Gek van Oranje


En medio de la temporada alta de los Oscars, con los cines petados de películas llenas de nominaciones, se estrenó una comedia tonta holandesa, de esas que se hacen para el mercado local y que parecen cortadas por el mismo patrón. En este caso se alejaron un pelín del formato habitual ya que metieron el fútbol en el tema principal, algo que puede espantar a las pavas que son muy de ir al cine a ver machos sin camisetas pegándole una buena y merecida jalá a la gilipollas de turno pero que cuando los machos se ponen pantalones cortos y corren detrás de un balón, como que no les pone porque no hay violencia de por medio. La película se llama Gek van Oranje que se puede traducir por truscoluña no es nación o menos literalmente como Chiflao por el naranja y jamás de los jamases se estrenará fuera de los Países Bajos.

Los julays quieren chingar hasta en los mundiales de fútbol

El mundial de Sudáfrica está a punto de comenzar y la gente se chifla toda en los Países Bajos. Un grupo de amigos no se cambian la ropa que da suerte hasta que su selección fracase, hay alguno que descubre que tiene problemas cardíacos y tendrá que evitar las emociones fuertes, uno al que se la suda tiene un perro que adivina los resultados de los partidos y en alguna casa, aquel al que no le gusta el fútbol es como un paria social durante el tiempo que dura el mundial.

Esto es una película como con cien mil millones de historias pequeñas unidas por la competición, algunas mejores que otras. Entre las malísimas está la del chamo que tiene problemas cardíacos y que se va al quinto coño con su pava para no involucrarse en el mundial y después se dedica a ir a un bar de tapadillo a ver los partidos. Esa historia es malísima tirando a peor. Tenemos un chamo cuya hembra y dos hijos adoran el fútbol y se va de la casa y en la lavandería conoce a una hembra cuyo novio y sus amigos también son adictos al fútbol y estos dos terminan quedando cada partido y en algún punto barajan el pegársela a su media naranja y echar un kiki entre ellos. Tenemos a uno de los jugadores, que es suplente y que cada vez que sale en pantalla muestra o el culo o el pecho, que tiene unas ganas de quitarse la ropa que no veas y por más que lo intenta con las negras sudafricanas, ninguna le quiere agarrar el mandingo. Habían más historias, pero mi memoria tiene un buen sistema de olvidado y ya ni me acuerdo de ellas ni lamento el olvido. Como siempre, algunas partes de la película están bien, con otras te ríes y hay segmentos que matan de aburrimiento. El mundial en el que transcurre la acción es aquel que ganó España, aunque en la película le cambian el final y os podéis imaginar que selección ganó y qué jugador que enseña el culo marcó el gol.

Esto jamás saldrá de las fronteras holandesas pero de hacerlo, no es algo que sea ni del gusto de los miembros del Clan de los Orcos ni de los sub-intelectuales con GafaPasta. Demasiado floja.


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