Nuestras mentes son objetos oscuros y misteriosos que se van forjando a lo largo de nuestras vidas y el subconsciente, esa parte que nos protege de nosotros mismos, tiende a controlarnos de mil y una formas extrañas y manipula nuestros recuerdos para que parezcan aquello que le conviene. Algunos recordamos unas infancias felices, rodeados de aventuras y felicidad y otros que se han criado con nosotros os dirán que aquello fue un infierno. Entre el mundo de los recuerdos y el hoy en día es el campo de batalla en el que se desarrolla Fireflies in the Garden, la cual se ha estrenado aún en muy pocos países y que llegará a España con el título de Luciérnagas en el jardín.

Un julay acarajotado vuelve a casa por Navidad y se monta el Belén por culpa de su blog

El amor es algo extraño. Todos creemos conocerlo y ser poseedores del mismo pero no hay dos iguales. Esto es lo que le sucede al protagonista de la película, un fantástico Ryan Reynolds que regresa a casa de sus padres para la graduación de su hermana y ese mismo día su madre muere en accidente de coche. A partir de ahí, entre preparativos para el funeral y reproches comenzamos a quitar las diferentes capas de irrealidad que forman la realidad de cada uno de los protagonistas, una familia tan normal como la tuya o la mía en la que hay secretos y mentiras que ya nadie sabe cuándo comenzaron o hasta dónde llegarán. Todos poseemos la verdad más absoluta y ni se nos cruza por la cabeza que podamos estar equivocados. En este viaje fantástico, dudaremos de aquello que vemos y oímos y sentiremos como nuestro corazón se acongoja en un drama muy potente y bien llevado en el que Julia Roberts tiene un pequeño papel para lucirse Willem Dafoe se bate cara a cara con Ryan Reynolds en uno de los enfrentamientos más interesantes que he visto este año. Ambos sobresalen en sus papeles y hacen que la experiencia de ver este drama intenso y a veces duro en el que los malos tratos, los abusos y los reproches no dejan de golpearnos durante toda la película. Toda una joya que no me extrañaría nada que acabe con un puñado de nominaciones para los Oscars del año que viene.

Una película buenísima, un drama de esos que se sufren con intensidad y que te llega a arrancar alguna lágrima y que por descontado, requiere que seas capaz de disfrutar de este tipo de cine.