir nuevos horizontes. No lo dije para no exaltar a la basca pero acompañé la pasta con salmón ahumado y sobre este puse medio huevo duro cortado como una flor y en el centro mermelada de fresa. Estaba de morirse.

  3. A mí el aliño con miel y mostaza me encanta, zumo nunca le he echado, pero probaré.
    La receta para pasta no tiene nombre. A lo mejor en Italia sí lo tiene ¿Tonno, limone e prezzemolo?

  4. Me encanta la mezcla de dulce y salado.
    La receta no tiene nombre, así que eres libre de bautizarla.

  5. Ups, perdón por la repetición. El explorer es lo que tiene (estoy en el curro y no puedo instalar Firefox)

  6. Me gusta el nombre de Pasta Marilia, le da un toque exótico.
    El zumo de naranja le da un sabor especial. Un aliño similar se puede usar con el sushi nori en vez de wasabi, salsa de soja y similares. La mermelada también da mucho juego mezclada con otras cosas. Es cuestión de probar y encontrarle el punto.

  7. ¡Qué idea! Me encanta el sushi, pero odio el wasabi y la salsa de soja llega a cansar. Probaré la combinación agridulce.

  8. Lo que me flipa de verdad es lo grande del patio de la casa. No me acuerdo si has publicado foto o no pero me gustaría verlo. Es envidiable, sobre todo porque, bien montado, podrás disfrutarlo en todas las estaciones del año (para los fríos tendrás que gastar un poco más de dinero)
    Estoy de acuerdo contigo enque hay que probar todos los sabores, y que las salsas para las ensaladas son la mejor forma de combinaciones irreales, a la par que sabrosas. Hoy mismo probaré la del zumo de naranja, etc..
    Al final, veo que soy de los pocos que aún no he visitado tu casa, a ver si este año me pongo las pilas pero, después del ERE, por aquello de que me pille aquí

  9. El jardín, que no patio, son unos cien metros cuadrados y tiene varias zonas diferenciadas. Zona de cesped para tumbarse a tomar el sol, zona con jardín japoné, zona con matojos productores de malas hierbas, zona de barbacoas y casita para las bicicletas. Ah, y zona para goliznear en la casa de mis vecinos que es fundamental.

  10. Jo, tío, osea, ahora entiendo porqué no piensas en volver a Canarias. Para poder tener eso aquí, ya tendrías que tener un sueldazo.
    Lo dicho, a ver si de este año no pasa y disfruto de tu patio, en tu compañía, además de otros lugares de interés y de magníficos paisajes que nos has descrito.