Green Zone. Distrito protegido – Green Zone


Hay películas que no quiero ir a ver de ninguna manera pero algunos de mis amigos me obligan a verlas. Son la excepción, un reducido grupo y siempre tiene que ver con algo que sé que sucederá y que arruinará la experiencia para mí. En el caso de Green Zone la razón está en la persona que la dirige, un tipo que ha demostrado en repetidas ocasiones que no sabe hacer cine. En España se ha estrenado ya hace un tiempo con el título de Green Zone. Distrito protegido.

El julay del Bourne se va de vacaciones al trópico canceroso medieval islámico de mierda y mientras se divierte matando hijosdeputa terroristas islámicos aprende que el pez grande siempre se come al chico

Ya estamos cansados de oír eso de que la historia la escriben los vencedores que todos sabemos que es una tremenda falacia porque en Irak si hay alguien que no ganó fueron los americanos. En una nueva vuelta de tuerca a un tema más manido que el chichi de Paris Hilton, volvemos a vivir la victoria americana en la cutre guerra de Irak y nos centramos en las tramas políticas que sucedían entre los vencedores para poder justificar la existencia de las inexistentes armas de destrucción masiva. En esta coña marinera, un subteniente será el peón que corre como una locaza de lado a lado de la ciudad buscando petardos grandes, gordos y duros y encontrando solamente musulmanes de mierda que le gritan y le intentan arañar con sus uñitas de gatitos modositos.

El problema de Paul Greengrass es el puto Parkinson que tiene y la manía de agarrarse a la cámara mientras ruedan. No hay una escena que no joda agitando la cámara como si se la estuviera cascando junto al cacharro. Con eso y con su concepto altamente evolucionado de que cada plano de acción ha de tener una duración igual o inferior a tres décimas de segundo tenemos una mezcla que lo único que logra es darme ganas de vomitar y que aburre por saturación. En las escenas críticas, en lugar de disfrutar con las persecuciones y las matanzas de moros de mierda te centras en tratar de contar el número de planos empleados y así, cuando la película llega a su final, no tengo muy claro de lo que trataba pero sí que había miles de cortes.

Matt Damon hace de cacho de carne hormonada con ojos y corre de un lado a otro luciendo músculos y poniendo el hocico de lerdo que ha copiado de Stallone y que tan bien le sale. Los demás (si es que los hubo), se mueven entre planos mutilados de corta duración y dicen frases grandilocuentes que pasarán al olvido quince minutos antes de escucharlas en la sala. En este desastre descomunal, se salvan las explosiones y los cacharrillos que usan los militares y sobra todo lo demás. Si había algo interesante en la historia, lo mataron en el montaje. Hubo hasta un amago de poner una penquilla pero como no muestra chicha y más bien parece que se le atascó el tampón en el trasero y se siente incómoda, no termina de cuajar.

En fin, que esto es un clásico para descerebrados, cejijuntos y eso que en la Alianza de las Civilizaciones se denomina Los Orcos, es decir, habitantes de Vecindario y alrededores. Para los demás, hay formas mejores de pasar el tiempo.

03/10


3 respuestas a “Green Zone. Distrito protegido – Green Zone”

  1. No hay una escena que no joda agitando la cámara como si se la estuviera cascando junto al cacharro– JAJAJAJAJAJAJAJA me muero!!!!!! Dios! que frase más buena!!!!