Entre mil dudas


Entre mil dudas
Se le cayó el mundo encima. Todas eran tan hermosas. Se veía naufragando entre mil dudas,
incapaz de abrir los ojos y elegir una docena de ellas. Tenía que regalarle flores y tenían que ser las flores perfectas, porque hoy era el día en el que o le abría los ojos y esquivaba la decepción final o se estrellaba.

Seguía frente a las flores, mirándolas una a una y encontrándolas imperfectas, indignas de su destinataria. Sabía que le iba a decir algo que cambiaría lo suyo para siempre y que era posible que estuviera haciendo daño por hacer, pero así de dura es la vida, cuando das amor, das dolor también.

La empleada se estaba empezando a poner nerviosa. El hombre tocaba todas las flores pero no se decidía por ninguna. A veces cogía una en sus manos, pero al poco la devolvía a su sitio. Eran unos tulipanes preciosos y no entendía que era lo que le pasaba a ese hombre. Miró hacia el interior de la tienda pero su compañera no estaba a la vista. Hubiera preferido que ella viniera y lo espantara. Decidió darle algo más de tiempo. Quizás se aburriera y se fuera, porque estaba claro que no iba a comprar.

El no terminaba de decidirse. ¿Debía coger los tulipanes Passionale? Con ellos estaría cantando su amor por ella a los cuatro vientos, le entregaría un mensaje positivo y la prepararía para darle la mala noticia. O quizás fueran más apropiados los tulipanes Yokohama. Sobrios y honestos, le darían a entender que decía la verdad y que le estaba haciendo un favor al decírselo de esa manera. ¿Yokohama o Passionale? Quizás una mezcla de ambos, pero entonces su mensaje quedaría diluido. No estaría mandando señales claras y precisas. El no quería arrancarle el alma y que ella pensara que le faltaba valor. Lo que quería era que cuando naufragara se echara entre sus brazos para olvidar, quería convertirse en el Norte que la ayudara a volver. La duda parecía haberse instalado en su corazón. No encontraba salida al dilema. Miró hacia el mostrador y vio a la dependienta, que en ese momento lo observaba con atención. Se fijó en su reloj y se dio cuenta que llevaba más de diez minutos allí y aún no había comprado. Supuso que ella estaría pensando que era alguno de esos elementos que pululan por las calles sin nada mejor que hacer y que se dedican a matar el tiempo en cualquier lado. Se sintió culpable por su torpe indecisión. Le hizo un gesto con la mano para que ella se acercara.

Se le bajó la tensión cuando el cliente la llamó. Ahora si que no había alternativa. Tendría que ir y hablar con él. Se llevó la mano al pecho y tocó la pequeña cruz que colgaba de su cuello y le recordó al Cristo que era una buena persona y que velara por ella. Disfrazó su cara con la más profesional de las sonrisas y se acercó a él.

– «¿Puedo ayudarle, caballero?» – Trató de establecer unas fronteras claras y precisas desde el principio, así que se refirió a él con la forma más formal que pudo recordar.
– «Quizás sí. No termino de decidirme. ¿Debería comprar un ramo de tulipanes Passionale o Yokohama?»
– «¿Por qué no los mezcla? Ambos son muy hermosos y el contraste realzará aún más su belleza» – Se sorprendió a sí misma cuando le molestó escuchar de sus propios labios la mentira que decía cada día a decenas de clientes cuando querían saber su opiníon. Ella prefería los tulipanes Passionale. Incluso su nombre era hermoso. Tan sugestivos y tan frágiles al mismo tiempo. Le daban ganas de cogerlos y abrazarlos para que duraran etérnamente.

El se quedó pensativo mirándolos. Escuchaba la respiración de la chica a su lado. Sabía que era la hora de la verdad. Ya no había escapatoria.

– «Está bien. Póngame dos docenas de los Passionale»

Ella los comenzó a escoger y el sentía que con cada uno de ellos una vela se encendía. Esperaba que estas velas aportaran algo de luz a su vida.

Entre mil dudas naufragué
entre tus brazos me olvidé
perdido el norte me encontré
entre la angustia y el placer


Una respuesta a “Entre mil dudas”

  1. Me ha dejado helada este texto. Perpleja, no sé como has llegado a escribir esto, pero casi me echo a llorar. O estoy muy sensible o te has superado no solamente en la forma de escribir, sino de transmitir sentimientos… No tengo palabras, me parece una descripción genial de una situación tan sencilla…. no sé, sencillamente me ha encantado… y el pequeño poema del final … muy bonito. Felicidades