La película sorpresa de los Sneak Preview suelen ser siempre en inglés u holandés. Cualquier otro idioma parece prohibido en ese circuito de cine que llega antes de tiempo o era así hasta que apareció en el horizonte la película de la que voy a hablar hoy y que según comenzó, dejaron el cine más de la mitad de los espectadores sin ilusión y sin fantasía. Se trata de la película de terror coreana Goksung, que tiene el título internacional de The Wailing y que se estrena en España la semana que viene con el título de El extraño.

Un julay cabezudo las pasa putas cuando su hija le sale rarita

En un poblacho coreano, con la gente cabezuda que no veas, aparece un extraño y a partir de ahí comienzan a ocurrir movidas chungas y la gente muere. Un cutre-policía local inicia la investigación y además tiene prisa en resolver el misterio porque su hija está como re-poseída y cree que va a morir. Desesperado, busca a un chamán que empieza a hacerle exorcismos en serie a la niña mientras todo se complica, se desmelena y se despiporra.

Yo lo primero que pensé cuando comenzó la película fue en rezar una oración por las coreanas ya que con tanto cabezudo, no me extraña que las hembras anden despatarradas, esos niños cuando nacen las tienen que romper por los bajos. La película tiene un guión que flojea y en ocasiones se estanca pero la historia es fabulosa. Es de esas que en muchos momentos resulta ser tan mala que te partes la polla de risa pese a que supuestamente querían aterrorizarte. El policía es la bomba, acojonado, cobarde, gilipollas, todas sus escenas son brutales y cuando grita y se esconde en la misma comisaría tras irse la luz en el pueblo, eso fue épico. Sus momentos comiendo son algo repugnantes por la forma en la que los coreanos chupan sus sopas y como la cámara se regodea en el acto. La película pierde el ritmo a veces pero solo por los dos exorcismos que hace el chamán, es de visionado obligado. Lloré en el cine de tanto que me reí. El chamán vestido como uno de los pollardones de Locomía, con sus abanicos y todo, de blanco y gritando, saltando, bailando y degollando pollos, cabras, perros y lo que se le ponía por delante y tragando sangre y escupiendo, eso es algo que no se puede explicar, hay que verlo. La traca final no me convenció y la película se podría haber ahorrado los últimos diez minutos pero aún así me divertí. Épico lo de las casas coreanas sin privacidad alguna y con los padres yendo al coche a follar. É P I C O. Los zombies o muertos o vivos acarajotados o lo que fueran son lo más. Las peleas para matarlos, de troncharte. En ningún momento pensé que estaba viendo cine de terror, era más bien cine horroroso pero que en su popurri y en sus fallos, funcionaba. Todo un orgasmo de violencia gratuita con unos diálogos que chirriaban tanto que te pueden dañar los tímpanos.

Puedo verme rodeado de miembros del Clan de los Orcos y aullando mientras jaleamos a víctimas y asesinos en esta película gore. Por lo anterior, imagino que un finoli sub-intelectual con GafaPasta se desmayará en los primeros treinta segundos y no se recupera hasta que acaben de salir los títulos de crédito. Este es uno de los pocos casos en los que le pongo un montón de puntos a una película abiertamente mala porque sirvió para entretenerme, que es lo que todos queremos del cine.