Gladiator (El gladiador)


Seguimos viajando hacia atrás en el tiempo visto que el cine de hoy en día es muy mediocre y que durante el mes de febrero hay multitud de películas viejas en cartelera para celebrar los Oscars que están por venir y que este año no parecen tener pelis que atraigan multitudes como el año pasado. En este caso nos vamos al año 2000, justo antes de que yo emigrara a los Países Bajos y lo hacemos para hablar de Gladiator, la cual en España se estrenó como Gladiator (El gladiador) porque al parecer, las palabras son tan distintas que cualquiera que leyera la palabra en inglés no iba a tener ni puta idea de lo que podría significar en español.

A un julay le da por culo su jefe y se la devuelve empetándosela hasta las amígdalas

Un general romano está matando alemanes con gran alegría y en honor del imperio cuando el hijo, que podría ser considerado como el hijo de puta del heredero, mata a su padre para hacerse emperador y dictador y vamos, imitar al Puerkagón y dominarlo todo. Como el general no come de su mano lo manda matar pero escapa vivo y tras llevarse un disgusto que no veas porque le mataron a su hembra y al heredero, es convertido en esclavo para luchar como gladiador o así, pero resulta que el tío es tan bueno en el tema que regresa a Roma y en el Coliseo se convierte en una estrella local y cuando el emperador se entera que esta vivo, se coge un empute que no veas y lo trata de matar de todas las formas posibles, aunque todas le fallan miserablemente y entre medias, como el tío es de pura sangre truscolana, como la zorra esa del pelao de escupidera que ahora está en Suiza o el jodelagranperra-sucia y rastrera que está en Bruselas, que parece que truscoluña en lo único que brilla como ninguna nación en el mundo es en lo de exportar indeseables, pues como decía, entre medias, el emperador trata de follarse a su sobrino y a su hermana, ya que al fin al cabo, chocho es chocho, o eso parece a esos seres miserables. Por suerte hay justicia en el mundo del cine y recibirá lo que se merece y aún más.

Esto se estrenó y dos horas más tarde era un clásico y dieciocho años después sigue siendo un clásico. Esta es una de las películas más heroicas y mágicas que se han hecho y además tiene una de las mejores batallas de la historia del cine, ya que toda la secuencia inicial de la batalla con los alemanes es sencillamente magistral. Hay muchos más momentos fabulosos, tanto en los combates en el coliseo como en las otras arenas e incluso en las movidas en palacio con un emperador que está chiflado y que es peligroso. Esta película convirtió en una estrella a Russell Crowe, que hace de su Maximus uno de los mayores heroes del cine y también convirtió en estrella a Joaquin Phoenix, aunque para mi, ese hombre jamás ha llegado a ese nivel y hoy en día da más bien un poquito de asco. La película la dirigió Ridley Scott, uno de los directores que más alegrías y mejores momentos nos ha hecho pasar en las últimas décadas y un MAESTRO del cine. La película tiene la banda sonora más copiada de la historia y fue la que introdujo las canciones de gemidos que después se volvió agobiante y asqueroso cuando en la primera película de la mierda de la trilogía del señor de los julandrillos abusaron de ellas con una canción de la mediocre de Enya que ha gemido durante treinta años y la gente hasta se cree que son distintas canciones siendo como es la misma. Regresando a la de hoy, un director fabuloso que bordó una historia fascinante, con traición, con venganza, con honor, con nobleza y con rastreros, con luchas, derrotas y victorias y con vida y muerte, unos actores que supieron transmitirlo todo y un elenco que globalmente fue épico. Una obra maestra.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos y no te gusta esta película, hay algo mal en ti y te sugiero el suicido para solucionarlo. Igualmente, si eres un sub-intelectual con GafaPasta y le pones un pero a esta película, coge el cuchillo más mierdoso de tu cocina y hazte el harakiri porque es lo único con algo de dignidad que puedes hacer para solucionar tu imperdonable carencia. OBRA MAESTRA.


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