Paseando cerca del Palacio Nacional de la Cultura en Sofía me topé con algún tipo de evento folclórico nacional búlgaro con grupos de niños todos vestiditos iguales. Lo primero que llama la atención por allí es la pureza de la raza, los búlgaros no son racistas porque no permiten otras razas en su territorio, que es la mejor manera de prevenir el problema, ya que como todo el mundo sabe, muerto el perro se acabó la rabia y es lo que por ejemplo buscan los fascistas truscolanes en ese país que se han inventado y que tiene un comemielda delincuente de presidente peluka. Cuando los vi, los grupos, que había como unos quince, se preparaban para algún tipo de cabalgata o desfile que por supuesto me perdí ya aque mi curiosidad estaba plenamente centrada en la ciudad y no en la fauna del lugar. Como se puede ver, no es que fuera algo que convocara multitudes, la gente como que se la sudaba totalmente y salvo por algunas madres, padres y abuelas, por allí a nadie le preocupaba el evento.